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Diego Torres festejó sus 30 años en la música: un viaje con clásicos y sorpresas

Además de cantar muchos de sus éxitos, el artista homenajeó a su mamá Lolita y paseó por distintos géneros por fuera de su habitual repertorio, acompañado de varios músicos.

Diego Torres festejó sus 30 años en la música: un viaje con clásicos y sorpresas
Diego Torres festejó sus 30 años en la música: un viaje con clásicos y sorpresas

"Abróchense los cinturones que el viaje está por comenzar", avisó Diego Torres apenas saltó al escenario del Gran Rex, vestido con una camisa y un chaleco. Y no traicionó. Durante más de dos horas y media de show, el cantante y compositor hizo viajar a más de 3.000 espectadores por una montaña rusa de emociones, sorpresas, recuerdos, risas y de un coqueteo con géneros por fuera de su habitual repertorio.

Apenas pasadas las 21.00, las estrofas de "Sueños" le dieron comienzo al primero de los tres viajes a sala llena que el artista le regaló a sus fanáticos este fin de semana (tocó viernes, sábado y domingo).

Luego de una tanda de temas, que incluyó "Abriendo caminos", "Andando" y "Amanece", la canción que compuso en pandemia, llegó el momento de las sorpresas. Y acá un punto para destacar: su capacidad para incursionar en distintos géneros musicales, a la hora de jugar con sus clásicos y romper el molde en su lista de canciones.

Así, la primera escala fue el folklore, donde junto a Banda 2+1 interpretó "Zamba para olvidar". Después llegó el turno de cantar y estrenar en vivo "Chau. Me puedo equivocar", su reciente colaboración (cumbiera) junto a Marcela Morelo. A la hora de los hits, codo a codo con Jey Mammon, entonaron el inoxidable "Seguir viviendo sin tu amor" del flaco Luis Alberto Spinetta.

La noche vivió un "momento celestial" cuando el coro Argentina Gospel Singers copó el escenario. "Hasta cuando", "Estamos juntos", "No alcanzan las flores" e "Iguales" hilvanó el anfitrión casi a capela junto al coro (los acompañó un pianista), en uno de los puntos más altos de la velada.

Con la despedida de la primera tanda de invitados, el viaje continuó con "Penélope" y "Color Esperanza", que le dio paso al momento de máxima emoción. En una pantalla gigante, proyectaron un video de él cuando era adolescente cantando "Memory" de Andrew Lloyd Webber junto a su mamá, Lolita. Y para seguir, el recorrido también tuvo una parada en el tango cuando cantó "Volver" ("Tratar de estar mejor" también comenzó con unos primeros acordes tangueros), con una pareja bailando de un lado del escenario, y un bandoneonista del otro.

La gente se paró de las butacas para bailar al ritmo de "Por ti yo iré" y "Hoy es domingo", entre otras canciones. El reloj marcaba que ya se habían pasado las dos horas y media de show, pero todavía había tiempo para más.

"Una vez más, buscamos a través del tiempo, el sueño de crecer y amar, cuanta verdad, felices sin razón, tan libres de futuro y de ilusión...", comenzó a escucharse cuando volvió al escenario. Junto al guitarrista Yadam, se senataron en dos banquetas a interpretar "Juntos para siempre", la cortina musical de La Banda del Golden Rocket, mientras en la pantalla de fondo se proyectaban imágenes del icónico programa de los 90' que tuvo a Diego Torres como protagonista junto Fabián Vena y Adrián Suar. Encima, el pico de nostalgia llegó cuando apareció la escena del día en que jugaron un picadito con Diego Maradona.

"Un poquito" fue la canción con la que se despidió feliz de tocar en Buenos Aires, de celebrar sus 30 años de carrera y de compartir escenario con artistas como Raul Lavie, Facu Monti y Mariana Torres, su hermana (cantaron en las noches siguientes), además de los artistas mencionados anteriormente.

Para el saludo final, hizo pasar a todos los músicos al frente, se sacó una selfie con el público de fondo y mientras las luces se encendían, con mucho carisma y calidez, saludó y recibió regalos de la gente que, como él, parecía no querer irse del teatro.

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