Collin es un niño de 6 años que desde que tiene memoria es fanático de Elsa, la protagonista de Frozen. A él le gusta ponerse el traje celeste de princesa y salir a pasear, bailar, jugar, divertirse. 
Pero un día el bullying intentó adoctrinarlo: un compañerito en el colegio le dijo que usar disfraces de princesa era cosa de nenas. 

Collin volvió triste y le contó a su papá, Scott Stuart, lo sucedido. Después de escuchar atentamente a su hijo, Stuart decidió hacer todo lo posible para que Collin se sintiera seguro de quien era y de que ninguna opinión pudiera desanimarlo de hacer lo que lo haga feliz.

Después de todo...¿Por qué los vestidos tienen género? La respuesta es por la cultura...como casi todo lo que está relacionado con nuestros vínculos y nuestra forma de pararnos frente al mundo. 

Y así como la cultura se alimenta del avance de la historia, también se modifica con ella. El padre decidió también vestirse con un traje de princesa y los dos se volvieron virales por jugar juntos drisfrazados. 

"Durante años, mi familia me hizo pensar que dejar que mi hijo se vistiera como Elsa, era un error. Algunas veces hicieron que cuestionara mi decisión, pero el solo ver su cara de felicidad me hace recordar que tomé la decisión correcta", reflexiona Scott en uno de sus posteos. 

"Si mi hijo quiere hacer algo fuera de una ‘norma’ de género, yo también lo haré para que vea que está totalmente bien ser un hombre y usar un vestido", continuó. 

A su vez, señaló que su trabajo como padre es descubrir quién es realmente su hijo y qué es lo que ama. "Permitir que brille de la manera más brillante posible. ¿Qué me hace sentir más orgulloso? Él está orgulloso de sí mismo. Desearía haber tenido eso cuando era niño", concluyó. 

Las críticas no tardaron en llegar pero cada día son más los mensajes de amor, fuerza y apoyo.