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Salud

Inteligencia artificial para solucionar la alta demanda de consultas médicas

La pandemia concentró la atención de todo el sistema médico, dejando en suspenso las prestaciones no asociadas al coronavirus. En esta nota, el poder de los datos para canalizar y contener esta deuda de salud pendiente.

Inteligencia artificial para solucionar la alta demanda de consultas médicas

Los avances que el uso de la inteligencia artificial generó en el campo de la medicina clínica son numerosos y han sido reconocidos no solo por los especialistas, sino también por las personas en su vida diaria. Pero, ¿qué sucede cuando un paciente puede tener un diagnóstico preciso con el soporte de la tecnología y no existen consultas disponibles para su atención, o el primer turno para realizarse un estudio está libre a partir del mes siguiente?

De acuerdo con un estudio de Adecra + Cedim (agrupación que nuclea a más de 300 entidades de salud privada de Argentina, clínicas, sanatorios, hospitales, centros de diagnóstico y tratamiento ambulatorio de todo el país) las prácticas ambulatorias tuvieron un aumento promedio de 18,3% entre junio 2021 y junio 2022. En el mismo período, la variación interanual de prácticas con internación creció aún más: un 28% en promedio, donde se destaca el recupero de las consultas por emergencia (+81%).

La gran demanda de consultas médicas es uno de los efectos de la pandemia de COVID-19: luego de las cuarentenas estrictas y de la atención focalizada en lo urgente, las personas volvieron masivamente a los controles habituales de salud, que habían sido desatendidos. Pero el regreso al consultorio no parece ser una tarea fácil, los tratamientos y turnos con los profesionales de salud tienen una demora estimada de hasta un mes y medio.

En el período más extremo de la pandemia las cirugías planificadas bajaron casi a cero, se mantuvieron solo las de urgencia y las impostergables. Eso generó un cúmulo de intervenciones pendientes. Lo mismo sucedió con toda la gama de prestaciones médicas de menor gravedad, desde los controles de rutina al seguimiento de enfermedades crónicas, todo fue suspendido o postergado”, describe Luciano Tourn, CEO y cofundador de Wúru, una empresa que ayuda a las instituciones de salud a dar un salto de calidad en sus flujos de trabajo a través de la analítica de datos y la inteligencia artificial.

El contacto permanente con los prestadores de salud nos permitió entender que cuando la atención médica no se realiza en tiempo y forma, la calidad de vida de los pacientes se deteriora y, por ejemplo, se reducen las posibilidades de tener una buena recuperación si se trata de una cirugía. Por eso, desde Wúru consideramos que así como el soporte de la tecnología posibilitó alcanzar un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo, es momento de que los datos nos permitan motorizar una gestión de precisión de los recursos disponibles en salud”, agrega.

La tecnología que desarrolló Wúru le permite a los prestadores de salud aprovechar el flujo de datos que se genera diariamente en el itinerario de cada paciente. Con toda esta información reunida, se la analiza utilizando modelos predictivos de inteligencia artificial, para generar recomendaciones de acción en tiempo real, que le llegan a los profesionales directo a su celular, permitiendo agilizar y mejorar todo el proceso de atención, ahorrando tiempo y recursos, tanto en situaciones críticas como la de la pandemia, así como también ante los desafíos que forman parte de la normalidad de clínicas y hospitales. Esta optimización de los recursos, además de un impacto económico, tiene un impacto social, ya que vuelve a los servicios de salud más accesibles para el total de la comunidad.

Utilizando los datos como insumos podemos estimar de forma precisa la duración de estudios y procedimientos, evitar cancelaciones y atrasos, maximizar la utilización de los  equipos y asegurar que no haya momento del día en que los profesionales de la salud queden subutilizados o sobreexplotados, porque la mejora de la atención no puede lograrse a costa del personal sino devolviendo tiempo de calidad en la relación médico-paciente”, explica el cofundador de Wúru.

Desde la startup aseguran que la falta de un agendamiento eficiente, que se puso en evidencia por la demanda de turnos post-COVID, es parte de una problemática a escala global: la improductividad y el desperdicio de los recursos, cuya tasa alcanza entre 20 y 30% en las prestaciones de salud, de forma transversal a todos los países, tanto en los sistemas públicos como en los privados. De ahí que Wúru haya alcanzado los mercados de España, Chile, Colombia, Perú y Panamá, entre otros, y planea continuar su expansión internacional, que este año tuvo el impulso de Meridian Street Capital, siendo la primera empresa latinoamericana en recibir el apoyo de este fondo de inversión especializado en healthtech.

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