En el primer centenario de la independencia argentina, el 9 de julio de 1916, se inauguraba la Confitería del Molino frente al Congreso. En el gran edificio, obra del arquitecto Francisco Gianotti y actualmente declarado Monumento Histórico Nacional, funcionaban un bar y sector de ventas en la planta baja, pero además tenía dos salones de fiestas en el primer piso (el Versalles y el Gran Molino), tres subsuelos (destinados a la producción de la pastelería y del molino harinero, a un depósito de combustible, a las cisternas y la sala de máquinas) y una terraza accesible con una imponente cúpula. En total, el inmueble tenía alrededor de 6.900 esplendorosos metros cuadrados.
En su siglo de historia, su brillo se vio opacado por varios sucesos, entre ellos una crisis que devino en su cierre, en 1997. El estado edilicio fue en picada hasta su expropiación en 2014, gracias a una ley aprobada en Diputados. Con el Estado a cargo del monumento, empezó un trabajo de restauración que sigue a toda marcha hasta el día de hoy. En el último año, se avanzó en la recuperación de cientos de metros de superficie y en miles de objetos. Por dar algunas cifras: ya fueron repintados 1070m2; se rescataron 46 luminarias antiguas, 13 aberturas metálicas y de madera y 15.000 objetos arqueológicos ocultos en el lugar; se restauraron 150m2 de estuco (un material utilizado en ornamentaciones y con un aspecto similar al mármol después de pulido) y 33 paños de vitrales; se renovaron 300m lineales de conductos de desagüe pluviales y cloacales y 4500m de cableado para la iluminación; y se retiraron alrededor de 160m3 de residuos.
Todos estos cambios ya pudieron ser vistos por el público, aunque sea parcialmente, en algunas visitas programadas a las instalaciones. Y ahora hay una nueva oportundiad: este sábado 27 de julio, en el mes de su 103° aniversario, la Confitería del Molino abre sus puertas de 14 a 18 horas.
Con entrada gratuita por Av. Rivadavia 1815, durante una tarde se podrán visitar la planta baja y el primer piso y ver los logros alcanzados hasta el momento. También habrá una exposición de elementos históricos y de dibujos y pinturas con el edificio como protagonista. Si bien el evento es 100% abierto al público, seguramente se llene enseguida por el valor cultural y emotivo que la Confitería tiene para muchos (o para todos). Considerate avisado: conviene llegar temprano.