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Actualidad #rappi#glovo#delivery#apps#Empleo

Los repartidores de aplicaciones crearon su sindicato

Ya son más de 20.000 los repartidores que trabajan para las apps de envíos a domicilio en la ciudad de Buenos Aires. Hace tres meses comenzaron a reclamar mejoras laborales
Los repartidores de aplicaciones crearon su sindicato

Trabajadores de Rappi, Glovo, Uber y Cabify inscribieron APP, el primer sindicato de plataformas digitales de Argentina. El trámite lo hicieron en la Secretaría de Trabajo de la Nación y dieron así un paso clave en la lucha que iniciaron en julio pasado para exigir mejoras en las condiciones de trabajo.

El servicio de delivery en bicicletas y motos no ha parado de crecer.

150 personas por día ingresan como repartidores a Rappi

"Fuimos convocados a participar de las plataformas con consignas como 'sé tu propio jefe', pero rápidamente comenzamos a darnos cuenta que las aplicaciones funcionaban gracias a nosotros, y no podíamos decidir nada", cuenta Roger Rojas, un trabajador venezolano que ingresó a Rappi en abril.

"Lo mismo le sucedía a los de Glovo, a los de Uber, a todos los que trabajan para una plataforma. Las empresas buscan que nosotros compitamos entre sí y no que nos unamos", asegura Rojas. 

Rappi tiene 13.000 trabajadores

En Glovo son 6.000

Los repartidores, la mayoría de ellos jóvenes, explican que trabajan sin seguro de riesgos, sin salario fijo y que al ingresar firman “términos y condiciones” que cambian hasta una vez por mes.

Una imagen que se viralizó. Explican que son varios los repartidores que trabajan en las 2 apps
Explican que son varios los repartidores que trabajan en las 2 apps

Todos remarcan que se trata de una actividad muy precarizada y lo grafican así: "Si nos accidentamos, nos preguntan si vamos a entregar el pedido, y luego no nos contestan más. La mayoría de nosotros somos inmigrantes y andamos en bicicleta". 

Hay 3 accidentes semanales con repartidores

"Si esta es la economía del futuro, ¿cómo puede ser que trabajemos en condiciones tan precarias?", se preguntan. 

"Las empresas deciden las tarifas, las comisiones y nos obligan a tributar por las operaciones comerciales por las que ellos son responsables", denuncian.

"Nos venden los uniformes y las cajas con las que hacemos publicidad en la calle. Pueden bloquearnos y controlarnos cuando quieren"

"No hay horas techo. Tenemos que trabajar los siete días de la semana para tener un ingreso que nos permita vivir", dice Rojas en diálogo con FILO y revela que cobran $40 por el viaje mínimo que se puede extender hasta diez kilómetros.

"El sistema, tal y como está concebido hasta hora, es igual en las plataformas de envíos como en las de transporte de personas. Queremos que se nos reconozca como lo que somos, personas con derechos que se ganan la vida trabajando", reclaman.