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Genero #Chile#Feminismo#Aborto legal#racismo

La lucha antirracista de las mujeres negras por el aborto legal en Chile

¿Cómo se refleja el reclamo por la interrupción voluntaria del embarazo en las mujeres afrodescendientes? ¿Qué realidad deben afrontar día a día? Filo.News dialogó con una integrante del colectivo Microsecciones Negras para conocer más detalles. 

La lucha antirracista de las mujeres negras por el aborto legal en Chile
La lucha feminista copa las calles

“El hecho de que existan grupos de feminismo negro es algo histórico: el movimiento feminista ha logrado crear un espacio para escuchar a este grupo de mujeres que son tan invisibilizadas”; con esa frase, Keyla Alencar se preparaba para marchar en las calles de Chile junto a cientos de mujeres, en reclamo por el aborto legal y por el Día Internacional de las Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora.

La marcha, que tuvo lugar el pasado juves 25 de julio, contó con la presencia de cientos de personas en diferentes puntos del país, entre los que se encuentran Valparaíso, Linares, Concepción, Valdivia y Antofagasta; además, tuvo la participación de diversas agrupaciones sociales. 

Frente a este panorama, la consigna elegida fue “Abortemos el racismo”, la cual llega a las calles luego de años de lucha y opresión hacia el colectivo de mujeres afrodescendientes y migrantes que habitan en Chile. Así lo considera Alencar, quien explica que sufren no solo la desidia del Estado sino el racismo como estructura social.

Para comprender más detalles, Filo.News dialogó con la activista e integrante del colectivo Microsecciones Negras y con Verónica Ávila, vocera del grupo Coordinadora Feministas en Lucha.

Aborto al racismo

“Mientras que las mujeres blancas están luchando por las garantías de derechos, las mujeres negras están luchando por supervivencia e invisibilización. Son luchas bastantes diferentes pero al mismo tiempo muy parecidas, por la necesidad de empoderamiento de los grupos”, indicó Alencar y añade: “Tenemos que garantizar que las mujeres negras al menos puedan elegir y decidir mantener su fertilidad, algo que para las blancas es absurdo pensar pero para las mujeres negras no”.

Las mujeres afrodescendientes viven una brutal realidad día tras día, basada en la invisibilización por parte del Estado; justamente, no hay estadísticas certeras sobre la comunidad. Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), no existen muchas referencias a la presencia afrodescendiente en Chile, “aunque la evidencia histórica compruebe no solo su presencia en los tiempos de la colonia, sino incluso en la actualidad”. 

El escrito agrega: “A pesar de las demandas de las organizaciones afrodescendientes de Chile, en el censo de 2017 de este país no se incluyó la opción en la boleta, de modo que la población afrodescendiente debió seleccionar la opción ‘otra’ en la pregunta sobre pueblos indígenas u originarios y llenar los casilleros con el término ‘afrodescendiente’, lo que puede haber dificultado la autoidentificación de este contingente poblacional”.

Alencal es consciente de ese tema: “El número poblacional de afrodescedientes es muy grande, pero no es conocido”. En esta diferenciación construida por la sociedad, las mujeres son las que sufren mayor desventaja. La vocera reconoce que las mujeres haitianas son las que más sufren: “Es una realidad muy vulnerable, ellas están en conexión con una exposición al racismo muchos más que otras".

Luego, continúa: “Están los grupos de mujeres mapuches, indígenas, que también sufren racismo porque no están contempladas en este sistema. Yo creo que la lucha feminista tiene que siempre enfocarse en que tipo de feminismo queremos construir, una lucha que sea para todas con urgencia”. 

“Hoy son las mujeres afrodescendientes migrantes, las mujeres indígenas, grupos que nos son favorecidos por el sistema estructuralmente racista”, destaca.

Además, señala que el Estado dificulta el proceso para entregar las tarjetas temporarias y los carnets de identificación. La profesional opina: “Además de ser estructuralmente racista, está colapsado el Estado”. 

Esta situación se refleja en el prejuicio social: “El racismo estructural se refleja en la sociedad, cuando se mira a este inmigrante, hay barreras que existen y que no existen para migrantes europeos, sabemos quienes son bienvenidos y quienes no. En cuanto a las mujeres, este racismo se refleja en la sociedad,  el día a día, en las relaciones sociales, el trato es bastante diferenciado, por ser una mujer pobre, racializada”. 

Sin embargo, confía en que no se reproduce un “feminismo hegemónico” en Chile, sino que el país confluyen los dos discursos: “Nosotras de los colectivos negros hemos logrado ganar espacios dentro de los seminarios feministas, congresos, universidades, realidades. Estamos logrando generar un espacio de diálogo, generar una empatía, una comprensión de necesidad de implementar las pautas de feminismo negro dentro del feminismo general”.

