Santiago Gómez Cora: “Nuestro objetivo principal es meternos en los Juegos Olímpicos de París 2024”
Tras el título obtenido por Los Pumas 7s en el torneo de Vancouver, Filo.News habló con en el entrenador del seleccionado argentino de rugby seven sobre el gran presente del equipo y el crecimiento que ha tenido la modalidad en los últimos años.
La Selección Argentina de rugby seven, mejor conocida como Los Pumas 7s, consiguió hace tan solo una semana su quinto título en el Circuito Mundial. Con el bicampeonato en Vancouver, el equipo se consolidó como una potencia en la modalidad, algo que se dio en gran parte gracias al trabajo del cuerpo técnico comandado por Santiago Gómez Cora, quien desde 2013 lidera este proyecto que hoy ha dado sus frutos.
Tras un 2021 marcado por la obtención de la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio y un 2022 de gran rendimiento en varios torneos de la Serie Mundial de Rugby 7, el combinado nacional arrancó este año con un nivel superlativo que le permitió alzarse con el título en Hamilton y Vancouver y llegar a la final en Los Ángeles.
De la mano de grandes jugadores como Marcos Moneta, Rodrigo Isgró, Luciano González, Santiago Álvarez, Matías Osadczuk y Agustín Fraga, Los Pumas 7s se han consolidado y establecido como uno de los seleccionados más importantes de la modalidad, ya que actualmente se ubican en el segundo puesto del ranking del Circuito Mundial de Seven y estarían clasificando a París 2024, donde buscarán repetir o mejorar la actuación en la cita olímpica pasada.
Para conocer más sobre el gran presente del equipo, el crecimiento exponencial del rugby seven en el país y el programa de desarrollo de jugadores, Filo.News habló con Santiago Gómez Cora, entrenador del seleccionado argentino de rugby seven masculino, quien estuvo involucrado en los cinco títulos que el combinado nacional ostenta en la Serie Mundial de Rugby 7.
-¿Qué sensación te genera haber arrancado el 2023 con dos títulos y una final?
El hecho de haber ganado tres etapas en un año habla muy bien del funcionamiento del equipo. La satisfacción de ver un plantel convencido es de las cosas más lindas que le pueden pasar a un entrenador. No solo por ejecutar el plano de juego que venimos laburando hace mucho tiempo, sino por lo convencidos que están los jugadores de ejecutar cada movimiento. Además, destacó el trabajo que han realizado los chicos en los torneos con buenos y malos resultados. Arrancamos en Hong Kong con algunos detalles que no nos permitieron llegar hasta el final o salir campeones, pero ya veíamos buen volumen de juego. Pudimos ajustar cosas a lo largo de estos meses y eso nos ayudó a llegar a esta realidad con las victorias en Vancouver y Hamilton.
Más allá de los títulos en el Circuito Mundial, se ha visto un crecimiento exponencial del rugby seven en el país, ¿qué factores influyeron para que se haya generado un cambio?
Hay bastantes aristas que generaron un cambio en la modalidad. Obviamente, estar dentro de los Juegos Olímpicos le dio al equipo otra jerarquía, otra preparación y más recursos económicos. A partir de Río 2016, nosotros empezamos con un programa de detección temprana de jugadores, que nos ha servido para desarrollar y ampliar la base para el rugby seven. La inclusión de la especialidad en Río 2016 fue un primer quiebre en cuanto a cuestiones de crecimiento, mientras que el segundo, relacionado más a los resultados, fue el de Tokio 2020, donde obtuvimos una medalla y el equipo se convenció de que podía ganarle a cualquier seleccionado. Creo que a partir de esa cita olímpica el plantel se dio cuenta que podía ser competitivo y podía pensar en triunfar en vez de especular sobre el resultado.
Recién hacías mención al programa de detección temprana de jugadores, ¿qué podés contar sobre este proyecto?
Agarramos jugadores con 16 años y empezamos a desarrollarlo. Por eso no sufrimos cada vez que sale un jugador por lesión o porque decide jugar rugby convencional. Prevemos esas situaciones y antes de esperar preferimos generar jugadores. Con la detección, buscamos más un atleta y no tanto un jugador de rugby. Lo que pretendemos es que tenga un factor X. Con factor X me refiero a que sea desequilibrante en algo. Puede ser en velocidad, en altura, en potencia, en tackle, en obtención o en juego aéreo. A partir de ahí, trabajamos el resto de las cualidades y formamos un jugador más competo para incluirlo en el plan de juego.
-¿Qué te genera que varios jugadores del actual plantel de Los Pumas 7s hayan formado parte de ese proyecto de desarrollo?
Nos genera orgullo su presente, ya que es de los jugadores que agarramos de jóvenes cuando iniciamos el proyecto para los Juegos Olímpicos de la Juventud para obtener una medalla en Buenos Aires. El objetivo no era primordialmente lograr esa presea, ya que lo tomamos como un medio para tener una buena base de jugadores jóvenes para el futuro. Han salido grandes jugadores como Lucio Cinti, Ignacio Mendy, Luciano González y Marcos Moneta. Verlos progresar nos genera un orgullo.
-¿Qué cambió para que Los Pumas 7s hoy puedan vencer a grandes potencias de la modalidad como Nueva Zelanda, Fiji y Sudáfrica?
Por lo general, cuando buscas un jugador de seven te fijas en un talentoso o un velocista. Por eso, nosotros intentamos ir por otro lado y buscar un atleta. Nos centramos en tres clases de jugadores: de obtención, de definición y de gestación. Si yo tengo un jugador muy habilidoso, pero sino es rápido o no puede aguantar seis partidos a un ritmo espectacular no me va servir. Con todo esto en mente, pretendemos que los jugadores puedan tolerar la exigencia física que tienen equipos como Samoa Sudáfrica, Nueva Zelanda o Fiji. Gracias a esta base de jugadores que fuimos desarrollando, hoy podemos plantarnos antes los grandes equipos, algo que antes se nos dificultaba.
-¿Cuáles son los objetivos para lo que queda de este 2023 para Los Pumas 7s?
Este año nuestro objetivo principal es meternos en los Juegos Olímpicos París 2024 a través del Circuito Mundial de Seven, donde clasifican los primeros cuatro de la tabla de posiciones, o por medio del Sudamericano que se jugaría en junio. Teniendo asegurada la clasificación comenzaríamos a planificar lo que será la cita olímpica.
Has estado involucrado durante buena parte de tu vida con el seleccionado de rugby seven tanto en el rol de jugador como en el de entrenador, ¿qué te genera haber estado presente en los logros más destacados de Los Pumas 7s?
Es un orgullo enorme y siempre fue un poco el propósito. He tenido ofertar para jugar en el exterior y no las he aceptado por las ganas de representar a mi país. Me gustaba mucho el seven y por eso nunca jugué al rugby convencional en Europa, donde he tenido propuestas en mi etapa de jugador. Como entrenador me pasa lo mismo. Podría entrenar a otros seleccionados o a otros equipos, pero tengo este proyecto que empezamos en 2016 y que culminará en 2024. En mi caso personal, me mueve la pasión y la camiseta del país.