<p>BRONNITSY.- Los distintos futbolistas que conformaron esta generación que dice adiós en Rusia 2018 venían dando material para el elogio y hasta la admiración en algunos casos. También para la ilusión tanto como la desilusión. Sorprendieron con sus cualidades técnicas e impulsaron las proyecciones que se tenían desde sus participaciones en los juveniles argentinos. Tuvieron la virtud de marcar una era. De ser distintos y comprometidos ante cada llamado, sin desconocer otras facetas del juego y la convivencia; de ser serios en su mayoría, sin dejar de ser auténticos. Parecía que habían aprendido casi todo sobre la cuestión de las oportunidades perdidas. Que habían aprendido de las enseñanzas o las lecciones que dejan las finales perdidas. Parecía... Porque así como en sus trayectorias hicieron cosas meritorias, <strong>una vez más cayeron en una serie de errores que los llevarán por siempre en sus espaldas </strong>ahora que parte del plantel dejó la concentración de Bronnitsy.&nbsp;</p> 
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<p>Siempre tuvieron encima la espada de que la Argentina sólo podía volver conforme y feliz de un torneo de selecciones mayores si lo hacía con la copa bajo el brazo. Cualquier otro resultado refrescaba las frustraciones que ellos mismos habían protagonizado, alargaba una deuda que ya es bastante pesada y molesta para el fútbol argentino. Esa sería la visión gruesa, ya que hay diferentes formas de perder, a pesar de que la cultura del éxito a cualquier precio está rebajando el valor de las caídas dignas. La despedida de esta generación estuvo <strong>lejos de lo que se pretendía en el rubro del juego</strong> y de una convivencia tranquila.&nbsp;</p> 
<p>En el rubro de las presiones, su motivación y personalidad no les permitió asumir equilibradamente esta Copa del Mundo. Por mucha confusión interna, reuniones cumbres, pulseadas conceptuales, operaciones, audios virales y desestabilizadores, se confundió la mirada y se perdió la serenidad. Tanto en el cuerpo técnico como en los jugadores. Hasta hubo espacios para pronunciamientos públicos. <strong>Las frases destilaron sospechas</strong> y los gestos daban cuenta de cuestiones que jamás habían quedado tan expuestas como en esta Copa del Mundo.&nbsp;</p> 
<p>Podrán entenderse como temas secundarios, aunque directamente relacionados con el fin de ciclo de esta generación. La selección pretendió hacer equilibrio en el límite de lo emocional, sin antes estar preparado para no dejarse atrapar por el abismo. Jugó con fuego, interno y externo, y terminó a lo bonzo. <strong>Lo asumen en la intimidad los jugadores: se perdió el eje en poco tiempo. </strong>Tampoco el técnico Jorge Sampaoli, como conductor, contribuyó para apagar las chispas. Es más, las atizó inconvenientemente con sus formas desmedidas y expresiones -públicas y privadas- no del todo claras. Y si alguien pensó que los inconvenientes no incluyen a la AFA, se equivocó. Los últimos cuatro años que derivaron en la elección del presidente Claudio Tapia se cobraron la factura y los intereses políticos también jugaron su partido durante el Mundial.&nbsp;</p> 
<p>Estos futbolistas no están exentos de responsabilidades. No pudieron sostener con argumentos firmes y concretos la condición de ser una selección temible por el simple hecho de contar con Lionel Messi. A pesar de contar con él, el seleccionado no pudo crecer en su fútbol ni salir de los problemas con buenos rendimientos y resultados. Queda la sensación de que su mejor versión quedó en Brasil 2014 y que cuatro años fue mucho para el físico de muchos referentes, quienes esta vez no tuvieron el reconocimiento por su potencial ofensivo, la diversidad de variantes que supo tener para ganar partidos y mucho menos –pero mucho menos- una solidez defensiva para sostenerlo.&nbsp;</p> 
<p>En el seleccionado argentino <strong>hay una generación que agotó su ciclo con la camiseta celeste y blanca.</strong> Se verá qué decisión toma Messi. No querían cerrar una etapa de varios años sin adornar su largo y digno camino en la selección sin un título oficial como la Copa del Mundo. Quedó a la vista que no es sencillo acceder a las finales. Esta generación cultivó un sentido de pertenencia con el seleccionado que tuvo más de un anclaje. Rusia 2018 se soñó como un nuevo estímulo, el último… Ni con Messi, Mascherano, Di María, Agüero, Higuaín, Biglia, por citar los más renombrados, fue posible cumplir con esa obsesión llamada gloria.</p>

La selecci&oacute;n se marcha de Bronnitsy, un predio que escondi&oacute; una convivencia cargada tensi&oacute;n y sospechas

Despedida sin gloria. Las razones que llevaron a este triste y solitario final para el seleccionado argentino

