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Lali en Vélez: ¿Por qué es la Pop Star que necesitamos?

La referente del pop fue ovacionada por 90 mil personas en dos noches inolvidables en Estadio de Vélez Sarfield. No solo consolida su carrera, sino que se planta y defiende ese lugar que trabajó y su público institucionalizó. La crónica de una noche pop y una referente no solo de la música.

Lali en Vélez: ¿Por qué es la Pop Star que necesitamos?
Foto: Marco Oviedo.

Terminó el primero de los tres Vélez de Lali. Busco por la app un Cabify con ansiedad de encontrar alguno ante la procesión de fanáticos. Consigo. Me alivio, pero en partes. Ya no era ansiedad, era necesidad de poner palabras lo que había visto y sentido. Una crónica en casi tiempo real que me regala una vez más el periodismo y el amor por la música, claro.

Foto: Marco Oviedo.

Acabo de salir del show de Lali en Vélez y todavía tengo las pupilas encendidas. Lo que presencié fue mucho más que un recital: fue una declaración de principios hecha espectáculo. Una obra pop total.

Durante casi tres horas, Lali orquestó una celebración monumental que osciló entre lo íntimo y lo apoteósico. Cada coreografía, cada gesto, cada decisión estética fue una afirmación de identidad. Una puesta en escena feroz, afilada.

Con más de 16 drags y 16 bailarines, cuerpos disidentes en escena y un despliegue técnico que rozó lo cinematográfico, convirtió el escenario en una trinchera brillante. Nos recordó que se puede cantar, bailar, conmover y al mismo tiempo resistir.

No se limitó a repasar su historia: la resignificó. Puso sus discos sobre la mesa como capítulos de un manifiesto personal y político. Y lo hizo con una sensibilidad quirúrgica, con inteligencia emocional y con el pulso afilado de quien no le teme al poder. Porque hay que tener coraje para seguir cantando cuando la quisieron silenciar.

Foto: Marco Oviedo.

Lali no solo sostuvo un show de talla internacional: sostuvo un espejo frente a su generación. Nos vimos ahí. En su vulnerabilidad, en su provocación, en su hambre de justicia, en su euforia. Porque verla triunfar así no es solo asistir al show de una artista en su mejor momento: es presenciar cómo se consolida una figura histórica del pop latinoamericano.

Hoy me voy sabiendo que fuimos testigos de un acto de amor y de poder. Y que no hay mejor lugar que este para ser contemporánea y estar acá, ahora, al lado de una artista que decidió no pedir permiso.

Y ahí estaba ella: firme, valiente, sensible, irreverente. Haciendo arte en un país donde ser mujer, decir lo que pensás y plantarte cuesta caro. Y sin embargo, ahí está. Reina por derecho propio. 

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