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A diferencia de la leche de vaca, no tiene lactosa y es muy baja en calorías, por lo que resulta perfecta para incluir en todo tipo de dietas, incluyendo la de aquellos que desean bajar de peso. No contiene colesterol y aporta ácidos grasos omega 3.

Tiene rico sabor, y, por su espesor, se puede utilizar casi con los mismos fines que la de origen animal. Si bien ya la podemos encontrar en los supermercados, para obtener mejores beneficios y estar seguros que no contiene aditivos ni conservantes.

¡Te enseñamos cómo prepararla!

Natural y saludable │ Foto: Shutterstock

Ingredientes

  • 1 taza de almendras (155 g)
  • 3 tazas de agua (750 ml)
  • 1 ramita de canela (opcional).
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional) (5 g)

Procedimiento

  • Coloca las almendras en un recipiente hondo y cúbrelas con bastante agua. Debes asegurarte que el agua sea suficiente, ya que las almendras se hincharán un poco.
  • Déjalas en remojo toda la noche.
  • Al día siguiente, enjuaga bien las almendras, escúrrelas y ponlas en la licuadora.
  • Agrégale las tres tazas de agua y procesa todo muy bien hasta que las almendras se hayan hecho polvo.
  • Cuela el líquido para separar la leche de los restos de almendras y consérvala en un frasco de cristal.
  • Si le pones una varita de canela la leche se puede conservar mejor.
  • De manera opcional le puedes agregar un poco de vainilla para darle un sabor más agradable.


¡A tener en cuenta!

  • Después de algunos minutos es normal notar que la almendra y el agua se separan. Solo tendrás que agitarla antes de consumirla.
  • En el refrigerador puede durar hasta 5 días en buen estado. Pasado dicho tiempo empieza a descomponerse y podría oler desagradable.

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