Despedida sin gloria. Las razones que llevaron a este triste y solitario final

Mundial Rusia 2018

<p>KAZÁN.- Faltó poco si se mira únicamente el marcador final, pero faltó una inmensidad para torcer la historia. Para vestirse alguna vez con el ropaje que un Mundial solo le tiene reservado a los campeones. El saldo final de la improvisación para planificar como para ejecutar fue la eliminación en cuartos de final del Mundial de Rusia 2018. Quien derrame alguna lágrima deberá hacerlo por esas promesas que la Argentina se guardó. Porque no supo o porque estuvo nervioso a pesar de las oportunidades que tuvo en su favor ante una Francia superior.&nbsp;</p> 
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<p>Esa sensación de sobreponerse a su propia vulnerabilidad con la que Argentina vivió esta Copa del Mundo no le sirvió para seguir en el Mundial. No hay justificación para lo que pasó. Escaso fútbol, un oponente con mayor potencial en muchos rubros con respecto al seleccionado argentino y una fragilidad estructural que la fagocita a sí misma. Queda una sensación de vacío cuando uno mira esta generación de futbolistas que hace más de una década nos viene ilusionando con la consagración mundial. Se marchan dignamente aunque con una fuerte demanda no satisfecha sobre su espalda.&nbsp;</p> 
<p>Ahora a la Argentina se le viene encima un punto de inflexión. Más allá del resultado, de otra oportunidad perdida y la sentencia que le propinó Francia, este grupo del seleccionado ha dejado una huella y prácticamente escribió el epílogo con la camiseta celeste y blanca. Cada uno de los integrantes del plantel se propuso en esta Copa del Mundo condecorar sus largas y respetadas trayectorias con una gran coronación. Lejos quedó esa pretensión, aunque dieron hasta donde podían. El futuro de estos jugadores en la selección no es el único interrogante planteado, ya que también habrá que ver qué pasa con Jorge Sampaoli al frente de la selección.&nbsp;</p> 
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<p>Una cuestión inevitable de esta selección es la edad de muchos de sus integrantes. Porque está claro que varios de estos jugadores ya no estarán en la Copa América de Brasil del año que viene. Tras la eliminación en Kazán, fueron Javier Mascherano, Ángel Di María y Lucas Biglia los que declararon que se acabó su participación en el seleccionado. Pero seguramente por el mismo camino seguirán jugadores como Gonzalo Higuaín, Ever Banega, Enzo Pérez y Gabriel Mercado. De todos los históricos, sólo Sergio Agüero afirmó que si lo siguen convocando&nbsp;él seguirá jugando con el seleccionado.</p> 
<p>Los valores demostrados por jugadores como Mascherano deberán traspasarse a nuevos futbolistas, para sembrar en ellos un sentido de pertenencia con el seleccionado. La necesidad de saldar una deuda con los títulos siempre estará presente, pero ahora habrá que hacerlo con los que queden de este plantel (Tagliafico, Pavón, Dybala y Lo Celso) y con lo que aporten las generaciones que vienen. Allí es donde el fútbol argentino deberá responder si podrá mejorar una estructura global que hace tiempo no aparece, una continuidad de proyecto (en los últimos cuatros años hubo tres entrenadores) y una conducción a la altura de las circunstancias.</p> 
<p>Por hechos concretos de sus 31 años, por cómo él asimile esta eliminación, por sus experiencias en el seleccionado, por la cantidad vivencias acumuladas, por cómo se sienta, es todo un interrogante si Lionel Messi seguirá defendiendo los colores del seleccionado. Como símbolo de esta generación tal vez haya que esperar un tiempo más para conocer la respuesta. Y seguramente se tomará un tiempo para analizar lo que él pretende para su futuro y en ese lapso la Argentina no lo tendría en sus filas.&nbsp;</p> 
<p>La continuidad de muchos futbolistas en la selección no es la única duda, porque más allá de que Sampaoli no evalúe irse y declare que su puesto no está en peligro, es un secreto entre pocos que el presidente de la AFA, Claudio Tapia, se va de Rusia con una valija cargada de puntos negativos con relación a la continuidad del entrenador. Seguramente nadie querrá cargar con el despido de otro DT, pero habrá que ver y esperar cómo se desarrollan los escenarios en los próximos días.</p> 
<p>Pasaron 32 años, ahora nueve mundiales, de continuas frustraciones. La exigente mirada argentina sentía que podía creer en esta generación para cortar el maleficio. Deberían replantearse cuestiones más estructurales que depender de un entrenador o de un solo futbolista. No hay excusas, todas las partes lo asumen. Faltan cuatro largos años para tener un desquite, la herida de sigue abierta.<br>&nbsp;</p>

Muchos de estos jugadores no estar&aacute;n en la Copa Am&eacute;rica de Brasil del a&ntilde;o pr&oacute;ximo;&nbsp; un recambio inevitable

OPINION | Se va una generación que dejó una huella y que le abre paso a otra etapa

