Cocineros Argentinos: el programa de cocina que encontró la fórmula del éxito
Juan Braceli y Juan Ferrara, los históricos conductores del ciclo, contaron cómo se vive el programa desde adentro y cuál es la receta para seguir manteniendo el éxito durante más de diez años en la televisión.
Si tuviésemos que hacer un repaso por todos los ciclos que la televisión argentina vio empezar y terminar durante los últimos 12 años, sería necesaria más de una nota para completar el glosario. Sin embargo, hay un programa que encontró la fórmula del éxito. Y si se dice que mantenerse es más difícil que llegar, Cocineros Argentinos cumplió con creces.
Desde 2009, el programa de cocina de la TV Pública se convirtió en un verdadero clásico. Con sus recetas, sus ingredientes simples y transmitiendo el mensaje de que "todos podemos cocinar", une de punta a punta cada rincón del país a través de los sabores y supo conquistar a la audiencia, además del amplio mundo gastronómico en el que conviven desde los paladares más populares hasta los que parecen más exclusivos. Más allá de los cambios en el equipo, el carisma y la energía se mantienen de la mano de Juan Braceli y Juan Ferrara, los dos históricos conductores del ciclo, y Sofía Pachano, que se incorporó esta temporada. Además, participan el nutricionista Diego Sívori, el pastelero Lucho García, Gladys Olazar y Madame Papin.
Filo.News dialogó con Braceli y Ferrara, quienes contaron cómo se vive el programa desde adentro y cuáles son los ingredientes para que la receta de Cocineros Argentinos siga siendo un éxito.
-El programa logró tener una mirada amplia, federal y seguidores con distintas realidades sociales. ¿Esa es la esencia de Cocineros Argentinos?
-Juan Braceli (J.B): Sí, esa es la esencia. Ser inclusivo en todo sentido y enseñar a cocinar recetas que puedas hacer en tu casa con los productos que podes conseguir en el almacén de tu barrio. Todo eso, buscando entretener, hacerlo divertido, didáctico, ameno. Estamos en la TV Pública y entendernos cómo un programa de servicio y federal es fundamental.
-Juan Ferrara (J.F): Yo creo que sí, que la esencia de Cocineros es llegar a todos lados, a un público en general. Al principio nos decían que llegábamos a adultos mayores, pero eso muy al principio y después se fue modificando. El programa es muy amplio en su llegada por eso no nos podemos detener en un público determinado. Diferente estratos sociales, mujeres, hombres, jóvenes, gente que vive sola, chicos que se van a vivir solos, yo creo que el programa es apto para todo el público. Obviamente que tenemos una mirada hacia una realidad social y una mirada hacia lo que está atravesando la Argentina en cuanto a su situación económica. Está muy complicado llegar al acceso del alimento y esa mirada social el programa lo tiene y pone el foco ahí: en la cocina cotidiana con ingredientes accesibles. De hecho, si usamos un ingrediente que no es muy fácil de conseguir buscamos un reemplazo, damos alternativas del mismo plato y le encontramos la vuelta para que sea un programa de servicio.
-Teniendo en cuenta que siempre apuntan hacer recetas cercanas a la gente y que todos tengan acceso para cocinarlas, ¿qué buscan transmitir a través de los platos que eligen para cocinar?
-J.B: Buscamos que te animes a cocinar, que renueves tu menú diario y que vaya ampliando tus horizontes con una mirada también nutricional. Para eso Diego (Sivori), nuestro compa nutricionista, es una pieza clave desde hace más de diez años.
-J. F: Lo que se busca transmitir con los platos primero es la pasión por lo que uno hace. Cocinar es un acto de amor y también de responsabilidad porque uno está dando un alimento a otra persona. Tratamos de inculcar desde que comenzó el programa la comida casera, tratar de comer productos que no estén industrializados, tratar de conocer el producto y que se entienda bien el valor de la receta.
-¿Cocineros Argentinos ayudó a reavivar el amor por los sabores y platos argentinos?
-J.B: Creo que esto sucedió desde que empezó el programa allá por 2009 y con la pandemia y la cuarentena se profundizó. Mucha gente creía que la cocina argentina eran empanadas, locro, asado y milanesas. Lo cierto es que con los viajes a lo largo y a lo ancho del país, mostramos la gigantesca variedad de productos, preparaciones y costumbres de cada rincón.
-J.F: Venimos transmitiendo pasión por la cocina desde hace 13 años y dentro de los programas de cocina fuimos los primeros en la TV de aire. Yo creo que la pandemia reavivó el hecho de cocinar, como que despertó al público en general al tener más tiempo y poder dedicárselo a la cocina. Y también hubo un boom en las redes sociales muy grande.
-En tiempos en los que YouTube y las plataformas digitales ganaron mucho terreno y vivimos un boom de programas de cocina, ¿cómo se hace para sostener la continuidad en la televisión durante tantos años?
