En el cierre del mes del Orgullo, Filo.news retomó la importancia de los primeros activistas argentinos, allá por 1980, en luchar por los derechos de la comunidad LGBTTQ+, cuando la homosexualidad era considerada una enfermedad. 

Uno de los primeros activistas locales fue el profesor de historia, Carlos Jáuregui, que tras la vuelta de la democracia en 1983, cuando en Argentina se respiraban aires de libertad.

En 1984, Jáuregui creó la Comunidad Homosexual Argentina para luchar contra la represión policial, heredada de la última dictadura.  De esta manera, es la más antigua de las que a la fecha existen en el país, pese a que existieron otras organizaciones anteriores, como el grupo Nuestro Mundo, de 1969, o el Frente de Liberación Homosexual, entre otras, pero todas se disolvieron en 1976.

Además, el profesor de historia también encabezó la primera Marcha del Orgullo, en 1992, dónde afirmó que “en una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política”.

Otra de las activistas precursoras en nuestro país en los años '80 fue Lohana Berkins, una militante travesti histórica, que fundó la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT) que presidió hasta su fallecimiento en 2016.

Berkins, nacida en la provincia de Salta, llega a Buenos Aires durante la dictadura tras ser echada de su casa por su padre, donde debió ejercer la prostitución y sufrió la persecución de los edictos policiales.

Aquí se erigió como militante travesti y afirmó que post dictadura, no hubo diferencias para les travestis trans. A su vez, fue la primera travesti en trabajar en el Estado y en 2001 fue candidata a diputada.