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8M: nuevos desafíos para las enemigas de la derecha

A casi diez años del primer simbronazo feminista nacional, el paro nacional de mujeres llega como una respuesta a los tiempos que corren. En esta nota, charlamos con la actriz Dolores Fonzi al respecto.    

8M: nuevos desafíos para las enemigas de la derecha

Hace diez años el Día de la Mujer era una cosa completamente distinta. Se festejaba y enaltecía a las mujeres por su ardua labor, había flores, lavarropas y delantales para todas las amas de casa abnegadas. También halagos y un análisis poco justo sobre la situación de desigualdad entre varones y mujeres.

Durante el 2015 y luego de una explosión de furia respecto al femicidio de Chiara Páez, la cuestión de género comenzó a existir en las discusiones más mainstream y el 8 de Marzo se transformó en una fecha reivindicatoria más lejos de las cocinas y más cerca de la política y de la economía.

Desde ese tiempo a esta parte se generó una situación de alerta inexistente hasta el momento y millones de mujeres de todos los ámbitos se dieron cuenta de la estafa: ganamos casi un 30% menos que ellos pero trabajamos más.

Para esta nota de la semana, charlé con la actriz y activista Dolores Fonzi que remarcó:  
"Este 8M es distinto porque el espíritu de resistencia está enardecido frente a tanta locura. Nos damos cuenta que juntas más que nunca, es la única manera de poner un límite a este avance terrorífico que estamos viviendo sin ninguna razón sensata que explique por qué tantas desiciones absurdas que solo perjudican a tantas personas".

Los estadíos de acuerdo a los movimientos feministas en el país fueron modificándose y año a año la discusión, cuestionamientos y debates cambiaron. Al comienzo de esta ola, el análisis se centró en “darse cuenta” de las desigualdades de base. A partir de ahí, atravesar aprendizajes y generar herramientas para sobrevivir y acomodarse con nueva información y exigir, a su vez, lo justo.

Hasta el triunfo de Javier Milei como presidente, la lectura era bastante clara: antes el mundo entero negaba la existencia del machismo pero hoy parece aceptarlo. Lo trágico del desenlace es que la sociedad al aceptarlo parece haberlo naturalizado. Oh no.

Respecto al tema, Fonzi sostiene: "Como hay avances en cuestión de igualdad y género también la contraofensiva a ese avance se pone picante. La intolerancia al cambio y a la apertura es desmedida".

En esta última etapa, tanto en el ámbito académico como en el terrenal, la diferencia entre varones y mujeres quedó muy expuesta. Negar la existencia de estas diferencias, que fueron probadas estadística y empíricamente, habla de un negacionismo patológico que ubica a los movimientos feministas como los principales enemigos de las derechas más cruentas de los últimos años.

Esta enemistad tiene sentido, los movimientos feministas vinieron a romper con el status quo, concepto asociado a la familia tradicional y a las buenas costumbres. Al quebrar esa estructura se acaba la magia y se ve el truco, el trabajo de las mujeres estaba tan invisibilizado que ni siquiera tenían (¿tienen?) derecho a una jubilación. El sistema que siempre mantuvo al costado a las amas de casa, usa y abusa de los servicios de cuidado y limpieza pero niega el tiempo, el esfuerzo y la existencia de esas labores.

La grieta respecto a la cultura del trabajo impacta y es uno de los focos en donde hoy se mueven los movimientos feministas y las organizaciones. La visibilidad de la brecha salarial y la importancia de entender que “eso que llaman amor es trabajo no pago”, se postula como una de las cuestiones que aún dan batalla. El presidente Javier Milei, de hecho, negó en varias oportunidades la brecha salarial de género, concepto estudiado y certificado por muchas organizaciones internacionales.

En la época de la postverdad y las fakenews, el escenario es más complejo que antes y las “calles virtuales” están plagadas de libertarios que utilizan a la confusión como herramienta principal. Los espacios en la web y las redes sociales se transformaron en una pata más de la militancia y la estrategia política, terreno en el que hay que participar y vincularse ya que así como La Libertad Avanza genera y distribuye fakenews, utiliza y realiza en esos lugares pequeños focusgruop.    

Uno de los análisis políticos y sociales que giran en torno al contexto en donde los Derechos Humanos se ven desdibujados, sostiene que el cinismo se puso de moda. Para Fonzi es exactamente lo que sucede: "Se naturalizó la crueldad, las noticias falsas, que la verdad esté sesgada depende el algoritmo al cual accedas. La única manera de sobrellevarlo es por momentos negar que está sucediendo, tratar de no sentir odio ni resentimiento. Y por otro lado vivir esta realidad tratando de estar acompañado de amigos y acompañar a quien lo necesite", finaliza.

A casi diez años del primer sacudón feminista se suman nuevos desafíos, la sociedad escuchó y replicó conceptos y slogans que parecen haberse agotado, que suenan trillados y vacíos. ¿Hay que encontrar nuevas palabras para decir lo mismo? Es en esa pregunta en donde se postula una respuesta que tal vez logre calmar frustraciones. Hay que encontrar nuevas palabras peroque hoy la historia es otra. No decimos lo mismo, nos reinventamos ante estos nuevos escenarios catastróficos.

Este 8M la pelea no es solo por lo que falta sino también, y sobre todas las cosas, por lo que existe. Defender los derechos adquiridos y tejer redes seguirá siendo la tarea clave para lo que vendrá.

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