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Comida #chegusán#chocolate#alfajores

Probamos los nuevos alfajores de Mamuschka: nuestro veredicto

La chocolatería emblemática de Bariloche ya tiene sus propios alfajores: son libres de gluten y están cubiertos con chocolate bean to bar. Comimos un par y llegamos a algunas conclusiones. 

Probamos los nuevos alfajores de Mamuschka: nuestro veredicto

En 1989, Juan Carlos Carzalo cambió para siempre la impronta del local de la calle Mitre 298, en el centro de Bariloche: ahí abrió Mamuschka, una chocolatería que, 30 años después, sigue organizando parte de la vida turística de la ciudad patagónica a su alrededor. En el medio, también logró llegar a otros puntos del país, no solo en las valijas de los viajeros, sino a través de sucursales como la de El Calafate o la de Buenos Aires.

Hoy por hoy, Juan Carlos ya no es el único comandante de Mamuschka. Sus hijos Matías y Carolina lo acompañan en la tarea, profundizando el sello de calidad de la marca con ideas bien actuales: incorporaron insumos orgánicos (cacao, azúcar, frutas, miel), implementaron prácticas sustentables en la fábrica y los locales (reciclan 200 kilos de cartón por semana y usan bolsas ecológicas hechas con almidón de maíz), desarrollaron el método bean to bar para todos sus chocolates (importan los granos de cacao de diferentes regiones y los tuestan en su propia planta de acuerdo a las necesidades de cada tableta o bombón) y certificaron el total de su producción como libre de gluten. 

En este contexto, en mayo los Carzalo alcanzaron un nuevo hito produciendo unos alfajores muy diferentes a los que están en los kioscos o en otras boutiques chocolateras. Del diámetro de un pulgar, el alfajor parece chiquito, pero no le falta nada: como la masa está hecha con harina de almendras, es un poco más fina y liviana que las que estamos acostumbrados a ver en este tipo de producto, y contiene 30 gramos de puro dulce de leche. Prácticamente todo su peso es en dulce. Pasa algo interesante, que es que la masa se funde con el relleno y la cobertura (de chocolate bean to bar), dando la impresión de estar comiendo uno de esos bombones de Mamuschka que se derriten en la boca o algo parecido a un macaron, pero más potente. Es imposiblemente rico, sobre todo para un alfajor apto para celíacos. 

Por ahora solo se consigue en caja de 6 unidades (muy paqueta, ideal para regalar), por entre $220 y $250 en las tiendas de Bariloche, San Martín de los Andes, Villa La Angostura, El Calafate y Buenos Aires. También se puede comprar vía la app de Mamuschka, disponible para iOS y Android.