No Miren Arriba": Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence en una ingeniosa parodia ácida para que abramos bien los ojos
Se estrenó una de las películas más enormes del año. Con la firma de su director Adam McKay, cuenta esta histriónica y entretenida sátira de ciencia ficción, y para ello reunió a un elenco estelar por primera vez en un mismo proyecto: formado por Meryl Streep, Cate Blanchett, Timothee Chalamet, Jonah Hill. Y que así, estalle en Netflix.
La doctora Kate Dibiasky se sienta en su puesto con la parsimonia propia de la rutina laboral. Con música y café mediante, revisa unos datos, pasa a otra cosa, hasta que echa una mirada a través del telescopio. Lo que descubre se vuelve motivo de celebración para sus colegas, compañeros, becarios y hasta para el astrónomo, profesor, titular de ese departamento y doctor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), quien luego de repasar unas coordenadas, llega a una ya no nada alentadora conclusión: con la caída de ese cometa, el planeta entero será destruido en 6 meses, 14 días.
Frente a este catastrófico panorama, la dupla de científicos -ignorados por decenas de autoridades- logra llegar a la NASA, obtener el consenso de sus colegas, y llegar a tener una reunión con la presidenta de los Estados Unidos, una frívola y sugerentemente republicana Janie Orlean (interpretada con el carisma propio de Meryl Streep), junto a su hijo Jason (Jonah Hill) ocupando un alto cargo político. Reunión en la que el gobierno desestima el asunto y los manda a "aguardar y analizar".
Desesperados, Dibiasky y Mindy se proponen iniciar una acción mediática urgente para dar a conocer la noticia al mundo, pero buscar que abran lo ojos no les será una tarea sencilla ni gratuita.
De esto se trata "No miren arriba" ("Don't look up", en inglés) la nueva película del director Adam McKay ("La gran apuesta", "El vicepresidente") quien mediante su bien personal humor ácido se involucra con temas muy contemporáneos pero llevados al extremo: como lo son la extinción del planeta, el valor de la ciencia, y el avance de las compañías de celulares capaces de controlar las bases de datos del mundo. El resultado: una sátira de ciencia ficción que por más que suene disparatada, es del mismo modo verosímil y hasta identificable en estos tiempos.
Ampliemos un poco esto. Desde hace tiempo el planeta viene dando señales de alerta, incluso el mismo DiCaprio es uno de los actores más comprometidos acerca de problemáticas y acciones sustentables.
Por otro lado, las personas más ricas y poderosas del mundo, no son más que quienes poseen la mayor cantidad de nuestra información: Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates, y hasta Mark Zuckerberg. Y no casualmente, el primero fue uno de los que ya estuvo explorando viajar al espacio, lo que conecta muy bien con el final de la película.
Ahora bien, la película profundiza sobre esta cuestión: ¿qué sentís si te enterás que tu mundo termina en seis meses? Y el desarrollo de esta pregunta es bastante realista, siendo uno de los puntos más fuertes de la ficción: es excelente cómo desde el gobierno y luego los medios de comunicación niegan espacio a la noticia, a tal punto que lo más importante de esa semana era la separación entre dos artistas (interpretados por Ariana Grande,aparición furor por de la película, y Kid Cudi) Cualquier similitud con el WandaGate es pura coincidencia.
Una brillante y en esta ocasión pelirroja Jennifer Lawrence -ganadora del Oscar- interpreta a la astrónoma Dibiasky, cuyo nombre bautiza al cometa. Un personaje que se despoja de estereotipos femeninos para valerse de sus conocimientos, siendo frontal, contundente y formando una dupla sumamente interesante con el toque de un siempre intenso DiCaprio, cada vez que emprende un nuevo rol.
El también ganador del premio de la Academia de Hollywood, logra una transformación no sólo psíquica de su personaje, a quien vemos evolucionar a lo largo de la película -desde las escenas iniciales en las que le falta el aire cada vez que quiere hablar del cometa, hasta convertirse en el científico más consultado del gobierno y los medios-, sino también física, un verdadero acierto que una vez más confirma que DiCaprio no es sólo una cara bonita de la industria sino un actor con una fuerza propia que vuelca cada vez que la claqueta marca el inicio de la acción.
Con momentos que recuerdan al estallido de la pandemia -por la negación inicial y la aparición recurrente de científicos en programas televisivos-, con el tinte político presente -que en la película se ubica en un tiempo electoral, cuestión que en Argentina en cierto modo toca de cerca-, con un elenco que es (junto a "Dune") de los más enormes del año, y con temas que son urgentes de analizar pero no de aguardar, "No Miren arriba" estalla cual cometa en Netflix, la plataforma más preponderante del mercado.
Y en el universo de McKay sus estrellas son varias: Rob Morgan, Mark Rylance, Tyler Perry, Timothée Chalamet (una vez más interpretando a un joven bien anarquista o antisistema, que recuerda a "Lady Bird") Cate Blanchett.
No deja de ser igual de interesante el título de la película. Si bien la ciencia en casi la totalidad de sus casos rechaza la religión, ambas son un tema en la historia, emparentándolas en ese "creer en algo". Justamente las creencias son un tema puesto a debate en la trama: está en el gobierno creer en los astrónomos, y los astrónomos en sus datos, y los espectadores en la información. A su vez, ante un episodio tan alarmante como sería el fin del mundo como lo conocemos, siempre queramos algo a lo que aferrarnos, y ahí entra la fe. Incluso, en el buscar respuestas en el cielo.
"No Miren Arriba" es una sátira realista que llega con el avance de una nueva variable del coronavirus, y que nos interpela para cuestionar hacia dónde quieren que miremos y hacia dónde estamos mirando.