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Dragones Rosas: el equipo de mujeres que reman contra el cáncer de mama

Un grupo de mujeres que superaron el cáncer de mama se juntan a remar para prevenir secuelas y transmitir un mensaje: "Hay una vida después del cáncer". Cómo es la movida que ayuda a otras personas a afrontar la enfermedad.

Dragones Rosas: el equipo de mujeres que reman contra el cáncer de mama
(Foto: Facebook Dragones Rosas La Plata)

Compañerismo, perseverancia, esfuerzo, ilusión. Son varias las características que las reúnen y hacen funcionar como un equipo. Mejor dicho, son un equipo. No de esos que juegan por los puntos o compiten por levantar alguna copa. Luchan por un objetivo bastante más duro e importante: reman como parte del tratamiento contra el cáncer de mama.

Las Dragones Rosas de La Plata son un grupo de mujeres unidas por una fuerte experiencia de vida que dejaron atrás la enfermedad y se juntan a practicar remo para aprovechar los beneficios físicos que les proporciona la disciplina, y también para concientizar: "Queremos transmitirle a las otras mujeres que hay una vida después del cáncer", asegura Jenny Bolatti, presidenta de la Asociación Civil Dragones Rosas La Plata.

Jenny es una de las pioneras del grupo que allá por el 2013 entró en contacto con Adriana Bartoli, una argentina que vive en Canadá y forma parte del proyecto "Abreast In A Boat", que promueve la práctica de remo como prevención de las posibles secuelas del cáncer e inspiró la formación de varios grupos similares en distintos países.

En 2019, tres años después del nacimiento de la Asociación, lograron recaudar el dinero para comprarse su primer Bote Dragón, una embarcación de origen chino que mide 12,40 metros de largo y tiene espacio para 22 mujeres. ¿Con qué objetivo? Practicar la actividad impulsada por el doctor Donald McKenzie, quien señala que los movimientos repetitivos del remo actúan como drenaje linfático y ayudan a prevenir que se le hinchen los brazos a las mujeres que se realizaron una mastectomía.

"Muchas mujeres no quieren hablar más de la palabra cáncer después de su tratamiento", cuenta la tucumana, de 62 años. Y explica que en las reuniones de las Dragones Rosas "no nos estamos revolcando permanentemente en la enfermedad o en la pena".

Durante los encuentros prima la solidaridad, la diversión, el acompañamiento y esa convicción de que se puede salir adelante y seguir disfrutando de la vida. En definitva, se sienten acompañadas unas y otras porque todas pasaron por la misma experiencia. "Con las chicas siento como si las hubiera conocido de toda la vida. Para mi son las amigas de la vida. Casi como una familia. Y el hecho de pertenecer a un grupo en donde no tenés que dar explicaciones porque a la otra también le pasó, es de mucha importantcia porque de alguna manera te despojás", confiesa Jenny.

En Argentina hay 24 equipos y varios de ellos pertenecen a la Comisión Internacional de remeras contra el cáncer de mama (IBCPC, por sus siglas en inglés). Luego de un año donde las prácticas estuvieron pausadas por la pandemia, comenzaron a realizar nuevamente encuentros nacionales e internacionales y su próxima meta es poder fabricar los botes en algún astillero de nuestro país (provenientes de China salen 4.300 dólares, sumado a los impuestos), para que más grupos puedan acceder a practicar remo.

La vida después del cáncer de mama

Bolatti es médica auditora de una obra social, tiene dos hijos y lleva una vida tranquila pese a que atraviesa su tercer tratamiento. En 2011, se recuperó de un cáncer de mama. El año pasado tuvo que volver a la quimioterapia para tratar las lesiones que le provocó una metástasis ósea, y hoy lucha por superar la enfermedad en el hígado.

"El año pasado, cuando me diagnosticaron metástasis ósea, pensé que la vida se me desmoronaba de nuevo. Porque la noticia de recibir un diagnóstico de cáncer es muy difícil. Pero una vez que atravesaste y aceptaste el diagnóstico, tu vida cambia y después salís de nuevo recuperándote paulatinamente", sostiene Jenny, que se apoya en el cariño que recibió -y recibe- de su familia y de sus compañeras de remo.

Pese a la lejanía física, a través del teléfono se percibe el espíritu y la fortaleza de esta tucumana que, una vez más, como lo hizo a lo largo de toda la charla con Filo.News, vuelve a mencionar un mensaje vital que las Dragones Rosas se empeñan por difundir: la detección temprana. "El cáncer se puede detectar temprano. Y para eso tenés que hacerte los controles anuales y el autoexamen. Si vos conocés tu cuerpo, si al menos te palpas una vez por mes y te das cuenta que hay una diferencia, andá al médico, perdé el miedo y no lo dejes pasar", le aconseja a las mujeres y los hombres ("En un porcentaje menor, los hombres también lo pueden padecer", comenta). Y con convicción, asegura: "Hoy estamos todas vivas porque se nos diagnosticó temprano y porque la ciencia avanzó tanto en Argentina que permite tener muchísimas más posibilidades que antes".

"Después de haber atravesado el cáncer de mama, hay una vida plena por delante. Si vos me ves hoy a mi y yo no te digo nada, ni te enterás que tuve cáncer de mama hace 10 años o tengo ahora. Yo estoy entera, estoy bien. Y eso demuestra que después del cáncer hay una vida", asegura Jenny, que junto al resto de las remeras argentinas y del mundo, se colgaron la medalla de la vida.

Las Dragones Rosas le abren las puertas a todas las mujeres que quieran sumarse, ya sea a remar o participar de las actividades sociales. Sus vías de comunicación son Facebook: Asociación Civil Dragones Rosas La Plata; Instagram: @dragonesrosaslp; y mail: dragonesrosaslaplata@gmail.com