Sí: como dicta la intuición, la ciudad alemana de Hamburgo tiene bastante que ver con el origen de la hamburguesa. Pero algunos documentos indican que el medallón de carne tal como lo conocemos tuvo su primera aparición en tiempos de los romanos (como todo). En el libro De re coquinaria, el gastronómo Marco Gavio Apicio, que vivió entre el año 25 a. C. y el 37 d. C., explica cómo preparar la isicia omentata: una receta de carne picada mezclada con pan remojado en vino y especias, cocinada al fuego. Básicamente, una hamburguesa. Después, la trayectoria del famoso plato de comida rápida puede rastrearse hasta los mongoles, quienes transportaban carne desmenuzada en las monturas de sus caballos y la comían apenas cocinada por el calor del movimiento de los animales al trote. Alrededor del año 1200, durante la invasión mongola en Rusia, este "manjar" se introdujo como lo que hoy llamamos filete tártaro (steak tartar) y terminó difundiéndose en Europa: al puerto de Hamburgo, por ejemplo, llegaban barcos rusos cargados de recetas y trucos culinarios propios. Resumiendo, la historia continuó con transacciones comerciales y transporte de personas a través del Atlántico, desde Hamburgo hasta Estados Unidos, donde también se contagiaron la fiebre del tartar y empezaron a reproducirlo en sus cocinas.

¿Cómo se convierte un medallón de carne cruda en una hamburguesa, cocida y con pan? Es una disputa constante, pero algunas versiones dicen que, en 1885, un adolescente de nombre Charlie Nagreen adaptó el plato para poder venderlo en una feria y que la gente pudiera comerlo al paso de una forma más cómoda; otras aseguran que el cocinero Fletcher Davis inició la costumbre a fines de 1880 en su carrito callejero; también se atribuye a los hermanos Frank y Charles Menches, cocineros ambulantes en Hamburg (Nueva York), que supuestamente comercializaron un sándwich de carne vacuna picada en el festival Erie County Fair, siempre alrededor de la misma época. 

En conclusión, no está claro de dónde salió la preparación adorada por la mitad del planeta (o más), como tampoco se sabe por qué el 28 de mayo se celebra el Día Internacional de la Hamburguesa. Lo bueno es que no se necesitan muchas explicaciones para decidirse a elegir este plato para la cena, pero sí se puede aprovechar la ocasión para comer una hamburguesa diferente, que sorprenda por la originalidad de sus ingredientes o por ser la más suculenta del condado. A continuación, algunas versiones recomendadas. 

Ramen Burger de KOMYŪN

Avenida Del Libertador 3883, arco 9, Palermo

De los mismos propietarios de la cervecería Avant Garten, Komyün (también en los Arcos de Palermo) propone un menú influenciado por las cocinas peruana y japonesa, con diferentes opciones según el momento del día. Hay cartas de almuerzo, cena, happy hour y hasta brunch, con platos muy bien ejecutados y en un ambiente bastante particular: no tiene estética de cervecería ni de hamburguesería, sino que se las arregla para ser elegante, de diseño, colorido y actual al mismo tiempo. Tanto en horario after office (durante la semana, de 18 a 20 horas) como durante el brunch (viernes a domingo de 12 a 17 horas), una de las opciones para probar es la Ramen Burger, el plato que se hizo famoso en Nueva York y que por fin tiene representación oficial en Buenos Aires. La gran particularidad es que los "panes" están hechos con fideos de trigo, los mismos que se usan para el ramen; después, el medallón de carne llega en un punto justo, con rúcula, queso Raclette, pepino y salsa anticuchera, con guarnición de coleslaw y papas con ají amarillo. Una joyita para pedir por $240 en el happy hour y acompañar con un trago de impronta oriental, o como parte del menú brunchero a $590 (entrada, principal, bebida y postre o café). 

