Por primera vez en la historia de la Feria del Libro, ocho editoriales transfeministas de diferentes provincias del país se unieron en un proyecto colectivo, destinado a conformar una red federal abierta y a reivindicar la importancia de ocupar espacios desde “lo impropio”.
DocumentA/Escénicas; Gog y Magog; Hekht; La mariposa y la iguana; Maravilla; Monada; Nebliplateada y Paisanita son las firmas a cargo de editoras mujeres, trans, lesbianas, maricas, cuir y no binaries, que, en un guiño al ensayo de la escritora Virginia Woolf, se reunieron en “Un Cuarto Impropio”, el stand 1401 ubicado en el Pabellón Amarillo de La Rural, que cuenta con la intervención artística de Julieta Dal Verme y la colectiva La lengua en la calle.
“¿Cuántos metros cuadrados necesitaríamos para incluir a todas las editoriales impropias del país?”, se cuestiona el manifiesto de la Red. Para responder a esta pregunta, Filo.News habló con Carolina Castro, librera a cargo del stand, y con Gabriela Luzzi, editora de Paisanita.
“La idea empezó en septiembre del año pasado. Nos cruzamos en ferias y pensamos en averiguar qué podíamos hacer. Después en las primeras reuniones, todas teníamos muchas ideas y empezamos a debatir”, inició Luzzi.
La propuesta parte del interrogante acerca del espacio y las condiciones requeridas para poder formar parte de la exposición literaria: “Re-pensamos el deseo del cuarto propio y reivindicamos la impropiedad en su potencia de desconocer fronteras. Además de poner a la venta los libros de las editoriales que en esta oportunidad llevamos adelante el stand, destinamos parte del espacio a otras editoriales ausentes hasta ahora de la feria para incitar la conformación de una red federal transfeminista”, señalaron.
En “Un Cuarto Impropio” se pueden encontrar desde libros de poesía queer hasta textos clásicos de la autora Alfonsina Storni. “Es la primera vez que estas ocho editoriales están en el evento. Se juntaron y formaron un colectivo para poder estar presentes aquí”, sostuvo Castro.
Una acción impropia
El stand cuenta con un “probador de libros”, un espacio dirigido a visibilizar nuevas obras de todo el país, donde aquellas personas que se acerquen podrán detenerse únicamente a leerlas y a conocerlas, y así compartir su difusión. A través de la iniciativa, se busca “construir cercanía y gestionar de manera conjunta otros medios y posibilidades”.
“Decidimos hacer el probador de libros, un espacio donde uno se puede sentar a investigar y a conocer un montón de editoriales independientes, feministas y nacionales”, señaló Luzzi en diálogo con este medio. Al finalizar la feria, los ejemplares serán enviados a una biblioteca popular feminista, para consultas libres y gratuitas.
“Encontrar las hendijas en las paredes del cuarto propio, desgastar con paciencia sus cimientos, ir y venir por sus porosidades, agrandar los agujeros del tejado. Nada menos propio que las palabras y el cuerpo”, concluye la declaración de la Red Federal de Editorxs Transfeministas.