<p>BRONNITSY.- Como a vos, que seguramente durante las últimas semanas habrás dedicado muchas horas por seguir a la selección en esta aventura mundialista en una Rusia que no deja de maravillar, me queda una certeza: reconocer <strong>la explosión de emociones y sentimientos que es capaz de provocar Lionel Messi.</strong> Las mesas de samovares humeantes sobre el río Moscova, ante un contundente sol de verano, constituye la mejor platea para meterse en un debate bien argentino: el liderazgo de Messi.</p> 
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<p>La escena moscovita muestra rostros pétreos pero extremadamente amables, jóvenes resplandecientes en monopatines de todo tipo, mujeres con niños en super cochecitos, mucho tránsito, mucha historia, personas viviendo con curiosidad esta Copa del Mundo. Alejado de toda la actividad urbana, Lionel Messi seguramente despierta y recuerda con asombro todo lo que le ha tocado vivir en tan poco tiempo en suelo ruso. Su cuarto, compartido con su amigo Sergio Agüero, ahora resulta lleno de luz y otra vez la ilusión lo cosquillea &nbsp;por dentro. <strong>Nuevo sueño, nuevo fuego sagrado.</strong></p> 
<p>Guiándonos solo por vivido, la noche de San Petersburgo <strong>quedará por siempre en nuestra memoria.</strong> Por la magia en estado puro del control de Messi en el primer gol. Por la culpa de Mascherano que lo hizo jugar en sangre. Por el derechazo salvador que aún no sabemos cómo se dio de Marcos Rojo. Pero hay otras imágenes no tan difundidas que también nos llenan de orgullo y tienen que ver con ese Messi encendido desde el lugar de capitán que muchos se niegan a ver o aceptar. &nbsp;</p> 
<p>Guiándonos solo por realidades, ver nuevamente el último partido con Nigeria nos permite mirar con optimismo el desafío de octavos frente a Francia (en Kazán, el sábado, a las 11 hora argentina). Es que después abrir los brazos y mirar la noche estrellada de San Petersburgo, Messi enseguida corrió a hablar con Enzo Pérez para corregir algo que notaba que no funcionaba. La arenga en el entretiempo se vio por todos lados, tomó la voz cantante y fue el único que habló delante de sus compañeros antes de salir al campo de juego. Con convencimiento y vehemencia. En ese final a pura tensión se acercó a Sampaoli, es cierto, hablaron de cambios y de cómo defender, pero no debería sorprender que el líder futbolístico ayude al entrenador desde lo que ve en el campo de juego. Un buen líder también debe saber escuchar.</p> 
<p>Guiándonos solo por lo que tenemos por delante, la Argentina recuperó el terreno perdido en el comienzo del Mundial. Hoy, la historia es diferente pese a que las actuaciones de la primera parte no fueron las pretendidas. <strong>Esta selección encontró en Messi un liderazgo diferente</strong> y comprometido en escribir otra historia. Impone su sello en todos los rubros que el fútbol le reserva a sus figuras: en la geografía del área y sus alrededores muestra categoría, valentía y frialdad que quisieran muchos otros; en el terreno de las presiones, su motivación y personalidad le permiten enfrentar las adversidades; y en el espacio creativo sus arranques siempre despiertan empuje hacia adelante.</p> 
<p>Todo el mundo repite sentencias en un mundial… “Desde luego que se podría decir: Pero ¿quién es todo el mundo?...”. La frase no me pertenece. &nbsp;Y mucho menos a Lionel Messi. Está en el mágico libro “Noches Blancas” de Fiódor Dostoievski. El libro comienza así: “Era una noche perfecta y maravillosa, una de esas noches, querido lector, que tal vez solo existan en nuestra juventud”. Por esos caprichos del destino, la revolución argentina comenzó en San Petersburgo y Messi es el líder. Dentro y fuera de la cancha. Decisivo en lo estético y en lo emocional. El futuro de la selección, que ya es el partido con Francia, está en sus pies y también en su valiente corazón.</p>

El partido con Nigeria dej&oacute; otras sensaciones y con el sello del rosarino, un referente con sus c&oacute;digos y lenguaje

Mundial 2018 | Cuando te hablen de liderazgo, que también te hablen de Messi

"Cuando te hablen de liderazgo, que también te hablen de Messi", por Martín Castilla

<p>SAN PETERSBURGO.- En los primeros días de agrupamiento de los jugadores del seleccionado en Barcelona, Jorge Sampaoli se encontró con una buena señal por parte de Lionel Messi. Lo notó activo, con posición firme e interviniendo en esos detalles que la ciudad que tanto lo idolatra podía facilitarle la vida al seleccionado. Invitó un asado en su casa de Castelldefels para todo el plantel en las horas libres y hasta tomó la voz de mando a la hora de suspender el amistoso en Israel, escala previa a la Copa del Mundo de Rusia. &nbsp;&nbsp;</p> 
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<p>Aquellos primeros días de convivencia fueron sepultados por los<strong> malos resultados obtenidos en el Grupo D</strong>, que mañana define la continuidad del seleccionado en el choque con Nigeria. Influyeron en la vida íntima de un plantel que encontró todo lo que tenía a mano para no mostrarse y no hacerse ver como lo que de verdad debería ser: un grupo. Puertas adentro del seleccionado se entusiasmaban con la forma en que llegaba &nbsp;Messi a Rusia. Daban cuenta de eso y lo decían públicamente. Él mismo argumentaba que se venía otra historia y se entrenaba sin ponerle límites a sus ganas. Y entendió sin problemas cuando Sampaoli decidió cambiar los nombres y “los proyectos de partido” de cara a los partidos de Islandia y Croacia.&nbsp;</p> 
<p>Más allá de si juega con éste o con aquel, si se mueve por la derecha o como falso 9…la búsqueda de Messi para este Mundial pasaba por otro lado. Desde estas mismas líneas se vienen describiendo los cambios de los últimos días que se han dado en el seno íntimo del seleccionado, allí donde el rosarino se encerró en su coraza. Volvieron las ataduras y las miradas enigmáticas al suelo. <strong>Todo lo que vivió Messi desde que pisó suelo ruso ni el más pesimista podía suponerlo.&nbsp;</strong></p> 
<p>Las consecuencias de no haber ido al amistoso en Jerusalén, la campaña para instalarlo dentro de los informes Panama Papers, la supuesta amenaza del Mossad a la familia y, como si fuera poco, esa capacidad autodestructiva de la selección para hacer más difíciles las cosas cuando los resultados no son los esperados. Y, como si fuera poco, vivió un desencanto futbolístico con el proyecto de Sampaoli. Lo admiten personas allegadas a su entorno: <strong>“Sintió que todo se fue de eje. Que la idea de juego no es la prometida.</strong> Sufre porque no le llega la pelota y el equipo es inestable tanto como lo que él percibe afuera. Entiende que el equipo es largo y juega sin enlaces. No hay triangulación y que, repito, no le llega una pelota”. &nbsp;Contundente.&nbsp;</p> 
<p>San Petersburgo fue la capital de la Rusia Imperial durante más de dos siglos. Aquí estalló la revolución rusa de 1917. ¿Será el escenario de la revolución argentina comandada por Messi? Por estas horas se tiene un dato diferente del que tenía hasta ahora. Desde su entorno aseguran que rompió las ataduras para instalarse con otro protagonismo. “Hablé con él. Lo noté mucho mejor. Dispuesto a salir de este momento como él sabe hacerlo y como ya lo hizo otras veces con la selección. Te aseguro que está mejor. Tengo mucha fe de que van a clasificar”, fueron las palabras del otro lado de la línea.<strong> Las gambetas, los toques de distinción, las pegadas de calidad, la velocidad y la eficacia son cuestiones que deslumbran de Messi y que se extrañan en Rusia. </strong>Y por eso se necesita verlo en el partido con Nigeria &nbsp;más ilusionado, alegre, motivado y suficientemente abierto. Lejos del líder misterioso que se vio en suelo ruso.&nbsp;</p> 
<p>Ahora que el seleccionado se desespera por encumbrar a otra realidad, Messi vuelve a concentrar la atención de todo. La historia, generosa, vuelve a darle otra oportunidad a la Argentina. A Messi y a sus compañeros. Al técnico y a sus colaboradores. A los dirigentes. A todos. Vuelve a estar más expuesto. Si al seleccionado le va bien, será el gran responsable. Si le va mal, también lo ubicarán en la misma categoría. Lo sabe y asume. Para él es tiempo de avanzar, de concentrarse en lo que viene y de rebelarse ante la adversidad. Revolución Messi.&nbsp;</p>

