¿Cómo impactó el estreno de "El Robo del siglo" en los damnificados del caso?
Este jueves llega a los cines la película basada en el asalto al Banco Río de Acassuso en 2006. Filo.News se contactó con la abogada de los damnificados, Dra Nydia Zingman de Domínguez, quien relató cómo viven hoy las víctimas y cómo recibieron la llegada del film.
Un 13 de enero de 2006, las cámaras de televisión se agruparon en la intersección de las calles Avenida Libertador y Perú en Acassuso, San Isidro, donde estaba ubicado el por entonces Banco Río. Decenas de oficiales trataban de impedir lo peor: dentro del banco, veintitrés rehenes y una banda de ladrones.
La estrategia del grupo era aparentar un robo a mano armada, aunque en realidad fue todo una cortina de humo para saquear los objetos de valor y el dinero de las cajas de seguridad y huir a través de un túnel que ellos mismos construyeron, y así desaparecer de la vista de todos.
Ese 13 de enero, Fernando Araujo -el ideólogo-, Luis Mario Vitette Sellanes -el inversor y quien repondió los llamados del Grupo Halcón-, el ingeniero Sebastián García Bolster -que creó la herramienta con la que hicieron palanca y abrieron las cajas-, "El Doc", Alberto de la Torre, José Julián Zalloechevarría y Houdini, llevaron adelante un robo que no dejó heridos pero sí víctimas.
Así lo sostiene la abogada de los damnificados, Dra. Nydia Zingman de Domínguez, quien llevó adelante los juicios al banco por la pérdida del dinero. Pasaron ya catorce años del caso y aún no se sabe con exactitud la suma robada; se calcula que fueron 15 millones de dólares. Sólo dejaron una nota, a modo de mensaje: "En barrio de ricachones, sin armas ni rencores es sólo plata y no amores".
Pero sí se trató de plata. Multiples personas, parejas y familias se vieron afectadas con este robo. "Fue algo sumamente angustiante, como también sucedió en otros robos en los que actué profesionalmente defendiendo a los damnificados. Porque uno piensa que una caja de seguridad es inviolable, que es el lugar más seguro para guardar sus efectos más valiosos, sus ahorros, sus proyectos de vida", sostiene la letrada, también docente de la Universidad de Buenos Aires.
"Yo he vivido con mis clientes lo que significó el robo de esos fondos: significa no poderse mudar, privarse de viajar, o visitar a sus parientes en el extranjero, no poder realizar una operación costosa", añadió la doctora Zingman de Domínguez, quien sentó jurisprudencia contra los bancos en los robos de cajas de seguridad.
13 de enero de 2006. Cientos de personas se informan de la noticia del robo desde sus casas. Para algunos, una noticia más; para otros un caso cinematográfico, y para muchos, los ahorros de una vida o que definirán el futuro de esa vida.
Un hombre con discapacidad tenía que viajar a Estados Unidos para operarse. Además, su familia planeaba mudarse con él a una vivienda adecuada para su movilidad. Se enteró del robo mediante la televisión. "Entró en un shock tan grande del que costó mucho sacarlo", recuerda la abogada, quien representó al hombre y a su familia en el jucio al Banco Río.
Dos años después, la familia -como todos los damnificados- recuperaron sus fondos. Sin embargo, el hombre falleció antes; no pudo cobrar su resarcimiento.
Otra familia artista perdió todas sus obras de arte. Habían invertido sus ahorros en una exposición que realizarían en Brasil, que proyectaban desde hacía años. Sus obras de arte fueron parte del motín de los ladrones, no las recuperaron.
Un matrimonio se divorció. Se culparon mutuamente por la pérdida del dinero, los reproches fueron incesantes. "Es mucho el sufrimiento y la angustia", considera la doctora Zingman de Domínguez. "La gente empieza a estar muy nerviosa y eso lo reclamo como daño psíquico -que no es lo mismo que el moral- la vida de esa personas ya no es la misma", considera.
Los juicos contra el banco tuvieron lugar dos años después del robo, que hubiera quedado impune de no ser por la declaración de la esposa de uno de los ladrones Alberto de la Torre, a la que apodaban La Turca, que los delató al enterarse de que su marido se daría a la fuga y compartiría la fortuna con amantes.
"Todos recuperaron su dinero. Aunque se resarció el daño moral, nunca les van a resarcir lo que la gente sufrió", manifiesta la abogada, desmantelando el proceso que conlleva la defensa de damnificados en este tipo de casos.
"Lo que es muy llamativo es que en todos estos juicios de robos a bancos, sea por voqueteros o hurtos individuales, los bancos siempre sostienen que las cajas de seguridad estaban vacías. Por eso, tengo que presentar ante los jueces varios indicios: por qué la persona tenía el dinero ahí, cómo vivía sin ese dinero, cómo juntó ese dinero (si era de él u otras personas). Es importante llevar un complejo de pruebas muy numerosas que demuestre que no se está mintiendo en el reclamo", indica.
¿Cómo recibieron los damnificados la llegada de la película en el cine?
"Algo que indignó a los damnificados y a mí también es que al haber visto -previo al estreno de la película- que se habló de los ejecutores del robo como personajes simpáticos y que este fue un 'robo especial' porque no hubo heridos, víctimas; y nada más lejos de la realidad", afirma la doctora doctora Zingman de Domínguez.
"Creo que hay que repensar lo que se habla porque la película puede ser muy buena, reflejo de la realidad o no, pero no se puede decir que se conoció a los ladrones y que eran gente muy cálida, muy amable y respetuosa; yo no los conozco personalmente pero fueron delincuentes, están orgullosos de lo que hicieron y dañaron a mucha gente. Tampoco fueron Robin Hood porque no robaron para darle a los pobres, robaron para ellos", manifiesta.
"Mis clientes se sienten muy heridos con la publicidad de la película", advierte la letrada, quien mantiene que el daño no será reparado por más que haya resarcimiento y pasen los años.
El Robo al Banco Río de 2006 dejó decenas de damnificados, tuvo un saldo de veintitrés rehenes y los seis involucrados fueron detenidos y cumplieron su condena tras las rejas. Hoy, catorce años después del hecho, se estrena en los cines la película basada en el caso. La Dra. Nydia Zingman de Domínguez, abogada de las víctimas del saqueo, cuenta cómo recibieron sus clientes la novedad del film y manifiesta la controversia de un caso trascendental en la historia policial argentina.