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Rusia 2018 | La procesión interna de Lionel Messi: así pasa sus horas antes del debut ante Islandia

El capitán argentino asume la responsabilidad y sabe todo lo que se juega en este Mundial
Rusia 2018 | La procesión interna de Lionel Messi: así pasa sus horas antes del debut ante Islandia

BRONNITSY.- El sentimiento, la ilusión y el fuego de la responsabilidad están envasados en esos ojos clavados en la correntada del río Moscova. Agua que ve pasar desde el ventanal del búnker de esta selección argentina que contiene los sueños de millones de argentinos y que una vez más lo tiene como estandarte. “Es ahora o nunca” es “la” frase sentida así, desde lo más visceral, por el joven-hombre-megaestrella que tiene el mundo del fútbol y que es argentino. A dos días del debut frente a Islandia, por el Grupo D (sábado a las 10), la mirada de Messi es ese ventanal por dónde se ven pasar tantos recuerdos como sueños en celeste y blanco.

Desde cierto lugar de madurez que le marca el almanaque, siente Rusia 2018 como la última chance que para una generación que lidera, valora y defiende a puño apretado. En la intimidad quizá no quiera usar la bata blanca con escudo de la AFA bordado que todos los días lo espera en su cama, pero sí marca el camino con el corazón de capitán y referente, y con ese fuego sagrado interior que le consume la ansiedad. El día del comienzo del Mundial, después de tantas imágenes que han pasado desde Brasil 2014, puede parecer igual que siempre. Minutos de entrenamiento, otros de descanso, y una buena parte de dosis de llamados familiares. Pero algo sí cambió. Cada día que pasa, cada hora, cada momento de la oncentración él está bien cerca de sus compañeros. Es cierto que aún tiene a su alrededor a algunos laderos que tanto lo siguieron en la selección, pero también hay muchos nuevos y quiere estar en cada detalle… Pretende motivarlos y potenciarlos a cada uno para sumarlos en “la misión” personal que representa este Mundial, que una vez más lo tiene como uno de los posibles candidatos a quedarse con el cetro de Rusia 2018.

En similitud con el caudal del lago Belskoe, estratégicamente bloqueado por la policía rusa, mucha agua corrió en los últimos cuatro años por debajo del puente que une Brasil 2014 con Rusia 2018. A la final perdida en el Maracaná frente a Alemania, le siguieron los partidos finales dejados pasar en las Copas América de Chile 2014 y de Estados Unidos 2016. Abatido por este último golpe a la ilusión y tras unos días de fuertes críticas a la conducción interina de la AFA, renunció al seleccionado. Algo que provocó una reacción masiva de los hinchas argentinos implorando por su vuelta. Aquellas lágrimas
decían algo más.

Como si fuera poco, las frustraciones acumuladas vinieron agregadas de otros capítulos. Lo suspendieron por cuatro fechas en las eliminatorias por insultar a un juez de línea (después la FIFA le redujo la pena). Fue condenado a 21 meses de prisión por evasión impositiva en España. Pero también le pasaron cosas buenas y que no tienen que ver con los 700 millones de euros que puso Barcelona como cláusula de rescisión… Tiene relación con lo más profundo, con sus afectos y con su familia. Se casó con el amor de su vida, Antonella Roccuzzo, y tuvo dos hijos más, Mateo y Ciro, que junto con Thiago representan el farol de su vida.

Todo esto pasó en la vida de Messi en la previa de este Mundial en Rusia. Una Copa del Mundo que lo encuentra próximo a cumplir 31 años. Fue dicho: no la pasó bien cuando las cosas se pusieron complicadas en las eliminatorias y hasta pensó que de no clasificarse se debía ir para siempre de la selección. Después de la tranquilizadora clasificación, eso quedó atrás y se soltó por completo en esas charlas que tuvo con cada integrante del plantel. Pudo decir claramente que es lo que pretende de lo colectivo como de la convivencia en la antesala del debut con Islandia. Y se detiene en todo lo que puede
en su rol, en cómo debe encararse este Mundial, en la identidad de un equipo y de un grupo humano. Esta vez su voz se hizo sentir en la intimidad de un plantel que siente que no quedan muchas alternativas posibles. La hora de salir a jugar su cuarto Mundial está cerca. Él sabe todo lo que representa. Quizá por eso hizo sentir su voz como nunca. Ilusiones acumuladas. Deseos que van por dentro de un hombre que en su mirada concentra la de todos los argentinos.

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