La regla general de los deportistas en verano marca que, en los días de mucho calor, tenés que buscar las horas menos calurosas. ¿Cuáles son? Las tres horas posteriores al amanecer serían las mejores o después de las cinco de la tarde.

Si salís a entrenar a primera o última hora del día esto va a ser fácil. Pero, en caso que no sea así, lo ideal es evitar las zonas soleadas y buscar la sombra.

No importa si salís a correr sólo media hora, tener agua encima (tanto para tomar como para refrescarte) es fundamental. Otro truco para sentirte fresco es humedecer la gorra: llevar la cabeza mojada hace que la sensación de calor sea menor.
 

Si vas a entrenarte cuando todavía el sol está alto y porque seguramente no todo el recorrido tengas sombra, es importante utilizar protector solar para proteger las áreas expuestas. 

Si tenés sensación de mareos, dolor de cabeza o dificultades para respirar, los especialistas recomiendan interrumpir inmediatamente el ejercicio. Como primera medida de prevención, tomá agua y tratá de hidratar tu cuerpo con una ducha a temperatura fresca.