La argentina Victoria Villahoz participará en la Semana del Arte Contemporáneo en París, Francia; Su pintura “Anhelo” se exhibirá en el Carrousel du Louvre, ubicado en el subterráneo del Museo du Louvre, durante la feria internacional Art Shopping: un punto de encuentro para el arte contemporáneo que se realizará los días 18, 19 y 20 de octubre de 2024.

El evento contará con la participación de más de 80 obras provenientes de Argentina, presentadas por la galería +QUE2 Gestión Cultural, a cargo de Mariela Ballesta, arteterapista, que se encuentra en el emblemático Palacio Barolo de Buenos Aires. Los creadores podrán mostrar su trabajo junto a artistas internacionales

Lo primero que destaca de la Licenciada en Comunicación y ex profesora de catedra es su pasión por el arte y su técnica, que resalta por sobre todo. En sus palabras, la artista “tiene esa enorme fortuna” de hacer lo que le gusta, algo que se terminó de consolidar “luego de la pandemia”.

Victoria enviará por primera vez una obra original al exterior, “Anhelo", que forma parte de su serie “Mujeres Reales” la cual “agrupa y encarna distintos ánimos femeninos”. La artista recuerda que “surgió con la necesidad de mejorar la figura humana, el estudio del dibujo”. 

“Siempre me gustó favorecer el color, o percibir más la luz. Y dije: ‘Tengo que mejorar la figura humana. Me gustaría mejorar el rostro, hacer ensayos, figura femenina’, así surgió. Siempre priorizando el color, rompiendo un poco el trazo”.

Ante la oportunidad, se muestra “muy agradecida y entusiasmada". Y explica que su obra, un óleo sobre tela de 40x60 cm, fue pintada en un momento de “un anhelo especial” que vivía “de mucha nostalgia”: “Tiene una actitud o intenta transmitir esa expresión”, detalló.

Me gusta lo que le genera a la persona, el arte es hacer algo para el mundo, para el otro. A mí me significa un anhelo, pero a lo mejor a otro le significa otra cosa.

Sobre su llegada a París, la artista expresó que está “muy agradecida con la gestora cultural, Mariela Ballesta”. Además, se emocionó al expresar la oportunidad que se le otorgó: “Que vean a tu obra con un potencial, que alguien pueda sentir o creer que el trabajo amerita que llegue a un lugar puntual y sea expuesto junto con otros es maravilloso”.

Me gusta estar más suelta y favorecer la expresión sobre el trazo. Ahí surgieron estos “ánimos de mujeres”.

Victoria recordó sus inicios y cómo logró concretar esta nueva experiencia: “Para aprender a pintar hay que pintar, tenés que ponerte a practicar y mancharte y pasar por procesos en los que a lo mejor sale algo que no te gusta. Es necesario experimentar, volver a intentar, dejar descansar. Darse una oportunidad”.  

“Una de mis primeras ventas fue una obra por encargo. El trabajo estaba vendido, pero tenía que pintar a una nena. Fue algo muy loco, empecé a pintar y tenía todo pintado menos la cara, que me iba a definir el cuadro. Me empecé a asustar, a poner presión: si no me salía la cara iba a arruinar todo lo demás”, detalló.

“Un día empecé a hablarle al cuadro y a la nena, y  ahí empezó a aparecer la carita. Fue tan fuerte lo que pasó, se me saltaron las lágrimas”, - y  agregó - “Siempre es distinto, no sé si era yo la que pintaba. No importaba. Lo que estaba apareciendo era algo que se estaba plasmando y que iba a quedar ahí, fue muy gratificante ver eso”, sumó a su anécdota.

Lo maravilloso del arte es que es tan libre. No hay un proceso, una forma, hay miles y todas son válidas.

Además, comentó que a veces ocurre que se siente “absorbida por las obras”, cuando está en un estado de concentración e inspiración muy grande.  “A veces, cuando vos entrás en la pintura, es como si te sacaran de adentro algo que ni siquiera sabes si es tuyo. Es algo dado, muy espiritual.  Me pasa con mis obras, algunas las siento pedacitos míos, me cuesta soltarlas". 

Un inicio en un momento inesperado: la pandemia por COVID-19. “Todo mi mundo fue necesariamente virtual, de salir a pintar como persona, de ponerme a pintar”, recordó.

“Después de todo eso, cuando empezó lo presencial, se potenció mucho. Es un camino de ida. La red es el canal en mi caso, te lleva tráfico al sitio, te permite convocar a las personas”. También, reflexionó sobre el uso de las redes sociales: “El que te sigue de verdad es porque le interesa lo que haces, y también a las galerías, que los curadores vean tu trabajo y te convoquen o que te acerquen sus proyectos”.

La tecnología puede ser una gran herramienta para realizar cualquier tipo de trabajo, sobre esto la artista opinó: “La inteligencia artificial es capaz de reproducir exactamente lo que pienso, hacerlo en masa y comercializarlo, pero hay un amor especial por el proceso".

“El arte es la experiencia de la creatividad, siempre uno vuelve a lo clásico. El ser humano es el que crea la inteligencia artificial, estamos llamados a ver hasta qué lugar uno le cede facultades a eso. Una cosa es la pintura y la reproducción de la misma, otra cosa es la idea, de quién es la idea, ese sentir, la obra”, agregó.

El artista siempre se reinventa, hay que tomar lo que nos ayude para mejorar, no para dejar de hacer y anularse.

¿A dónde le gustaría llegar a Victoria? Entre muchos sueños, la artista mencionó a Estados Unidos, además de museos de Argentina.

“Argentina, a otras ciudades en las que no estoy. Me encantaría poder llegar a algún museo, al de Bellas Artes o al MALBA”, compartió.

Después de charlar con Victoria lo que me quedan son muchas certezas sobre su ser: una apasionada por su profesión, una eterna estudiante y maestra.

La artista tiene un taller gratis en su canal de YouTube, además ofrece cursos y talleres. Al mismo tiempo, permite a la comunidad adquirir sus obras mediante su página web.

En ese ‘no hacer nada’ también hay algo que se está gestando, que es lo que va a venir. No se vive solo en la pintura, se vive en la vida.