Mucha gente festeja la llegada de las low cost. Menos contentos están los habitantes de Hurlingam, ya que durante la noche intentan dormir con el dulce tronar de los aviones como sonido de fondo: las aeronaves aterrizan continuamente en el aeropuerto de El Palomar.
En consecuencia, la queja de un vecino derivó en un fallo judicial que restringe los horarios en que opera la aeroestación. La postura de la jueza federal Martina Isabel Forns podría restringir los vuelos desde y hacia Mendoza, alterando 8 de las 18 conexiones aéreas de la provincia.
El Palomar es el único aeropuerto low cost del país. Pero el fallo declara que a partir del 28 de septiembre ningún avión podrá despegar ni aterrizar entre las 22 y las 7. La restricción afectará a más de 26 mil pasajeros por mes y podría ocasionar la pérdida de empleos.
Vuelos en peligro
Las rutas vinculadas a Mendoza que están comprometidas son las de las compañías Jetsmart –que viaja a Salta, Buenos Aires, Tucumán, Neuquén y Bariloche- y Flybondi –que va a Iguazú, Buenos Aires y Neuquén-.
El modelo de negocios de las low cost implica que la naves estén casi todo el tiempo en actividad.
¿Por qué la restricción? Ocurre que el modelo de negocio de las low cost implica que las naves estén todo el tiempo en actividad, despegando, volando y aterrizando. Los circuitos se inician y terminan en El Palomar. Ahora, con las nuevas disposiciones, casi todo el plan se altera.
Las empresas han optado por cargar las tintas sobre Lucas Marisi, el vecino que hizo la denuncia. Sebastián Pereira, el CEO de Flybondi, señaló que “una medida basada en el derecho al descanso de un solo vecino está poniendo en riesgo el derecho a trabajar, a poder transportarse a bajo costo, e incluso a una mejor calidad de vida de miles de personas”.