“El hecho de que cada día se organicen más organizaciones como las nuestras, hay muchas actividades y seminarios, empoderamiento de mujer afrochilena, afro migrantes. Yo creo que el panorama general es que hace unos años no existía ninguna organización, el hecho de que exista estas organizaciones hoy es una vía de exposición de las necesidades que tiene el país en este momento con las mujeres afrolatinas”, reflexiona.

El sistema de salud y la desidia del Estado

Por un feminismo antirracista

Las diferentes realidades que viven las mujeres en Chile se reflejan en el acceso al sistema de salud: “Afecta a las mujeres afro acá en Chile principalmente a la comunidad haitiana. Muchas de estas mujeres acuden al sistema de salud porque están embarazadas, o tienen niños, chicos, pero como no dominan completamente el idioma se les impide el entendimiento correcto, y cómo el racismo estructural se refleja en las relaciones sociales, no la ven como una humana, es una persona rechazable”. 

Alencar señala que esa situación va acompañada de todo una estructura marginal en la que están inmersas las migrantes: “Este grupo de mujeres afrolatinas que están acá en Santiago, ellas en su mayoría proveniente de Haití, Colombia, Venezuela, tienen situaciones bastante vulnerables, viven en zonas más vulnerables”. 

Por esa razón, explica: “El sistema se puso más burocrático para estas personas específicamente, hace que ellas no tengan acceso al sistema de salud, porque acá solo lo puedes atender si tenes el carnet de identificación, sino no, solo por eso ya estas vetada de tener asistencia al sistema de salud pública, y en el tema del aborto más aún”.

Asimismo, denuncia: “Dentro del sistema de salud pública existe una instrumentación para esterilizar mujeres negras. No nos llega absolutamente ningún respaldo, mismo cuando son abortos”.

El feminismo negro: entre la supervivencia y la invisibilización 

Reclamos contra el racismo 

Verónica, por su parte, apunta contra el poder ejecutivo y las políticas públicas implementadas hacia las mujeres. 

“Este gobierno tiene una negación del reconocimiento de nuestros derechos”, explica y nombra como ejemplo al tratamiento de la temática del aborto. La activista indica que desde 2017 la práctica está habilitada en el país solo por causales, es decir en caso de riesgo vital de la madre, inviabilidad del feto y violación.

Según indicó el ministerio de salud de ese año, hubo 144 abortos durante este año y hasta la actualidad. En este proceso, la objeción de conciencia se vuelve un impedimento, ya que según afirma el informe, uno de cada dos obstetras de hospitales públicos se negó en caso de violación.

Además, Ávila apunta: “No tenemos una ley de ESI (Educación sexual integral), los chicos en nuestro país se siguen educando a través del porno, que es lo primero que ven”.

Según reveló, la constitución chilena impide presentar el proyecto de la interrupción voluntaria del embarazo en el Congreso: “Quien tiene exclusividad en la presentación es el poder ejecutivo, y en este caso con este gobierno no tenemos posibilidad de que se presente un proyecto de esta categoría”.

Frente a este panorama, ella observa: “La solución va por dos caminos: la primera es institucional, que se reforme ese cambio en la constitución a través de una asamblea constituyente, a través de un cambio que nosotras venimos pidiendo hace años. El segundo que el movimiento feminista agarre tanta fuerza y volumen en las calles que seamos nosotras mismas las que logremos que el estado presente este proyecto de ley. Creo que nosotras estamos yendo por la segunda”.

De Chile a la Argentina: el abrazo latinoamericano y feminista

Thelma Fardín y Laura Azcurra con actrices feministas chilenas


Tras el anuncio de la movilización en Chile, Laura Azcurra y Thelma Fardín viajaron al país vecino para apoyarlas en la lucha, en representación del colectivo de Actrices Argentinas.

“Soy fan absoluta de Argentina”, reconoce Ávila y explica: “Para mí es un referente en varias cosas. Hemos buscado la manera de conectarnos con ellas, estuvimos ahí el 8 de agosto en la sanción del Senado, que lamentablemente no fue, pero estuvimos toda la noche en la calle. Para nosotras es admiración, es aprendizaje, cariño”.

En esta oleada feminista, las fronteras son solo físicas: “Creo que tenemos que unir esta lucha, que se tiene que dar desde una mirada de patria grande, que no haya frontera porque el enemigo que está enfrente es gigante. Esperamos poder devolver el apoyo y viajar masivamente a Argentina porque creemos que es la manera, hay que buscar hacer una plataforma de lucha”.

Frente a esa reflexión, finaliza: “Somos capaces, hemos dado prueba al mundo de que las mujeres cuando nos unimos podemos votar un gobierno, y creo que de esa manera vamos a terminar con el patriarcado”.