La Argentina se juega la continuidad en el Mundial, este martes ante Nigeria; y Messi sabe que no hay lugar para pasos en falsos; por Mart&iacute;n Castilla, enviado especial

Qué cambió en Messi para soñar con una revolución en el plantel argentino

<p>BRONNITSY.- La Argentina está ante una nueva oportunidad para resurgir. En el Grupo D y en su fútbol. El trabajo de Jorge Sampaoli y los jugadores está lejos de conformar, y con sus rendimientos y decisiones lo único que consiguen es agigantar los problemas. Lo saben y por eso cada una de las partes tiene el lugar que le corresponde, pero también hay obligaciones y responsabilidades. Son necesarias ver señales positivas e indicios más concretos. Y en este contexto, los jugadores, el entrenador y el presidente de la AFA, Claudio Tapia, <strong>tuvieron una reunión cumbre</strong> en la concentración con la intención de enderezar el rumbo de este barco a la deriva.</p> 
<p>El problema, hay que admitirlo, es que -más allá del 2 a 0 de Nigeria sobre Islandia que le dio vida a la selección para el partido del martes que viene ante los africanos en San Petersburgo,&nbsp;ninguna de las apuestas de esta selección da con la respuesta esperada. Ni la técnica suplantó a la táctica, ni los mensajes son claros y certeros entre las partes, ni los más experimentados son piezas firmes y etcétera. <strong>Son muchos los puntos débiles que está mostrando la Argentina</strong> en esta Copa del Mundo y quizá por eso llegó la hora de hablarse de frente.&nbsp;</p> 
<p>Las horas posteriores a la contundente derrota con Croacia, los jugadores se mostraron resignados, casi que derrotados. Costó varias horas conciliar el sueño después del partido. Pero una vez concluida la victoria de Nigeria, tras la cena en el salón comedor,<strong> todo el plantel pidió una reunión con el cuerpo técnico.</strong> El pedido fue correspondido positivamente. Estuvo Sampaoli y dos de sus colaboradores, Sebastián Beccacece y Lionel Scaloni. Pero lo curioso que <strong>de la reunión también participó Tapia</strong>. Qué rol ocupó cada uno y que posición tomó en el encuentro te lo contamos a continuación.</p> 
<p><u><strong>Una intimidad con puntos inestables.</strong> </u>Desde estas líneas se mencionó que la selección &nbsp;no tiene la armonía que se anhela para llevar adelante su tarea. En suelo ruso, el entrenador se vio involucrado en supuestas desavenencias internas. Una en la intimidad de su cuerpo técnico con ciertas diferencias de criterios a la hora de elegir los planteos y los nombres. En este caso, el foco está puesto en su ayudante Beccacece. Y otra, con los jugadores por un mensaje que no es comprendido como lo requiere una circunstancia como el Mundial (el rol de Scaloni es el de ser nexo con los futbolistas). Esta cuestión fue planteada hace un rato en&nbsp;Bronnitsy. Como si fuera poco, en la intimidad del cuerpo técnico estaban los temerosos aires desestabilizadores que siempre aparecen en estos casos. Está claro, no es el mejor escenario para preparar el encuentro decisivo con Nigeria, pero al menos se avanzó en plantearse de frente estas cuestiones y con la intención de mejorar en conjunto<br><span></span></p> 
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<p><strong><u>El mensaje del técnico no llega.</u> </strong>Los “proyectos de partido” de Sampaoli &nbsp;no pasan por su mejor estado de certezas. Pasan más por pretensiones desmedidas que por la simpleza que le puede llegar a reclamar el plantel. Por intenciones más que por las posibilidades reales del equipo en la cancha. <strong>Frente a sus compañeros, los que hablaron y las voces que se escucharon fueron las de Lionel Messi y Javier Mascherano.</strong> Nada se sostiene simplemente por descansar en la pretensión de un sistema o agruparlos a los jugadores como un montón de individualidades, se necesita superarse y emerger como una selección más confiable. <strong>La observación de los futbolistas en este aspecto fue clara: apunta a mejorar desde el mensaje. &nbsp;</strong></p> 
<p><strong><u>Falta rebeldía en la cancha.</u> </strong>Hay una condición que se habló entre las partes.<strong> La primera voz que se escuchó en este caso fue la de Tapia</strong>, que siempre intercedió para que todos se sienten en una mesa común. El equipo debe mostrarse más desafiante. Y está a la vista que es una materia pendiente en el seleccionado. Y cuando se mencionó este punto no se habló únicamente de voz de mando o autoridad, sino de mostrar más compromiso con las acciones de partido. No existe rebeldía ante lo que propone el rival. Los jugadores argentinos se desacomodan fácilmente ante la adversidad. Y en este punto, cada parte tuvo sus minutos para decir lo suyo.&nbsp;</p> 
<p>Si Rusia 2018 le dio una vida más a la selección y el objetivo común es avanzar, la selección dio el paso que se demandaba puertas adentro. Cada eslabón, desde el cuerpo técnico hasta el último de los convocados, debía dar un impulso mayor para no quedar a mitad de camino, para superar la zona indefinida en que se encuentra ahora. Mirarse a la cara y hablarse de frente. <strong>Al menos un primer paso para la reconstrucción forzada</strong> que le impone esta Copa del Mundo.<span></span></p> 
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<h2>El boletín de Sampaoli ante Croacia<span></span></h2> 
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La victoria de Nigeria relanz&oacute; el &aacute;nimo del equipo argentino, que esta noche tuvo una charla &iacute;ntima y frontal en donde se pusieron los puntos sobre la mesa

