A primera vista, “This is Us” no es nada especial. Una serie sencilla, que no hace más que contar la historia de una familia, con actores más o menos conocidos y la estética limpia de la televisión de aire de Estados Unidos. No parece nada que no hayamos visto en “Party of Five”, “Brothers & Sisters”, o “Parenthood”.
Y aún así, “This is Us” es uno de los mayores fenómenos de la televisión de la última década. Tuvo el estreno más visto de 2016, y con cada capítulo crecía la audiencia hasta alcanzar 16 millones de espectadores por capítulo - un número que hoy sólo alcanzan las comedias más populares y los finales de temporada de “Game of Thrones”.
Ver un tráiler o leer una sinopsis no es suficiente para explicar el éxito de “This Is Us”. La esencia de la serie se aprecia con el tiempo, y aunque no parezca tu tipo de historia, vale la pena darle una oportunidad. Estas son las razones principales (pero no todas) por las que “This is Us” domina las pantallas. Sin spoilers.
Lazos familiares
En el centro de “This is Us” hay un trío de hermanos: Kate (Chrissy Metz), Kevin (Justin Hartley) y Randall (Sterling K. Brown). Kevin es un actor de televisión que quiere papeles más serios pero tiene dificultades para comprometerse con sus emociones. Kate ha luchado toda su vida con su obesidad y su autoestima, y al principio de la serie se da por primera vez una oportunidad en el amor. Randall es adoptado, un hombre de negocios exitoso y adinerado que empieza la serie distanciado de sus hermanos.
La serie entrelaza las historias de los tres hermanos mientras se acercan a los 40, tomándose tiempo para explorar sus carreras, sus amores, y su dificultad para reconciliarse con el pasado, que en la serie está representado por sus padres Rebecca (Mandy Moore) y Jack (Milo Ventimiglia).
Hay un atractivo básico en el grupo familiar de “This is Us”. Es una dinámica con la que es fácil identificarse y una serie de conflictos claros, que tienen a los personajes siempre al borde de una crisis emocional. “This Is Us” habla de la constante necesidad de reinventarse, y en un género que suele apuntar a lo conservador y tradicional, es refrescante encontrarse con personajes que no están felices con su presente, y a la vez no saben cómo dar el próximo paso.
El retrato de época
“This is Us” explora las historias de los “Tres Grandes” (como los fanáticos los llaman”) en el presente, y a la vez rellena nuestra historia de la familia con flashbacks del pasado, ambientados en los ‘80, en los que vemos a Jack y Rebecca pasar por traumas similares a los de sus hijos y las raíces de estos traumas en las versiones infantiles de Kate, Kevin y Randall.
La recreación de época es especialmente ingeniosa. Los ‘80 son una tentación para cualquier diseñador de producción y sin embargo nunca se exagera con la ropa de los personajes, la decoración o la música. Lo que la serie captura mejor que cualquier otra es la diferencia en la comunicación y el acceso a la información. Ver a esta familia que crece sin celular, Internet y redes sociales provoca nostalgia y a la vez una sensación de vulnerabilidad que hace que sea más fácil conectar con las neurosis de Rebecca o las dudas de los chicos.
Emociones desatadas
“This is Us” funciona en primera y en quinta. No tiene cambios intermedios. Es una serie de una enorme capacidad de observación, en la que los pequeños rituales cotidianos son esenciales para que los personajes no pierdan la cordura. Cada pequeño gesto, cada caricia, cada puerta emocional que se abre tiene un valor inmenso en la vida de los Pearson. Las rutinas de los “Tres Grandes” son muy distintas, pero a lo largo de las temporadas (que duran 18 capítulos) las conocemos y las compartimos casi como si fueran nuestras.
Pero eso no quiere decir que “This is Us” sea una película independiente en la que nada pasa. En cada capítulo los Pearson enfrentan una catástrofe distinta. Despidos, emergencias médicas, incendios, bodas y divorcios a los que reaccionan como nosotros quisiéramos hacer. Llantos, colapsos, abrazos, gritos furiosos al cielo, que funcionan tan bien como catarsis emocionales como esos momentos sutiles.
Sería imposible lograr ese efecto sin buenos actores, y a pesar del altísimo nivel de todo el elenco, la serie no ha recibido los premios que merece. Solo Sterling K. Brown, como Randall, y algunos de sus actores secundarios han sido galardonados con un Emmy. La serie familiar nunca ha sido un género que enganche mucho a los críticos, a pesar de que el público la elija cada semana.
Giros inesperados
Los conflictos de “This is Us” son siempre realistas y cotidianos. No hay asesinatos, traficantes, armas (bueno, quizás en un par de escenas sí) ni nada que aleje a la serie de una experiencia con la que nos podamos identificar, pero eso no quiere decir que no tenga trucos narrativos al nivel de “Breaking Bad” o “Game of Thrones”,
El guionista Dan Fogelman usa una estrategia brillante, que funciona casi siempre. Nos cuenta una historia dejando un detalle de lado. La primera vez que lo hace, en el primer capítulo, es como el truco de un mago que es un golpe a la quijada emocional y a la vez genera ese placer inimitable de conectar todo lo que vimos antes.
De ahí en adelante sabemos que siempre nos están ocultando algo, y descubrir la pieza que completa el rompecabezas es algo esencial para el atractivo de la serie. Por eso es una gran serie para ver con alguien más, ya que tiene esa misma capacidad de generar preguntas y teorías que “Lost” o “Westworld”.
Temas tabú
Gracias a canales como HBO y servicios como Netflix que no deben responder a los anunciantes, son pocos los tabú que la televisión censura. Series como “True Detective” y “Mindhunter” exploran los crímenes más cruentos mientras que “The Deuce” o “Sex Education” hablan con franqueza de sexo, pornografía, y la cambiante relación entre hombres y mujeres.
Pero hay otros temas que parecen prohibidos en televisión, historias que no se cuentan porque no se consideran lo suficientemente atractivas, pero que gracias a “This is Us” se ha demostrado que son necesarias.
La historia de obesidad de Kate y su nuevo amor Toby escapa los clichés y a la vez conmueve a cualquiera que alguna vez haya odiado verse al espejo. La superficialidad de Kevin es una cárcel que termina en un acto de autodestrucción tras otro. El alcoholismo de Jack hace que la la violencia familiar se manifieste de forma insidiosa, algo que se parece mucho más a las historias que vimos en nuestra propia familia que los dramas excesivos de una “Shameless”.
Por supuesto, los clones no tardaron en llegar. A fines de 2018 se estrenó “A Million Little Things”, una producción de Disney para el canal ABC que a duras penas terminará su primera temporada. Hace solo dos semanas NBC estrenó “The Village”, que intenta llevar la fórmula familiar a un edificio de departamentos, pero la respuesta del público ha sido fría: la magia de la familia Pearson no es tan fácil de replicar.
Es una pena que en Argentina la serie sea tan difícil de ver. Actualmente sólo está disponible para usuarios de Fox Premium, que acaba de estrenar la tercera temporada - seis meses después que en Estados Unidos. Los usuarios de Cablevisión Flow pueden ver los capítulos de las temporadas anteriores sin necesidad de pagar una suscripción adicional.
Sorpresas, historias cotidianas, nostalgia de época… ¿entonces “This is Us” es una telenovela? Puede ser, pero es la mejor telenovela que la industria norteamericana haya hecho en años, al nivel de “Gilmore Girls” o “Six Feet Under”. Quizás la televisión de otros países podría aprender que se pueden contar historias cotidianas y a la vez mantener al público pegado a la silla.