La defensa de Nicolás Gil Pereg denunció que el personal de la cárcel le quebró una mano al detenido. Por eso pidieron que lo atiendan especialistas y reiteraron que el israelí padece vejaciones y no está siendo tratado adecuadamente.
"Tiene un yeso pero esa no es la atención adecuada" (Maximiliano Legrand, abogado defensor)
El incidente se habría producido cuando los guardias quisieron bañar a Pereg: la falta de higiene del gigante genera problemas, y la institución no sabe cómo resolver ese inconveniente. En un momento, el detenido recibió un golpe. Como estaba esposado, alguna torsión hizo “palanca” en su mano y el hombre se lastimó un hueso.
Maximiliano Legrand lidera la estrategia legal para defender al hombre que dice ser un gato:
“Personal penitenciario lo golpeó y le quebró una mano –acusó el letrado-. No sabemos si lo ha visto un traumatólogo. Por eso hemos presentado un habeas corpus: Pereg tiene un yeso en la mano pero esa no es la atención adecuada. Lo tiene que ver un especialista”.
Según la versión de la defensa, a Pereg le pusieron el yeso a dos días de haberlo herido. Legrand: “él sigue solo, porque no puede estar con otras personas a causa de su condición de enfermo mental. Sin embargo se deben terminar estas vejaciones”.