Reunión cumbre en el seleccionado: quiénes participaron, qué se dijeron y el pedido especial del plantel a Sampaoli

Reunión cumbre: quiénes participaron, qué se dijeron y el pedido especial a Sampaoli

<p>BRONNITSY.- Por más que algunos quieran frenar un temporal con la mano, este seleccionado dirigido por Jorge Sampaoli y cuyo capitán es Lionel Messi es incapaz de conseguirlo. Pasados los primeros dos partidos del Mundial y cosechado apenas un punto, los eternos karmas, problemas y otras cuestiones continúan por más que se prendan las velas por &nbsp;tal o cual resultado. <strong>Las incertidumbres deportivas de esta generación persisten y ya no parece posible recurrir a las cualidades de este o aquel futbolista para detenerlas</strong>. Ni mucho menos a las capacidades de un cuerpo técnico no del todo homogéneo y con ciertas diferencias de criterio. Las flaquezas mantienen su poder sobre unos y otros.&nbsp;</p> 
<p>Esta selección, el cuerpo técnico, la dirigencia y parte de los jugadores, pueden creer que tienen materia prima como para confiar más allá de lo concreto, pero no encuentra el equipo ni la calma. No parece darse cuenta que la armonía se resiente en la medida que los resultados que no apacigüen esos asuntos puntuales que inquietan. Y es algo latente tanto como las deficiencias futbolísticas que muestra esta Argentina que vivió una verdadera pesadilla ante Croacia. Los gestos de los jugadores no hacen más que dejarlo en evidencia. Está claro que a Lionel Messi algo lo vuelve de sacar de partido en pocos minutos: <strong>desde&nbsp;los 15 del primer tiempo se la pasó mirando a Sampaoli, quien vivió el encuentro a los gritos y casi todo el tiempo peleando con el cuarto árbitro.</strong></p> 
<p>El fuerte golpe en esta Copa del Mundo sufrido frente a Croacia entregó más motivos para encender otros focos de problemas. No se está dando la química necesaria que debe tener un plantel, ya sea por la responsabilidad de los protagonistas o por falta de un concepto de autoridad que debe imperar a partir de decisiones fundamentadas. En los días vividos en Rusia, ya hubo algunos indicios de una cuestión que viene de arrastre. Cuentan que en el vestuario, tras la derrota con Croacia, los futbolistas fueron testigos de las maldiciones al aire lanzadas por Jorge Sampaoli y su ayudante Sebastián Beccacece por otra actuación del equipo para el olvido. Todo en un ambiente de mucha bronca, tensión y frustración en un equipo que está al borde de quedarse con las manos vacías en Rusia.</p> 
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<p>Consumada la derrota, se agigantan los trascendidos y los comentarios. Que el mensaje no llega del todo claro y que no todos lo asimilan por igual está a la vista. En la conferencia de prensa posterior al encuentro, Sampaoli reconoció que “el proyecto del partido no prosperó”. Cuando le trasladaron estas palabras del entrenador a Sergio Agüero, el delantero mostró cara de sorpresa y manifestó: “Que diga lo que quiera”. Luego, se dio media vuelta y se fue. Es evidente, la intimidad de la Argentina es tan caótica que su anarquía se vuelve previsible y se expone. Aunque no lo reconozca públicamente, los líderes de este plantel también están aplazados en casi todos los rubros que habían prometido.</p> 
<p>Factores en contra que, más allá de las aclaraciones de las partes, no suman precisamente como un estímulo para conformar un "equipo". Un equipo que permita soñar con la clasificación a los octavos. Si alguien pensó que los inconvenientes del seleccionado podían esfumarse por arte de magia en estos primeros partidos del Mundial, se equivocó. Esta selección de Sampaoli sigue en el ojo de la tormenta y cuesta adivinar cómo hará para llegar lo más lejos posible es esta Copa del Mundo.</p> 
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La derrota ante Croacia dej&oacute; en evidencia falencias que no son de ahora; de nuestro enviado especial a Rusia