-J.B: La TV sigue teniendo muchísima llegada y la TV pública aún más. A su vez, también hay una retroalimentación con las redes sociales. Calculá que en Instagram tenemos unos 1.7 millones de seguidores y en Facebook más de 2 millones.
-J.F: Bienvenido sea porque es trabajo para mucha gente. La cocina hizo una explosión muy grande tanto en la TV como en las plataformas. De hecho, la plataforma de Cocineros es una de las más consultadas a la hora de sacar una receta. Yo creo que esta bueno y cuanta más cocina haya, quiere decir que la gente más se interesa por cocinar y por elaborar un plato casero. Y eso me parece muy interesante. Después, el programa sigue vigente porque se renueva y es un formato sólido que permite cambiar. A nosotros mismos nos gusta renovarnos, darle una vuelta de tuerca a las secciones, a inventar nuevas secciones y eso se va viendo a través de los años. Siempre hay algo nuevo por hacer. Y al ser un programa en vivo con tantas horas al aire, es todo tan vertiginoso que te obliga a reinventarte. Eso la gente lo percibe, aparte del dinamismo que hay y la adrenalina del vivo.
-Después de tantos años al frente del programa y recorriendo tantas ciudades del país, ¿qué aprendizajes y experiencias son las que más se guardan y valoran?
-J.B: Estuve en todas las provincias en varias oportunidades. Desde las grandes ciudades como Córdoba o Rosario hasta los pueblitos más recónditos como Puerto Almanza, en Usuahia, o Belén, en Catamarca, sólo por citar algunos... Haber tenido la posibilidad de entrar a las casas, compartir vivencias, idiosincrasias, vidas, sueños, es algo que agradezco muy profundamente y que me genera orgullo, respeto por lo que somos y nuestra diversidad y responsabilidad a la hora de comunicar. Finalmente somos eso, comunicadores que a través de la gastronomía mostramos lo que somos día a día.
-J.F: Yo creo que el hecho de viajar, que se dio mucho en la primera etapa de cocineros. Fue un aprendizaje extraordinario. De quedarse a dormir en una casa de una montaña de una familia y pasábamos dos días con ellos conviviendo. Recuerdo que me pasó con una familia en Santa Catalina, en Jujuy, y en la convivencia descubrís qué comen y fue maravilloso. Y así con diferentes provincias y experiencias. Todavía no había GPS como ahora y llegábamos a las localidades preguntando. Me acuerdo que recién empezaba el Google Maps y era toda una novedad. A veces no lo teníamos, entonces se preguntaba y te encontrabas con lo que había y eso era maravilloso. Además de los móviles, como las notas en lugares increíbles donde la TV nunca llega. De repente instalábamos un set de televisión con el despliegue que requiere un programa de cocina y eso generaba una alegría y una devolución por parte del público que te va a llenando de miles de anécdotas y vivencias. Aparte conocés a otros cocineros, hoy soy amigo de muchos y terminamos con un vínculo impresionante. Los viajes fueron y van a seguir siendo porque ahora retomamos toda esa esencia que, sin dudas, es una pata fundamental del programa.
Sus comienzos en la cocina
Braceli asegura que su vínculo con la cocina nació de "pura carambola del destino". Es que luego de terminar el secundario, en plena búsqueda de su profesión, primero se anotó para estudiar biología. Luego, la sangre familiar tiró para el lado de la actuación y el periodismo -Titina, su mamá, es actriz y Rodolfo, su papá, es periodista- y se anotó en talleres de teatro y en la carrera de periodismo, donde duró apenas un año. Y a pesar de que también apostó por la filosofía, la única actividad que siguió sosteniendo fue la actuación. Ahí, sin saberlo, encontraría el oficio que los marcaría para siempre.
"Después de hacer la peli Bajo Bandera, con Miguel Ángel Sola, Federico Luppi y Nico Scarpino, entre otros grandes actores, me ofrecen hacer otra y mi personaje era un cocinero. La película nunca se hizo y me quedé con ganas de aprender algo más, como quien no quiere la cosa. Y lo que iba a ser un cursito terminó siendo una carrera en la Escuela del Gato Dumas, que recién abría. Al segundo año -en 1998-, entré a laburar en la escuela para poder pagarme la cuota y ahí la gastronomía me tomó por completo", recuerda.
Por su parte, Ferrara confiesa que su familia fue la gran responsable de transmitirle el amor por la gastronomía. "La pasión por la cocina tiene que ver con mi familia, sobre todo la familia paterna, que era muy tana y la comida era un ritual, siempre era la excusa para el encuentro de cualquier festividad o cumpleaños, donde había grandes comilonas, horno de barro, parrilla, huerta, y eso me marcó. Si bien eso fue de chico y yo después me alejé y me vinculé con la gastronomía de mas grande, creo que queda en la memoria del cuerpo", asegura.