Claves para cuidarse en el verano: ¿qué hay que tener en cuenta?
Las vacaciones son el momento en el que todos solemos relajarnos y despreocuparnos. Por eso, te contamos qué cuestiones deberías considerar para estar a salvo de cualquier peligro
Durante las vacaciones, disfrutar es el objetivo y cuidarse es el mejor camino para lograrlo. En el verano, la precaución resulta esencial de cara a lo más importante: hidratarse y nutrirse correctamente.
Las altas temperaturas llevan a la pérdida de líquido por medio de la transpiración y el agua es la clave para poder recuperarse, en especial si se tiene en cuenta que compone alrededor del 65% del cuerpo humano.
Por eso, te contamos cuáles son las claves a tener en cuenta para viajar seguro, de la mano de las especialistasDra. Eliana Reyes, del Departamento Médico de ASSIST CARD y Dra. Patricia Silvana Minuchin (Médica especialista en Medicina del Deporte y Nutrición):
En primer lugar, hay que cuidarse del sol, incluso en las horas que no son consideradas “pico”.
La exposición prolongada puede deshidratar y producir un “golpe de calor”: hay que beber líquidos con frecuencia -dos litros de agua por día-, se sugiere evitar el consumo de alcohol (este aumenta la dilatación de los vasos sanguíneos, un factor que se produce cuando el cuerpo siente calor) y frente a mínimos síntomas -dolor de cabeza, náuseas, debilidad general, enrojecimiento intenso de la piel- colocarse en un lugar fresco y beber abundantes líquidos, pero de a gotas.
No hay que olvidar que el agua de un lugar diferente al que vivimos puede tener riesgo, aunque sea potable. Nuestro aparato digestivo no está acostumbrado a esa flora habitual de bacterias, lo que puede generar una gastroenteritis aguda que, sin dudas, opacará algunos días de las preciadas vacaciones.
Es preferible tomar agua mineral o llevar un gotero de lavandina: colocar dos gotas por cada litro de agua potable y esperar 30 minutos. Cuidado: ¡los niños y los ancianos se deshidratan con mayor facilidad!
Con respecto a los alimentos, hay que evitar su consumo en exceso y lavarse siempre las manos para no contaminar la comida. ¿Dónde prestar mayor atención? A aquella que se haya preparado en la calle, mismo a las verduras crudas y a las frutas, que deben comerse sin su cáscara. Hay que ser cuidadosos con el consumo de platos a los que no se está acostumbrado.
¿Alternativas? Llevar colaciones –turrones o barras de cereal-, y hasta latas de frutas o legumbres - arvejas, garbanzos, porotos, lentejas- para no llegar con hambre a la siguiente ingesta.
En caso de síntomas mayores dolor de cabeza prolongado, reacciones en la piel, ardor en los ojos, etc., lo ideal es contar con un servicio de cobertura médica que lo asista de manera inmediata.
Deportes bajo el sol
Los amantes del deporte nunca paran, y aquellos que no suelen hacer actividad, en sus vacaciones muchas veces se sienten motivados por el paisaje y salen a entrenarse
¡Excelente! Pero… correr en climas con altas temperaturas puede producir debilidad, mareos y calambres. Independientemente de la hidratación, el calor y la humedad ambiental empeoran el estado físico: no permiten eliminar el calor excedente producido por el cuerpo, lo que dificulta que el cerebro y los músculos funcionen de manera correcta.
Si bien las indicaciones deben ser personalizadas, existen normas generales para una mejor nutrición en los deportistas, que suelen darse en tres momentos.
Antes de seguir estos consejos, hay que respetar enfermedades previas -diabetes, hipertensión, gastritis o el colon irritable- y no dejar de tener en cuenta preferencias y posibilidades para que lo indicado pueda ser sostenido.
Antes del ejercicio: sea de fuerza o resistencia, es conveniente ingerir un café con leche con azúcar y tostadas de pan blanco con mermelada.
Durante el mismo: ingerir bebidas levemente azucaradas, que no superen el 5% de concentración. Es decir, 5 gramos de azúcar por cada 100 mililitros de agua mineral. La teoría indica 750 a 1000 ml por hora de entrenamiento, tomando como variables el peso del sujeto, la temperatura y la humedad ambiental.
Para finalizar: consumir carbohidratos simples –azúcares, miel y jugos- y complejos –pastas, papa, batata, arroz, polenta, pan-. Se pueden combinar con proteínas –pollo, carnes rojas o pescado- para potenciar el ingreso de nutrientes al músculo, y obtener una mayor reserva de energía para el próximo entrenamiento.