Una selección resquebrajada: las heridas abiertas de Sampaoli, Messi y compañía

<p>MOSCÚ.- No hay un único tema en Rusia, pero está a la vista que los titulares de los medios y de los noticieros tienen un único hilo conductor: el fútbol y la Copa del Mundo. Los fervorosos y masivos festejos de anoche por parte de los rusos por la casi asegurada clasificación a los octavos de final de su seleccionado y que hasta hace unos días estaba condenado al “fracaso” según la prensa local. El encuentro que tendrá Putin con el ex presidente de la FIFA, Joshep Blatter, quien bajo su mandato anunció en 2010 la elección de este país como sede del Mundial, también gana pantalla. Y entre los debates televisivos en los que se habla de resultados sorpresivos y del nivel de las potencias, también se preguntan si podrá verse a Lionel Messi en su máxima expresión.</p> 
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<p>En este contexto, resulta válido preguntarse: ¿Cómo está realmente Lionel Messi de cara al partido de este jueves&nbsp;con Croacia? Cuando se indaga en la vida íntima del plantel queda la impresión de que<strong> Lionel Messi está lejos de perder esa aureola que genera un efecto motivador en el resto.</strong> Durante toda la jornada&nbsp;estuvo dando con la química necesaria que debe tener un líder, ya sea porque dejó atrás el enojo y las puteadas que despertó en él su propia actuación frente a Islandia o por un concepto de autoridad que empezó a tomar a partir de sus decisiones. En las horas de convivencia, el rosarino se la pasó arengando a sus compañeros, se lo vio de buen ánimo y compartió una rueda de mates con el cuerpo técnico en la habitación de Jorge Sampaoli.</p> 
<p>Lionel Messi sabe como nadie que el poco tiempo que se tiene debe ser bien utilizado y aprovechado para que exista un clima de camaradería y buen entendimiento. Valores intangibles para el cuerpo técnico, para Messi y para todos los jugadores. <strong>Sabe de sus responsabilidades y actúa con la madurez del caso</strong>. Todos quienes tienen acceso a la intimidad de la selección coinciden en esto. La versión de un Messi recargado viaja a Nizhny Novgorod, donde mañana la selección (a las 15 hora argentina) se juega buena parte de la clasificación a los octavos de final. Y en este escenario es que aparecen los objetivos del seleccionado, que son los mismos en los que se embandera el rosarino como capitán. &nbsp; &nbsp;</p> 
<p>&nbsp;Mediante trascendidos y comentarios, en los últimos días se divulgaron posibles desavenencias en la vida privada de Messi. Más precisamente que estaría en crisis con su mujer Antonella. <strong>Ante la consulta de Filo.news, una persona muy allegada al entorno del futbolista, que pidió reserva, fue enfático: "Totalmente falso”.</strong> El dato confirmado es que Antonella y los hijos de Messi están viajando para Rusia en el mismo momento que el plantel argentino se traslada rumbo a Niznhy Novgorod. Ellos más los padres y hermanos de Messi estarán presentes en el estadio para el partido con Croacia.</p> 
<p>En el fútbol, muchas veces los resultados hacen ver "fantasmas" donde no los hay. “Todos hablan a partir de malos resultados, pero no pasa nada", suelen repetir por estas horas desde la intimidad de la selección. Si es así, mejor. Porque el que pierde es el seleccionado y especialmente la cabeza de este sueño, en este caso Messi, que es la gran esperanza con la potestad para resolver las cosas y buscar los caminos hacia un destino mejor. En definitiva, es él el responsable y quien decide. Así lo siente, lo asume y busca su desquite.</p>

As&iacute; se prepara el Diez argentino para el crucial partido de este jueves; lejos de estar en una crisis con Antonella, dio vuelta la p&aacute;gina r&aacute;pidamente tras su enojo por el 1-1 ante Islandia; por Mart&iacute;n Castilla, enviado especial de Filo.news a Rusia

Lionel Messi, recargado: arenga, mates en la habitación de Sampaoli y voz de líder, antes de enfrentar a Croacia

