Viste una remera negra con la leyenda 'Anti Patriarcal Social Club', tiene el cabello azul, su cuerpo está cubierto de tatuajes y cada unx que interactúa con él lo califica como "un personaje". Joaquín Blengino, más conocido como Kaktov, está sentado en una mesa de un pequeño bar palermitano y listo para responder las preguntas de Filo.News.

Lo punk se le nota a la legua y, de hecho, él insiste: "Soy lo menos rapero que hay". Sin embargo, sus comienzos en la música no se dieron de la mano de ninguno de esos dos géneros, sino del rock & roll.

Alentado por su padre que era tecladista de la agrupación Alakrán y llegó a tocar con Nito Mestre, de pequeño recibió una guitarra como regalo y para los 10 años ya tocaba el bajo en una banda de rockabilly: "Primero me incliné por lo rollinga onda Los Gardelitos y Callejeros; después me tiré más para el rockabilly, pasé por el psychobilly y ahí ya me empecé a meter en el punk mientras en paralelo escuchaba rap".

Fue en 2017 que tuvo una revelación: quería ser el único arriba del escenario. "En ese momento vivía en Ingeniero Maschwitz y estaba yéndome a Capital en un auto. Venía escuchando Young Beef y pensaba 'Ya estuve arriba de escenarios, pero me encantaría estar ahí y ser la única persona agitándola'. Empezó como un capricho".

Ese capricho lo llevó a contactarse con el productor Molok0 con quien grabó "AMEX", su primer tema, el cual en un día reunió 20.000 reproducciones.

A ese single le siguieron "Bla Bla", "Kongo" y "XXL", entre otros, pero fue "BUE" -acompañado por un challenge viral que incluía una coreo- y una campaña que hizo para Madness Clothing lo que llevó a Kaktov a lograr mayor notoriedad.

Un día todo ese reconocimiento se materializó. "Me llamaron para ser telonero de Kidd Keo en Groove. Di uno de los mejores shows de mi vida: había como 2.000 personas cantando mis temas al unísono y saltando. Hice un re quilombo, fui con una banda de energía e hice un show bien punk. Omar Varela (fundador del sello Mueva Records) estaba en el VIP viéndolo y subió una historia".

"Yo no lo había visto nunca ni tuve contacto de nada" -dice- "Al toque me escribió y un día nos juntamos a grabar. Yo tenía 'Quak Quak' ya hecho pero lo rehicimos ahí. Él hizo el beat en 10 minutos, lo grabamos, le sumé los gritos y ya era como 'Wow, listo'. Ahí ni siquiera habíamos hablado de nada, fue hacer un tema. Después por una cuestión de negocios armamos un contrato y tengo todavía un par de temas para lanzar por Mueva".

Sobre esta nueva etapa en su carrera "Koko" se muestra "re contento". "Es gente re buena (la de Mueva) y es difícil en la industria encontrar personas así. Omar si quisiera podría ser el más poronga de los productores y es un chabón re tranqui. Hasta estuve viviendo en el estudio y él me traía comida hecha de la mamá para que coma, es un chabón de oro".

"Quak Quak" fue el primer sencillo editado bajo la firma de Mueva Records y ahora se sumó "Reptil Boi", canción que mejor supo expresar la fusión de trap y punk que es Kaktov: "Cada vez me voy acercando más al sonido que me gustaría generar", asegura.

Además de haber vivido en el estudio de grabación, Joaquín también pasó un tiempo en la calle. "A los 18 años me metí con la droga, con la gente oscura y mi vieja me echó de mi casa. Hoy en día la re entiendo porque ya soy grande pero en ese momento era un pendejo que hacía cualquiera, más que nada por malas influencias, por bardear".

Durante ese tiempo Joaquín dormía en plazas o en estaciones de servicio y para subsistir hacía malabares en los semáforos y vendía paltas. Hasta que un día lo rescató un amigo.

"Un día vino 'El Indio' y me dijo que no podía andar así en la calle, que vaya a su casa. Él en ese momento vivía con su vieja en Villa Concepción, en San Martín. Para mí eso era un lujo y siempre le voy a estar agradecido", cuenta. 

Pero además de sacarlo de la calle, 'El Indio' lo introdujo al arte que hoy día le da de comer. "Ahí empecé a tatuar de hecho: él se compró una maquinita y me insistió. Yo no tenía un mango, así que arranqué. Él es un eslabón importante en la historia".

Si tuviese que elegir entre tatuar o hacer música, Kaktov dice que "no podría": "Necesito todo el tiempo expresarme porque tengo demasiada energía creativa adentro y si no la saco exploto".

Otra cosa que no soportaría, sostiene, sería volverse mainstream. "Cada cosa que digo es tomada literal lo cual es un gran peligro porque yo soy un gede: digo cualquier cosa, soy contradictorio. Creo que por eso no soy tan masivo, porque no lo aguantaría".

"Fumo como hippie pero no, yo soy punky/ Pasarle el trapo a esos raperos es mi hobbie", canta Kaktov en su último lanzamiento, "Reptil Boi". Muchos afirman que esa línea va dedicada a Duki, uno de los máximos exponentes del trap en Argentina y con quien semanas atrás se cruzó a través de Instagram.

En ese entonces, el entrevistado había asegurado que era parte de la New Wave del trap, lo que enfureció a Duko. "Cometí un gran error al decir que era parte de la nueva ola porque trajo muchos problemas al pedo. Más que new wave le diría la nueva camada de artistas que están viniendo -que yo no formo parte porque vengo de antes- pero soy el único que los acompañó, que los vio, y les dije 'sí, estos pibes son buenos'".

Esta nueva camada está encabezada por Muerejoven, Dillom y la RIP Gang (Saramalacara, Odd Mami y Taichu son referentes de ella) y para Kaktov -que medio que los apadrina- "aportan una nueva postura de lo que es el género, mucho menos estructurado, mucho más punk, algo deforme pero que está bueno porque últimamente sonaba todo igual".

Varias historias de Instagram se sucedieron pero el conflicto se cerró por DM: "Al toque nos hablamos por mensaje privado y arreglamos las cosas. Le dije: 'En esto estuve mal, en esto tenía mis motivos'. Corta. Cada uno hace lo que cree bien. De hecho, la frase que pronunció Duki y con la que cerramos la conversación fue 'Vemos el mundo de dos formas muy diferentes' y concuerdo con él. Eso es una forma adulta de arreglar".

Otra polémica que sacudió al trap en el último tiempo y en la que también se vio envuelta parte de la nueva camada tuvo que ver con la aparición de Sergio Martín Grasso, líder de Marcianos Crew acusado de violación en el after party del primer show de Cazzu en el Teatro Opera.

"Yo no estaba -aclara- Iba a tocar, caí tarde y ya había pasado todo. Es un tema delicado, pero voy a hablar directamente de lo que me involucra: me parece innecesario, hay una diferencia gigante entre el circo de Instagram con el personaje de trapero y la vida real, más si no es en un ámbito adecuado y hay mujeres. En un boliche y en una noche expresamente feminista me parece que lo peor que podés hacer es ir a defender tu postura, llegar a pegarle a alguien y encima que terminen cobrando pibas".

Mientras tanto y alejado de los escándalos -o al menos eso intenta-, Kaktov mira hacia el futuro y se ríe: "Me gustaría hacer un tema con el Mosca de 2 minutos", cierra.