Fusilamientos en el basural de José León Suarez: a 67 años, familiares piden que se reconozca como crimen de lesa humanidad
El 9 de junio de 1956, en represalia del levantamiento de los generales Juan José Valle y Raúl Tanco contra la dictadura de Pedro Aramburu e Isaac Rojas, la policía detuvo a un grupo de personas reunidos en una casa de Florida, que horas después asesinaron en el basural de San Martín. Hoy la familiares piden que se reconozcan los fusilamientos como crímenes de lesa humanidad.
El 9 de junio de 1956, durante la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas, un grupo de hombres fue capturado por la policía y un día después fueron fusilados en el basural de José León Suárez. A 67 años de los fusilamientos en San Martín, los familiares iniciaron un juicio para que los fusilamientos sean reconocidos como crímenes de lesa humanidad.
"Lo que estamos pidiendo básicamente es los fusilamientos se declaren como un delito de lesa humanidad porque a nuestros padres los mataron durante la dictadura de Aramburu y Rojas. Ellos no tuvieron justicia. Y nosotros también fuimos víctimas de ese hecho porque quedamos muy chicos sin la protección de un padre", contó en exclusiva a Filo.news Berta, hija de Nicolás Carranza.
"La dictadura de Aramburu y Rojas, interrumpió un gobierno democrático, el gobierno del general (Juan Domingo) Perón. Era una dictadura asesina y (al asumir) se sintieron tan impunes, que decidieron darle muerte, cárcel y todo tipo de castigo al pueblo peronista. Al pueblo pobre", añadió.
El juicio actualmente se encuentra en la fase de testimonios de los familiares y de presentación de pruebas. El juicio se llevó a cabo gracias a la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia porque las familias nunca tuvieron la posibilidad de enjuiciamiento.
En un día particular para los familiares de las víctimas por cumplirse un nuevo aniversario, Berta Carranza tuvo la deferencia de atendernos y dialogó en exclusiva con este medio: "Estuve en dos actos hoy. Es un día de muchos sentimientos encontrados. Hoy, día 9 de junio mi viejo estaba vivo", recordó.
Allí comenzó a relatar lo que ella pudo reconstruir de la vida de su padre. Nicolás Carranza tenía 6 hijos cuando fue capturados, la más grande tenía 12 años, pero Berta solo tenía 2 años. No recuerda mucho de lo que pasó, pero logró mantener la figura de su padre a través de los relatos de su madre y de los compañeros de Carranza con los que siguió vinculándose.
"La noche del 9 de junio vino a vernos, él estaba escondiéndose de la policía, y vino a visitarnos... a despedirse. Cuando llegó la hora de despedirse, mi mamá le pedía que se entregara, porque lo estaban persiguiendo y el Ferrocarril estaba pidiendo la vivienda", contó Berta. Carranza era un ferroviario gremialista y para ese entonces había sido exonerado como otros tantos gremialistas. Por esos años, hasta la CGT estaba intervenida.
Por esos días el tema de volver a instaurar la democracia, el retorno de (Juan Domingo) Perón, eran más importantes para mi papá... quizás lo que quería era dejarnos una mejor calidad de vida.
Además de lo que recontruyó a través de su madre sobre lo que ocurrió aquella noche que su papá llega prófugo a su casa. Berta pudo reconstruir parte de lo ocurrido en el basural con el relato de Norberto Gavino, uno de los capturados que logró escapar aquella fatídica noche del 10 de junio.
"Todo lo que tengo de información, tanto mi madre como los compañeros de mi papá, porque Norberto Gavino, se postulaba de intendente de San Isidro, y yo participé de su campaña. Toda la idea del peronismo y de la vuelta de Perón me emocionaban", inició.
"Gavino me contó de esa noche, cuando él pensó que mi papá corría detrás de él, se dio vuelta y le dijo: 'Carranza corré, corré porque nos matan'. Mi papá se quedó a ver a (Francisco) Garibotti, que se había trastabillado con la basura, en eso que lo está ayudando a levantarse le dan las ráfagas de bala y caen muertos", recordó.
"Operación Masacre": qué pasó la noche del 9 y 10 de junio
La noche del 9 de junio de 1956 un grupo de hombres se reunió en una casa de Florida para escuchar por la radio la pelea entre el “zurdo” Eduardo Lausse y Humberto Loayza en el Luna Park. Allí algunos sabían, que en otro lado se estaba gestando algo mucho más grande y que posiblemente la transmisión de esa pelea se interrumpiría para dar lugar a un comunicado.
Ese día estaba previsto el levantamiento de los generales Juan José Valle y Raúl Tanco contra la dictadura de Pedro Aramburu e Isaac Rojas para reinstaurar un gobierno democrático y volver a traer al general Juan Domingo Perón a la Argentina. El movimiento venía siendo seguido de cerca por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y se tuvo que aplazar dos veces, pero el 9 de junio sería la fecha clave.
Una parte de los hombres reunidos en la casa de Juan Carlos Torres esperaban el comunicado para tomar acción, aunque otra parte desconocía lo que estaba ocurriendo y sólo estaba limitada a escuchar la pelea.
El foco más fuerte del levantamiento sería en La Plata, donde el teniente coronel Jorge Cogorno, el mayor Juan José Pratt y el capitán Jorge Morganti. Había otro previsto en Campo de Mayo y a partir del comunicado que se emitiría por la radio, habría levantamientos contra unidades militares en diferentes puntos del conurbano, llevada a cabo por militantes peronistas.
A la espera de esa proclama, se encontraban algunos de los hombres reunidos en la casa de Torres, cuando irrumpió la policía, que se llevó a un puñado de hombres que estaban en la casa de Florida. A ellos se sumaron dos varones de la casa que está en el frente y luego otros dos que fueron capturados cuando estaban llegando a la casa.
En total capturaron entre 12 y 15 hombres la noche del 9 de junio, a todos ellos los subieron en el colectivo y los trasladaron hasta la Unidad Regional San Martín de la Policía Bonaerense.
La madrugada del 10 de junio se conoce por Radio del Estado el decreto de la Ley Marcial, firmado por Rojas, que autoriza a fusilar a los rebeldes que sean detenidos a partir de ese momento. Y pese a que los hombres fueron detenidos el día anterior por lo que no incumplieron la ley, el jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, teniente coronel Desiderio Fernández Suárez, da la orden de fusilarlos.
Sobre los terrenos del basural quedaron cinco cadáveres, los de Carlos Lizaso, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodríguez y Mario Brion. Los otros lograron escapar, algunos de ellos heridos.
De los que logran escapar, algunos fueron recapturados horas después, pero se salvaron de ser fusilados y fueron presos, otros se escondieron durante meses, protegidos por familiares o amigos y otros alcanzaron a meterse en la Embajada de Bolivia y partieron al exilio.
El levantamiento de los militares rebeldes y la confusa aparición de cinco cadáveres en un basural del conurbano hubiese pasado casi inadvertida como un episodio más de ese entonces, si no fuera por un periodista llamado Rodolfo Walsh, que en un relato llamado “Operación Masacre”, primero como una serie de artículos en la revista Mayoría y luego como libro, logrará que los fusilamientos de José León Suárez y sus víctimas no fueran nunca olvidados.
Dentro del libro, Walsh incluye el testimonio del "fusilado que vive" Juan Carlos Livraga y logra reconstruir los hechos de aquellas fatídicas noches en la que la autodenominada "Revolución Libertadora" violó sus propias leyes y mató clandestinamente a cinco de los hombres que capturaron en Florida.