¿Qué es el vermú y por qué de golpe está en todos lados?
No es novedad: el vermut fue y es una bebida nacional y popular estrella, pero en el último tiempo, empezó a aparecer en más y más lugares. Después de mucho análisis, entendimos por qué. Spoiler: no es solo por ser muy rico.
Primero lo primero. Vamos a explicar cortito y al pie qué es el vermut (o vermú para fines prácticos). Si sos una persona de menos de 30 años, podrías pensar que el vermú apareció en góndolas e stories de influencers de un día para el otro, sin embargo es una bebida clásica que tomaron nuestros abuelos a lo largo de su vida, porque sus abuelos lo tomaron, y así.
El vermú es una bebida a base de vino, fortificada con alcohol y azúcar e infusionada con muchas hierbas aromáticas, especies y hasta flores. El origen es un poco incierto, y las versiones son varias. Todo indica que la bebida nace en Italia, y por eso fue tan popular en nuestro país durante los primeros tres cuartos del siglo XX: inmigrantes italianos.
Es una bebida que se tomaba mucho al mediodía o a la hora del aperitivo, al ser fresca, ligera en cuanto a graduación alcohólica y, antes que nada, accesible.
Hoy en día la tradición sigue viva, y hasta los números lo avalan: Argentina sigue siendo el principal consumidor de Cinzano (la marca de vermú clásica por excelencia), por delante de Rusia y hasta la mismísima Italia.
Ok, hasta acá todo muy lindo. Pero, ¿cómo pasamos de bebida de abuelo a bebida de jóvenes cancheros en San Telmo y Chacarita? Porque tomar vermut hoy tiene sentido en un auténtico @bardeviejes pero también tiene sentido que sea parte del maridaje de I Latina, uno de los mejores y más exclusivos restaurantes por pasos de Buenos Aires.
Después de preguntar y analizar la situación cultural/social/de instagram, vamos con nuestra propia hipótesis: dicho así rápido, tiene lo mejor de la cerveza con lo mejor del vino:
Es accesible: una botella de vermú rinde varios vasos, más aún si está rebajado con soda o tónica. El precio va de $200 por un clásico que podés comprar en cualquier súper, como el Cinzano Rosso; a los $600 por uno más artesanal, como Vermú La Fuerza. También los hay importados, como el Lillet, que es francés, a $850.
No necesitas entenderlo: el mundo del vino pone bastantes trabas como para que ingreses: muchísima información en sus etiquetas, sobre oferta en las góndolas, mil tipos y precios en las cartas de restaurantes, etc. En cambio el vermú es simple. En general, la regla es: rojo y dulce por un lado, o blanco y seco por el otro.
Es ligero: te lleno muchísimo menos que la birra, y ni hablar que la artesanal, por eso es mejor para acompañar una comida.
Es fresco: el vermú se toma con hielo, y eso hace que sea una bebida más fresca y fácil de tomar. Además, tiene una graduación alcohólica baja, si lo comparás con el resto de tragos y cocktails en un bar. El vermú varía según la marca, pero en general tiene cerca de 15% de graduación alcohólica (el doble que una cerveza artesanal, un poquito más que un vino, bastante menos que un fernet).
Es ATP: una botella de vermú puede tomarse de la forma en la que cada uno de los bebedores quieran. ¿Con soda? podés, ¿con agua tónica? podés, ¿con una rodajita de naranja y ya? Podés también. El vermú es para todes.
Para validar todo esto, le hicimos algunas preguntas a la persona indicada: MartinAuzmendi, que además de ser uno de los socios fundadores de Vermú La Fuerza, es el organizador de BA Cóctel y trabajó durante muchos años en el Grupo Campari.
SOBRE POR QUÉ DE REPENTE LOS JÓVENES DESCUBRIERON EL VERMUT:
“La gente joven siempre está buscando cosas “nuevas”, o por lo menos originales, y creo que los productos y categorías se renuevan en la medida que logren interpelar o conectar con esa gente joven que la vuelve a poner en escena y poder de alguna manera empezar una historia nueva.
Los jóvenes encuentran en él un montón de cosas que son muy importantes hoy: bebida natural, genuina, social (el vermú se comparte) y una bebida liviana o de bajo nivel alcohólico”.
SOBRE EL VERMUT VS. CERVECERÍAS
“No creo que sea una competencia. La cervecería aportó mucho a la escena de bares porque logró armar una propuesta que tiene que ver con la lógica de lo que pide una persona joven hoy: uno, dispuesta a renunciar al servicio pero no a la calidad y segundo, que quiere pagar un precio justo por producto que consume, y no por todo lo que lo rodea.
Además, las cervecerías crecieron yéndose a los barrios, recuperando lo barrial y cotidiano. Nosotros como bar de vermú miramos mucho eso, hay cosas valiosas, el ambiente relajado, de todos los días, una propuesta sencilla y fácil de entender. Nosotros no tenemos nada en contra de las cervecerías, sino que somos un complemento, aporta mucho en una ciudad tener diversidad y variedad”.