El Gobierno de la provincia de Buenos Aires apuntó a la Casa Militar, que depende de Nación, como responsable del operativo de seguridad en la caravana realizada por La Libertad Avanza en Lomas de Zamora. Durante la actividad, Javier Milei y los candidatos de la Tercera Sección Electoral debieron retirarse en medio de abucheos y piedrazos, lo que desató una serie de cruces sobre quién debía garantizar la seguridad presidencial.
“Repudiamos la violencia de haber recibido agresiones, que por suerte no impactaron en él y tuvo que salir corriendo”, expresó el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso. En la misma línea, advirtió sobre el clima generado desde la Casa Rosada: “Hay una violencia que se está agitando. El discurso de Junín fue terrible. La dirigencia política tiene que poder bajar un cambio”.
En ese sentido, el funcionario detalló que la planificación de estos dispositivos no depende de la provincia: “El jefe de seguridad presidencial es el jefe de la Casa Militar, yo no decidí que se haga la caravana ni teníamos información previa. Recién a las nueve de la noche del día anterior nos llegó la orden de servicio".
Según señaló, en diálogo con Urbana Play, desde Nación pidieron apoyo con “4 unidades antidisturbios, 12 motos y un refuerzo de la seguridad, en todo el perímetro de la caravana, desde el ingreso del Presidente a la provincia de Buenos Aires, hasta la finalización de la actividad y su salida del distrito bonaerense”.
“Veíamos que el presidente estaba desprotegido”, indicó, tras confirmar que se incorporaron 50 policías adicionales. También enumeró la participación de fuerzas federales: “La Gendarmería envió un escuadrón de 110 personas, había cuatro unidades de la Policía Federal, 20 policías de civil, GEOF y francotiradores”.
Finalmente, volvió a remarcar su crítica al operativo. “No lo cuidaron al Presidente. Cuando va al territorio uno sabe que hay climas sociales. La piedra voló y lo expusieron al Presidente a una situación delicada”, concluyó.