Messi, recargado: arenga, mates en la habitación de Sampaoli y voz de líder

<p>BRONNITSY.- La calle serpenteante se entromete en la intimidad de un seleccionado que necesita meterse rápido en el camino más derecho posible en esta Copa del Mundo. En el asfalto está la extensa fila de periodistas que esperan con ansiedad esos 15 minutos de práctica permitidos para la prensa. En ese marco se empieza a especular con las decisiones y &nbsp;en lo que se puede encuadrar como <strong>una pulseada conceptual entre las ideas del mentor de un proyecto y la de sus intérpretes</strong>, o mejor dicho, la de algunos de ellos.&nbsp;</p> 
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<p>No se trata de conjeturas desmedidas. Ni el técnico Jorge Sampaoli está encerrado en su mundo. Ni Lionel Messi y compañía manejan todo a su antojo. Pero como sucede desde hace un tiempo, <strong>dos pensamientos que se respetan están conviviendo en la vida íntima de la selección</strong>, que se prepara para enfrentar a Croacia, el jueves, en Nizhny Novgorod. Un desafío que tiene una importancia que nadie hubiera imaginado. Tanto por el resultado como <strong>por lo que representa puertas adentro.</strong> &nbsp;</p> 
<p>Los movimientos de los enviados especiales alrededor del complejo de Bronnitsy siempre tienen que ver con el fútbol y con informar. Entonces fue otro día para ingresar en la práctica unos pocos minutos y para penetrar en las decisiones del entrenador a través de los contactos o allegados. Y para hacer valer aquello de que en este deporte no hay secretos, se pudo saber que entre los titulares hubo muchas caras nuevas. Está claro que lo visto en el 1 a 1 del debut ante Islandia no conformó y que lo expone a Sampaoli a <strong>fortalecer lo que él pretende</strong> del equipo por encima de cualquier otra cuestión.&nbsp;</p> 
<p>Se arrancó en el Mundial con la línea de cuatro que tan bien le sentaba a los jugadores y detrás de la que ellos se embanderaron. Esa propuesta y tantas otras intenciones que se tenían para el primer partido, fueron hechas añicos por la verdad que se veía a flor de piel. Y entre la propuesta inicial y el contexto, se abrió una puerta por la que ingresan los cambios de muchas piezas y, esencialmente, de sistema. <strong>Sampaoli parece dar un golpe en la mesa de la selección y decir “ahora voy con la mía”</strong>. Y por eso, con respecto al debut con Islandia, frente a Croacia no estarán Rojo, Biglia, Di María y hasta podrían salir Salvio o Meza en el caso que se incline por Enzo Pérez. La formación que paró el técnico estuvo integrada por Caballero; Mercado, Otamendi y Tagiafico; Salvio, Meza, Mascherano y Acuña; Messi, Aguero y Pavón.</p> 
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<p>El suspenso alrededor de la alineación continúa de cara al partido con Croacia. ¿Por qué? Por multiplicidad de factores. Algunos por el temor de una línea de tres, que se convertiría de cuatro en el caso de que Acuña tenga que bajar obligado por las circunstancias. Otros por esas dudas que vienen de arrastre desde el comienzo del ciclo del entrenador. Pero los ensayos de hace unas horas tuvieron una particularidad: <strong>Sampaoli patea el tablero. Le guste a quien le guste</strong>, en este escenario deambula la selección por estas horas de búsqueda del mejor camino posible.</p>

Ante Croacia, este jueves, se ver&aacute; un cambio de nombres y, tambi&eacute;n, un cambio de esquema; qui&eacute;nes salen y qui&eacute;nes entran seg&uacute;n la concepci&oacute;n del entrenador. De nuestro Enviado Especial

Rusia 2018 | La pulseada conceptual entre Sampaoli y algunos jugadores: qué hay detrás de los cambios que planea el DT

"La pulseada entre el DT y los jugadores: qué hay detrás de los cambios que se vienen", por Martín Castilla

<p>BRONNITSY.- La noche posterior al debut en la Copa del Mundo, los jugadores volvieron de Moscú <strong>cansados, vencidos, superados por las circunstancias.</strong> Por el resultado, por la actuación y por lo inesperado de la situación. Por el corazón tocado. Y por lo comprometida que se pueden poner a las cosas en el Grupo D. Casi nadie cerró los ojos en el predio de Bronnitsy a la hora de tener que conciliar el sueño. Atrás quedaron<strong> las puteadas repetidas de Lionel Messi en el vestuario por el penal desperdiciado</strong> y de un rendimiento que estuvo lejos de lo que se habían juramentado. &nbsp;&nbsp;</p> 
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<p>Costó varias horas conciliar el sueño después del partido, en el complejo de Bronnitsy, a 55 kilometros de Moscú. Aparecieron gradualmente y con paso cansino en el salón comedor. Poco duró el desayuno, pues enseguida se armaron los grupos de trabajo para preparar el próximo compromiso con Croacia, tan decisivo e importante para alejar cualquier tipo de fantasma. Una vez divididos los grupos, los titulares por un lado y los que no jugaron frente a Islandia por el otro, cuando en el predio tenía ese humor que sólo entregan mazazos, Sampaoli tuvo una breve reunión con buena parte del cuerpo técnico. <strong>"Esto ya pasó", es el mensaje final que, desde los más experimentados, se intentará instalar</strong> cuanto antes a todo el plantel.</p> 
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<p>¿Por qué Messi terminó tan caliente el partido? ¿Haber desperdiciado el penal lo hace sentir culpable de todos los puntos negativos frente a Islandia? ¿Hasta qué punto se puede depender solo de él?<strong> "Sí me siento responsable. Lo del penal fue doloroso", aseguró afectado</strong> ante todo quien lo quisiera oír. No es una buena señal que Messi y compañía tiendan a complicarse la vida ellos mismos, más allá de los obstáculos que le plantea el rival. En el caso del seleccionado, son más los problemas en los que se mete sólo que los que soluciona. Y eso es lo que por estas horas desvela a Messi y al resto de los referentes.&nbsp;</p> 
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<p>Por la mañana, los suplentes se entrenaron ante un Jorge Sampaoli que se la pasó a los gritos y con indicaciones a viva voz; mientras que los que jugaron con Islandia trabajaron en el gimnasio. <strong>Hubo un asado como para levantar el ánimo del plantel y por la tarde los jugadores recibieron a sus familiares.</strong> En un momento de la práctica, Sampaoli vivió una situación particular cuando no logró poner en funcionamiento el carrito eléctrico. Intentó en muchos casos, pero no hubo caso. Se podría decir que Sampaoli no logra poner la primera en la marcha de este equipo. En esta Copa del Mundo el equipo sigue en una nebulosa que arrastra desde las eliminatorias, ni parece estar a la altura de lo que insinúa buena parte de sus nombres. Por el momento, no puede apagar los incendios originados en sus propios descuidos y desprolijidades. Y eso es lo que a esta selección le hace vivir el Mundial a las puteadas.</p> 
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El capit&aacute;n argentino se sinti&oacute; responsable por la igualdad ante Islandia; el equipo qued&oacute; golpeado; hoy hubo asado y visita familiar, para intentar levantar el &aacute;nimo; por Mart&iacute;n Castilla, enviado especial

