Aunque muchas veces encajar el deporte dentro de la agenda diaria no es tarea fácil, es necesario saber que el cuerpo tiene su propio ritmo y que hay horarios que son mejores que otros. Básicamente, así como tenemos ciclos para las hormonas o para el sueño, el rendimiento físico también sufre altibajos a lo largo del día.
Según diferentes estudios internacionales, la hora más adecuada para hacer ejercicio es entre las 16 y las 17 horas. ¿Por qué? En esa franja horario el ritmo natural del organismo hace que los pulmones trabajen más eficientemente.
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Mientras que por la mañana la temperatura corporal está en su punto más bajo y cuenta con menor flujo sanguíneo, por la tarde la temperatura del organismo sube. Esto provoca un mayor rendimiento y disminuye el riesgo de lesión porque los músculos están más calientes y flexibles.
Así que ya sabés: aunque lo importante es realizar actividad física, si lo hacés en esos horarios tu cuerpo te lo va agradecer.