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Manuel Wirzt: sus inicios, la relación con su hermano y sus anécdotas con Spinetta, Pappo y Charly García

El músico celebra más de tres décadas de trayectoria repasando su recorrido, el vínculo con su hermano y las historias inolvidables que lo acompañaron desde los inicios.

Manuel Wirzt: sus inicios, la relación con su hermano y sus anécdotas con Spinetta, Pappo y Charly García
Manuel Wirzt regresa a la calle Corrientes el próximo 14 de noviembre | Foto: Sebastiano Aguirre.

Con más de 35 años de trayectoria, Manuel Wirzt recorrió el mundo artístico en sus diferentes facetas: como actor, mimo, conductor de televisión, director de teatro, cantante, compositor y productor de música. A lo largo de su vida, demostró la gran versatilidad que posee en las diferentes disciplinas, pasó de tocar rock -con una cabellera prominente- a conducir un programa de chicos, que le valió una duda existencial: "¿Estoy haciendo bien las cosas?´", la respuesta llegó de uno de sus máximos ídolos Norberto Napolitano.  

Manuel Wirzt es oriundo de San Nicolás, donde vivía con su familia y se relacionó por primera vez con música. Una parte central de su vocación llegó de la mano de su padre, que sentía pasión por el tango y, en palabras del propio Manuel, se le "transformaba la cara" cuando en la radio sonaba una canción que le gustaba. Toda la vida buscó contar historias que le lleguen a la gente y que la "transformen" como lo vio a corta edad con su papá. Aunque también reconoce que, como la mayoría de hermanos menores, era "admirador" de Daniel “El Tuerto” Wirzt (fallecido en 2008 y miembro de Spinetta y Los Socios del Desierto, así como también participó en la banda de Fito Páez y en la de Juan Carlos Baglietto). 

Tras la salida de su décimo primer álbum de estudio "Todo" (2020), Manuel Wirzt vuelve a la carga con una fecha el 14 de noviembre en el Teatro Broadway, aunque también trae abajo del brazo nuevas versiones de sus clásicos temas en compañía de grandes artistas. Hasta el momento, se conoce la reversión de "Rescata mi corazón" con la voz de Ruggero; "No llores por nada” junto a Gerónimo Rauch; y “Por ti lo haré” que cuenta con el aporte de Rodrigo Tapari.

Los inicios de Manuel Wirzt: la relación con su hermano el Tuerto y la presagio

Como pilar fundamental de su historia, Manuel destaca al Tuerto, a quien admira profundamente: “Yo quería ser como él, y creo que los dos queríamos ser como mi viejo, que era un tipo muy histriónico y cantaba tangos de Goyeneche. Él fue el que me pasó esa data, ese amor por artistas como los Beatles, Spinetta o Charly”. Esa relación cercana con su hermano, que por entonces grababa con grandes artistas como Fito y Baglietto, lo llevó a compartir momentos únicos.

Su admiración máxima era por Luis Alberto Spinetta, Manuel recuerda que cuando el Tuerto ingresa como baterista de Los Socios del Desierto le realizaron una fiesta familiar para celebrar el hito y allí le dice: "Loco, se te cumplió el sueño, qué bueno", y el baterista le responde: "Y vos acordate que vas a grabar un tema con el flaco". Lejos de creerle, se mostró escéptico. Pero cuando falleció su hermano, compuso "La vida" dedicada al Tuerto y por aquel entonces lo llamó al "Flaco" para que la escuchara y la grabara con él.

"Cuando le muestro la canción, me dice: 'Buenísimo, porque hace rato que estoy tratando de encontrar algo para cantarle al Tuerto y no se me ocurre nada. Esto viene bárbaro'", recuerda Manuel imitando la voz del Flaco.

En su recorrido, Wirzt acumula anécdotas que parecen sacadas de una novela del rock argentino. Así como la colaboración con el Flaco, también compartió estudio en Los Ángeles con Billy Preston, el legendario tecladista de The Beatles: "Cada vez que hacía una toma, lo iba a abrazar y le tenían que explicar que los argentinos somos muy afectuosos. Llegué a llorar. Me terminó regalando una nota que no me la sacaba ni para dormir, me quedaba horrible, pero era la gorra de Billy Preston", reconstruye contento.

Sin embargo, de las más inesperadas fue la aparición de Pappo en el camarín a las 3:30 de la mañana, en esos años Manuel estaba haciendo un programa infantil, del que no estaba del todo seguro, ya que en su faceta más rockera hizo un cambio al 100%. Pappo se paró enfrente y le dijo: "Sabe que me encanta el programa que haces, lo veo todas las tardes cuando tomo la leche con mi vieja". En ese momento, Wirzt sintió como que el rey Arturo agarraba la espada y lo transformaba en caballero, en sus propias palabras.

El encuentro más desopilante definitivamente fue con Charly García: "Estaba esperando el momento para hacer "El loco de la calesita" con Juan Carlos Baglietto todo pintado de mimo y apareció, así de la nada como solía aparecer Charly, y me dice: 'Los mimos no me gusta', y se fue. Le dije: 'Pará, mirame actuar', y me dice: 'A mí a mí no me gustan los mimos', y se fue. Después me lo crucé y me dijo: 'Estuviste bien'".

Más allá de las anécdotas que le dejó la música, Wirzt siempre sintió que esa relación estuvo atravesada por la emoción: “Yo observaba a mi papá lavar el auto y escuchar la radio; cuando sonaba una canción que le gustaba, dejaba todo para escucharla. Ahí entendí el poder de la música: hacerte bien, cambiarte el humor, quedarse para siempre en tu memoria”, recuerda.

En ese momento, entendió que también quería ser un "contador de historia", hoy se reconoce como tal y "un buscador de tesoros sin mapa". "Una buena canción te hace viajar, emocionar o recordar a alguien. Cuando una canción hace bien, es una buena canción”, resume.

Con esa convicción sigue celebrando sus 30 años de “Magia”, aquel disco que lo marcó en los 90, y busca tender puentes con nuevas generaciones a través de reversiones junto a artistas jóvenes. Porque, como repite una y otra vez, la música es un poder que, cuando toca, se queda para siempre.

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