Mundial Rusia 2018 | El día después del mazazo: la noche en la que retumbaron las puteadas de Messi

La selección, puertas adentro: la noche en la que retumbaron las puteadas de Messi, por Martín Castilla

<p>BRONNITSY.- El sentimiento, la ilusión y el fuego de la responsabilidad están&nbsp;envasados en esos ojos clavados en la correntada del río Moscova. Agua que ve pasar&nbsp;desde el ventanal del búnker de esta selección argentina que contiene los sueños de&nbsp;millones de argentinos y que una vez más lo tiene como estandarte. “Es ahora o nunca”&nbsp;es “la” frase sentida así, desde lo más visceral, por el joven-hombre-megaestrella que&nbsp;tiene el mundo del fútbol y que es argentino. A dos días del debut frente a Islandia, por el&nbsp;Grupo D (sábado a las 10), la mirada de Messi es ese ventanal por dónde se ven pasar&nbsp;tantos recuerdos como sueños en celeste y blanco.</p> 
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<p>Desde cierto lugar de madurez que le marca el almanaque, <strong>siente Rusia 2018 como la&nbsp;última chance que para una generación que lidera, valora y defiende a puño apretado</strong>. En&nbsp;la intimidad quizá no quiera usar la bata blanca con escudo de la AFA bordado que todos&nbsp;los días lo espera en su cama, pero sí&nbsp;marca el camino con el corazón de capitán y&nbsp;referente, y con ese fuego sagrado interior que le consume la ansiedad. El día del comienzo del Mundial, después de tantas imágenes que han pasado desde Brasil 2014,&nbsp;puede parecer igual que siempre. Minutos de entrenamiento, otros de descanso, y una&nbsp;buena parte de dosis de llamados familiares. Pero algo sí cambió. Cada día que pasa, cada&nbsp;hora, cada momento de la oncentración él está bien cerca de sus compañeros. Es cierto&nbsp;que aún tiene a su alrededor a algunos laderos que tanto lo siguieron en la selección, pero&nbsp;también hay muchos nuevos y quiere estar en cada detalle… Pretende motivarlos y&nbsp;potenciarlos a cada uno para sumarlos en “la misión” personal que representa este&nbsp;Mundial, que una vez más lo tiene como uno de los posibles candidatos a quedarse con el&nbsp;cetro de Rusia 2018.</p> 
<p>En similitud con el caudal del lago Belskoe, estratégicamente bloqueado por la policía&nbsp;rusa, mucha agua corrió en los últimos cuatro años por debajo del puente que une Brasil&nbsp;2014 con Rusia 2018. A la final perdida en el Maracaná frente a Alemania, le siguieron&nbsp;los partidos finales dejados pasar en las Copas&nbsp;América&nbsp;de Chile 2014 y de Estados&nbsp;Unidos 2016. Abatido por este último golpe a la ilusión y tras unos días de fuertes críticas&nbsp;a la conducción interina de la AFA, renunció al seleccionado. Algo que provocó una&nbsp;reacción masiva de los hinchas argentinos implorando por su vuelta. Aquellas lágrimas<br>decían algo más.</p> 
<p>Como si fuera poco, las frustraciones acumuladas vinieron agregadas de otros capítulos.&nbsp;Lo&nbsp;suspendieron por cuatro fechas en las eliminatorias por insultar a un juez de línea&nbsp;(después la FIFA le redujo la pena). Fue condenado a 21 meses de prisión por evasión&nbsp;impositiva en España. Pero también le pasaron cosas buenas y que no tienen que ver con&nbsp;los 700 millones de euros que puso Barcelona como cláusula de rescisión… Tiene relación con lo más profundo, con sus afectos y con su familia. Se casó con el amor de su&nbsp;vida, Antonella Roccuzzo, y tuvo dos hijos más, Mateo y Ciro, que junto con Thiago&nbsp;representan el farol de su vida.</p> 
<p>Todo esto pasó en la vida de Messi en la previa de este Mundial en Rusia. Una Copa del&nbsp;Mundo que lo encuentra próximo a cumplir 31 años. Fue dicho: no la pasó bien cuando&nbsp;las cosas se pusieron complicadas en las eliminatorias y <strong>hasta pensó que de no&nbsp;clasificarse se debía ir para siempre de la selección. </strong>Después de la tranquilizadora&nbsp;clasificación, eso quedó atrás y se soltó por completo en esas charlas que tuvo con cada&nbsp;integrante del plantel. Pudo decir claramente que es lo que pretende de lo colectivo como&nbsp;de la convivencia en la antesala del debut con Islandia. Y se detiene en todo lo que puede<br>en su rol, en cómo debe encararse este Mundial, en la identidad de un equipo y de un&nbsp;grupo humano. Esta vez su voz se hizo sentir en la intimidad de un plantel que siente que&nbsp;no quedan muchas alternativas posibles. La hora de salir a jugar su cuarto Mundial está&nbsp;cerca. Él sabe todo lo que representa. Quizá por eso hizo sentir su voz como nunca.&nbsp;Ilusiones acumuladas. Deseos que van por dentro de un hombre que en su mirada&nbsp;concentra la de todos los argentinos.</p> 
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