En el día de las mujeres en la ciencia, los números que preocupan
En el mundo hay solo un 28 por ciento de investigadoras, cobran menos, utilizan menos recursos y la desmotivación en estos ámbitos sucede desde que somos pequeñas.
Las mujeres son relegadas en casi todas las profesiones existentes y son los hombres quienes figuran en la mayoría de puestos de poder de todo el mundo. La ciencia lejos está de ser la excepción sino más bien es la reina de la regla: en el plantea, sólo 28 por ciento de los y las investigadores en el mundo, son mujeres.
A partir de este gran desequilibrio, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, para lograr que tengan acceso y participación plena y equitativa en este mundo académico tan importante.
En nuestro país, según el Proyecto SAGA (STEM and Gender Advancement) de la Unesco, las mujeres argentinas dirigen 26,7% menos proyectos de investigación y desarrollo que los varones y solicitan y reciben la mitad del financiamiento con respecto a sus pares hombres. Pero no sólo eso, además publican 7% menos en revistas de mayor impacto y visibilidad y acceden en menor medida a los altos cargos en la carrera de investigador.
Estos números marcan el invisible pero claro "Techo de cristal" al que muchas mujeres detiene la discriminación y la desmotivación para ingresar o mantenerse dentro del mundo de la ciencia. En porcentaje, la presencia femenina en estos ámbitos, es menor a medida que se eleva el nivel de estudios. La carrera de los varones va en ascenso siempre, a diferencia de las mujeres, que registra bajas cada vez que, por ejemplo, tienen hijos.
Según Agostina Mileo, editora de la sección ciencia y coordinadora de #MenstruAcción en Economía feminita, un estudio de Lin Bian, publicado en Science en 2017, identifica que las niñas dejan de asociar la inteligencia a su propio género entre los 5 y los 6 años y que la socialización es clave a la hora de desmotivar a un género para que sea el otro el que avance sobre la ciencia.
"Generar aulas y puestos de trabajo inclusivos que valoren las opiniones femeninas también es clave", afirmó Mileo.
Si bien hay un 20.480 mujeres y 13.484 varones que hacen investigación, solo el 10.5% de esas mujeres son autoridades de organismos de ciencia y tecnología.
Sin sorprender demasiado, el estudio también indica que las áreas con mayor presencia de mujeres son las ciencias médicas y de la salud, humanidades y artes y ciencias sociales, mientras que en último lugar se encuentran las ingenierías y tecnologías.
Estos números preocupan y, sobre todo, en épocas de recorte y crisis económica, en donde la inversión en ciencia y tecnología sufren un deterioro bestial.
¿Qué es lo que pueden hacer las instituciones educativas para mejorar la inserción femenina en las carreras científicas? Según Mileo, "En 2018, Microsoft publicó los resultados de un estudio realizado junto a KRC Research en el que se entrevistaron a 6000 mujeres estadounidenses de entre 10 y 30 años y la investigación sostuvo que las razones incluyen la presión de los pares, falta de modelos aspiracionales, ausencia de apoyo de padres y maestros y una percepción errada acerca de cómo son este tipo de carreras en realidad".
"Aquellas niñas que son alentadas por su entorno familiar son dos veces más propensas a permanecer en estas carreras. Generar aulas y puestos de trabajo inclusivos que valoren las opiniones femeninas también es clave", finaliza.
La UNESCO, por su parte, sostiene que el objetivo es mejorar la participación, la culminación y la continuación de las niñas y las mujeres en los las carreras y los estudios vinculados con las carreras de ciencia y tecnología, con miras a reducir las disparidades de género en estas profesiones. Además, reforzar la capacidad de los países para proporcionar una educación en materia a las cuestiones de género que incluye la formación de docentes, los contenidos pedagógicos y la pedagogía y aumentar la concienciación en cuanto a la importancia de la enseñanza de las ciencias duras para las niñas y las mujeres.