Pampa de DELTORO

Esmeralda 928, Centro; Bernardo de Irigoyen 366, Monserrat; Bolívar 307, San Telmo

En tres años, Deltoro se convirtió en una mini cadena de hamburgueserías que gana en el centro-sur de la ciudad. En cada una de sus sucursales hay una amplísima variedad de hamburguesas, todas bien potentes. Por ejemplo, durante este mes se puede disfrutar de la Gran Toro, con dos medallones de carne mezcla de picaña y asado, queso Cheddar, panceta crocante y huevo ($360 con papas). Pero la creatividad está más afilada en la Pampa, una hamburguesa que también tiene medallón de picaña y asado, y que además suma mollejas grilladas, demi glace de chimichurri, provoleta a la plancha, rúcula y morrón asado ($350 con papas). Por fortuna, las mollejas están lejos de ser un adorno, sino que son una pieza clave del sabor: todo funciona para dar la impresión de estar comiendo un asadito, una suerte de parrillada convertida en hamburguesa. 10 puntos.

Triple X de DIGGS

 Serrano 1580 y Costa Rica 4588, Palermo

Desde 2016, con locales en Plaza Serrano y Plaza Armenia, Diggs convoca con una idea clara y concisa: comer con las manos. Panchos, ribs y hamburguesas son protagonistas en estos restaurantes/bares que, sobre todo, están pensados como un buen escenario para una reunión entre amigos. En este día especial, junto a los platos que están habitualmente en el menú, se va a poder probar la Triple X, una hamburguesa fuera de carta que puede ser la perdición de cualquier carnívoro: medallón de carne de vaca y pulled pork en pan brioche, con salsa barbacoa casera, coleslaw, queso Cheddar, pepinillos y una salchicha ahumada artesanal como remate perfecto. Se sirve con papas fritas y una pinta de cerveza Lager por $220 (solo por hoy).

Salmón con toque peruano de LA CAUSA NIKKEI

Av. Cerviño 3550, Palermo y Av. Callao 1290, Recoleta

Vamos con otra fusión de culturas en una misma hamburguesa. De la mano de los responsables (casi gurús) de la cadena Sushi Pop, en 2014 abrió el primer local de La Causa Nikkei en Recoleta, convirtiéndose en el restaurante pionero de la zona en materia de comida peruano-japonesa. Desde entonces, con una sucursal en Palermo, se consolidó como alternativa válida para comer oriental a precio razonable y/o comer peruano con una vuelta de sofisticación. Es un gran lugar para tener una cita y esta hamburguesa puede acompañar muy bien ese plan: medallón de salmón rosado, cebolla de verdeo, limón y ajo molido, con ensalada criolla peruana, palta, crema de ají amarillo y chips de papa de guarnición. Cuesta $440 y se puede maridar con un buen blanco o un trago de la casa. 

Mar del Cheddar de PÉREZ H 

Maipú 618, Centro; Defensa 435, San Telmo; Honduras 5509, Palermo; Colón 245, Quilmes; Italia 390, Lomas de Zamora

¿Por dónde empezar? El nombre de esta hamburguesa ya es bastante espectacular. Tiene tres medallones que suman 360 gramos de carne, panceta, queso Cheddar y cebolla caramelizada. Hasta acá todo muy normal, pero lo increíble de esta creación de Pérez H, para muchos una de las mejores hamburgueserías de la ciudad, es que se baña íntegramente en Cheddar derretido. Una bestialidad que el cliente puede ejecutar con sus propias manos, sumergiendo la hamburguesa en una pileta de queso preparada para la ocasión. La tarea se puede llevar a cabo con guantes, claro, al igual que la ingesta posterior. El precio es $290 y forma parte de la "línea porno" de la cadena, que incluye otras variedades como La Demente o El Bobazo. No hace falta entrar en más detalles.

Vegetariana de CARNE

Calle 50 452, La Plata; Av. Del Libertador 2417, Olivos; Defensa 269, San Telmo

Siempre inclusivos, nunca ininclusivos (las más sentidas disculpas a quienes no agarren la referencia). No solo en el firmamento cárnico se encuentran versiones que vale la pena destacar. En el universo veggie también hay algunas opciones ricas, suculentas, aunque no suelen sobresalir por su originalidad: estamos acostumbrados a ver medallones de legumbres y mayonesas veganas. Sin embargo, en Carne, la hamburguesería del chef argentino Mauro Colagreco (¡el único con tres estrellas Michelin!), la hamburguesa vegetariana tiene la originalidad que siempre buscamos, en una combinación cortita y al pie: hongo Portobello a la plancha con tapenade de tomate, lechuga morada y queso Halloumi grillado, todo en pan de cúrcuma casero. Una tentación hasta para los carnívoros más acérrimos. Precio: $225.