Los trabajadores de la línea 60, una de las más importantes en conectar a la Ciudad de Buenos Aires y la zona norte del conurbano bonaerense, se encuentran de paro. El pedido: reincorporar a 10 despedidos y cancelar 20 suspensiones.
Desde la empresa aseguran que la medida fue realizada luego de los destrozos realizados en la terminal de Barracas en 2016. Allí, la compañía asegura tener grabado a los responsables que habrían atacado a personal administrativo y afectado las instalaciones.
"Matan a un trabajador por falta de medidas de seguridad y ahora nos echan a la calle", reclamó a los medios Esteban Simonetta, delegado de la línea 60.
El conflicto comenzó en septiembre de 2016 cuando una unidad que estaba siendo arreglada aplastó y mató al mecánico David Ramallo, de 35 años.
"La empresa se niega a continuar con la mesa de negociación, desde el lunes nos declaramos en estado de alerta, y el jueves se hizo efectivo el despido de esos diez trabajadores al no dejarlos entrar a trabajar", dijo Simonetta.
La dirigencia de Monsa advirtió que los despidos se realizaron para "encuadrar el funcionamiento de la empresa, defender el trabajo de otros 950 empleados y resguardar el patrimonio empresario".