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¿Quién es Adrián Lacroix? el mago que fascina a los magos

Su trabajo deslumbró a David Copperfield y  David Blaine entre otros. En esta nota conocemos al ilusionista favorito de las estrellas que habló en exclusiva con Filo.News.

¿Quién es Adrián Lacroix? el mago que fascina a los magos

“Todo forma parte del ilusionismo”, comienza diciéndonos en su charla Adrián Lacroix que siempre parece tener un as bajo la manga. En el 2020 mientras nos adentrábamos a una realidad pandémica llena de incertidumbre él, no solo lograba cumplir un sueño de niño, sino que creó una nueva forma de hacer magia.

Porque en el universo Lacroix no hay imposibles y las frases como “traspasar la pantalla” se materializan, y eso hizo que el mago de los magos quisiera conocerlo. Pero antes de leer esa historia, vamos al comienzo.

Adrián es un ilusionista nacido en Buenos Aires que se enamoró de la magia viendo a David Copperfield en la televisión cuando tenía 8 años. En ese momento supo que ese era su destino.

Sin embargo su primer truco para sus compañeros de colegio no tuvo un final feliz y eso hizo que los años siguientes no hiciera más magia en público: “Ahí aprendí que el mundo podía ser muy cruel”, aseguró.  

“Cuando estaba en cuarto grado, en la revista Billiken venía un truco de magia con una cajita de fósforos y que simulaba moverse sola sobre la mano del mago, el truco era sencillo, y se lo hice a mis compañeros de colegio. Pero cuando volví del recreo uno de mis compañeros me abrió la mochila, y encontró el truco, y por supuesto se lo mostró a todos”, contó sobre aquel momento bochornoso.

“Los secretos en la magia normalmente tienden a ser cosas muy simples. Y cuando uno descubre eso lo desvaloriza. Cuando en realidad es muy difícil llegar a eso simple, y que eso sea tan engañoso”, entendió tiempo después con el taco gastado y la experiencia acumulada.

Ya a los 16 años, vio a David Blaine haciendo magia en la calle, y encontró un nuevo enfoque  sobre lo que quería hacer al ver las reacciones de las personas frente a los actos de este ilusionista. Esa imagen se le grabó en la cabeza y al día siguiente con un mazo de cartas, deslumbró a sus compañeros. Desde ahí no paro de generar en su audiencia un frenesí difícil de reproducir en palabras.

Totalmente autodidacta comenzó a ganar dinero en restaurantes y bares con sus presentaciones y diferentes espectáculos. La diferencia con Adrián, es que él creó su propia magia, y su estilo y sus actos son producto de sus deseos materializados que buscan crear en el espectador una ilusión. O como lo definió el gran René Lavand, “Un sentimiento de angustia. Esa angustia que tiene el ser humano cuando intenta racionalizar la belleza que le propone la sutil mentira del arte”.

Existe una diferencia entre la magia, y el ilusionismo y él nos lo explica muy bien: “La ilusión es un truco magnificado, camuflado de tal manera que parecería no haber una explicación posible, a diferencia del truco de magia que uno tiende a pensar que hay una técnica o mecanismo detrás de lo que acabamos de ver" ¿y la magia?... "la magia es lo que hace Harry Potter" dice entre risas luego de afirmar que es un escéptico nato.

El año pasado, con las restricciones por el coronavirus y los teatros cerrados, como todos, tuvo que reinventarse. Y lejos de hacer lo que la mayoría hizo, que fue adaptar los shows que tenía a una sesión para streaming. Quiso dar un paso más, y cráneo una forma de hacer magia interactiva donde la audiencia no solo viera un show único, sino que fuera parte de él.

Estas actuaciones no solo fascinaban a los espectadores, sino que los ilusionistas más reconocidos del mundo lo contactaron para aprender su técnica. De esta manera empezó a comercializar este show a medida que lo presentaba para las compañías más importantes del mundo y magos de la talla de Penn & Teller que lo probaron en la televisión en vivo en Estados Unidos.  

"Un buen ilusionista es capaz de crear un falso recuerdo en la cabeza del espectador. Es decir que luego cuando el público quiera volver hacia atrás y recordar lo que sucedió tenga un recuerdo totalmente falso y erróneo"

Eso llegó a los oídos de David Copperfield que un día lo llamó a la madrugada para que le mostrara qué es lo que hacía.

Luego de actuar para su ídolo de niño por videollamada,  y de manera sorpresiva, Copperfield le dijo que se había pasado los últimos meses viendo a diferentes magos e ilusionistas y ninguno le llamó la atención, “todos apestaban” fueron sus textuales palabras. Se despidieron y colgó, pero a los cinco minutos volvió a llamar y le dijo ´te acordás que te dije que venía viendo cosas y nada me gustaba, bueno mi mujer al cortar el teléfono me dijo ¡Al fin algo te gusta!

Lo que vino después fue actuaciones para la familia de copperfield y una serie de llamados de felicitaciones y fascinación junto a una invitación para conocerse y conocer su museo personal.

Con respecto a cómo es hacer magia frente a otros magos, Lacroix considera que no es presión extra y que si la técnica está bien hecha es como con cualquier otro espectador. “Un buen ilusionista es capaz de crear un falso recuerdo en la cabeza del espectador. Es decir vas sembrando semillas durante la actuación de forma tal que luego cuando el público quiera volver hacia atrás y recordar lo que sucedió tenga un recuerdo totalmente falso y erróneo, pero que para su cabeza es genuino, y por eso, le es imposible entender lo que acaba de presenciar”.

No podía terminar la nota sin saber qué sucede si un truco o efecto como él lo llama falla.  Para ello cito una frase de Lavand que decía “el público puede perdonar el error, pero no el aburrimiento”.

"Muchas veces la gente no sabe qué es lo que vamos a hacer y eso nos da la posibilidad de tener diferentes salidas, que a su vez la gente tiende a pensar que eso también era parte del show, entonces se resuelve cambiando el enfoque”, nos explicó con total naturalidad. 

Los shows que propone vía zoom son con una capacidad reducida, ya que la idea es hacerlo lo más personal posible, para que la vivencia del espectador sea única. Por este obtuvo el premio  “Penguin Magic Award 2020” como “Inventor del año”.

“La idea es que sientan que la experiencia va a ser especial en todo sentido, lo que tiene este show de diferente es que tiene todo material original que fue concebido especialmente para hacer por zoom, no es un espectáculo que yo hacía antes en teatro y lo adapté, es algo que creé directamente para hacerlo vía remota y traspasar la pantalla, eso lo hace diferente a cualquier otra cosa”, cerró.

Lo que se viene ahora para Adrián, es ir a Estados Unidos a perfeccionar su técnica y una serie de encuentros con colegas, para volver a Buenos Aires y hacer una serie de shows que podremos disfrutar vía streaming. 

Ahora ya sabemos que tenemos a Messi, al Papa, a Ginobili y a Lacroix que deslumbran por el mundo pero con ADN 100% argentino. 

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