“Lápices”: Una puesta en escena sensacional sobre una de las noches más crudas de nuestro país
El martes 23 y 30 de octubre regresa a El Galpón de Guevara el musical que representa la detención de los jóvenes que lucharon por el boleto estudiantil, y FILO conversó con la protagonista Camila Giudice, quien se mete en la piel de María Claudia Falcone
Se apagan las luces, y los actores salen al escenario. Impacto. Voces y una coreografía. El público está ansioso, mantiene altas las expectativas y sabe que será una noche para recordar, uno de esos sucesos que no se olvidan ni se olvidarán.
“Lápices: un musical con memoria” es la obra teatral basada en uno de los sucesos que más sacudió a la Argentina, el mismo que “en un acto de rebeldía y desobediencia” acalló las voces de diez estudiantes para siempre.
“La noche de los lápices” es el nombre que recibió uno de los actos más atroces de la humanidad. El 16 de septiembre de 1976 se llevó a cabo la desaparición y matanza de varios estudiantes, luego de ser torturados en centros de detención clandestinos.
Los menores luchaban para que el Gobierno apruebe la iniciativa del boleto estudiantil, para solidarizarse con sus compañeros y extender las posibilidades de estudiar y poder acceder a la educación.
Sin embargo, para el presidente de facto Rafael Videla y sus funcionarios se trató de una clase de “escarmiento”, un ejemplo que evitaría la sublevación de sus compañeros. Lo que el militar ignoraba es que la memoria es una de las últimas cosas que se pierde, al igual que la esperanza.
“Lápices” crea una atmósfera, te transporta. Te sitúa dentro de las calles porteñas durante la década del ´70, desde los diálogos, la indumentaria y el impacto de los personajes que vivirán las horas más trágicas de su existencia.
La obra es coreográfica, y las representaciones resultan tan precisas que no requieren de subtítulos o diálogos que digan lo que sólo captan los ojos y personifica la memoria. Las escenas se presentan mediante diferentes danzas, algunas más intensas que otras y el público en ningún momento desvía la mirada del escenario.
Un romance en tiempos de represión: Pablo Díaz y María Claudia Falcone. En medio de protestas, actos relámpagos, reuniones de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), ollas populares y peñas, Pablo (uno de los únicos sobrevivientes) conoce a Claudia. Una historia de amor, sueños y rock en épocas de dictadura, secuestros y terror. Una dictadura que intentará aniquilar el espíritu revolucionario de los jóvenes. Una generación militante que se aferrará a sus ideales con uñas y dientes.
El elenco de la obra está integrado por Camila Giudice, Ignacio Bernardez, Federico Gonzalez Rampello, Carolina Gestoso, Antonio Franze, Bianca Gerenstein, Julián Mercado, Octavio Cristaldo, Sofia Forte, Antonella Valese, Lucio Grammatico, Santiago Banegas, Julián Gianetti, Julio Kandel, Bruno Olivieri, Ramiro Iglesias, Carolina Silva Martin, Ana Laura Virgo, Camila Rosenfeld, Sergio Martinez, Tamara Zazulie, Ivan Amadeo Visconti y Marina Gonzalez Pesce.
La historia interpela a cada espectador. Se siente. El ambiente que se percibe es denso y algunas apariciones brutales. La fuerza característica de cada actor, es otro de los factores más positivos de una excelente puesta en escena que regresa a El Galpón de Guevara (Guevara 326) el martes 23 y 30 de octubre a las 21 horas, bajo la dirección de Sol Cardozo y Paula Grosse.
En primera persona: El testimonio de Camila Giudice
La actriz que interpreta a María Claudia Falcone en “Lápices, un musical con memoria”, recuerda en diálogo con FILO el día en que la eligieron para representar la historia –y la tragedia- de la joven militante, presa de las garras de la Dictadura.
“Me acuerdo perfectamente cuando me llamaron. Me convocó Micaela Narodowski (coach actoral y asistencia de dramaturgia), que en su momento era mi compañera de facultad y pasó a ser mi directora de actores de la obra”, cuenta.
“Fue increíble, me gritó: 'Cami sos la protagonista de Lápices', y yo dije '¿queeé?', ya me había olvidado que había audicionado. Cuando me presenté fue de otro mundo, no tenía nervios y al enterarme que tenía el papel dije 'bueno, voy a buscar quién es esta mujer'”, se sinceró Giudice.
La tarea no era sencilla. Había que revisar documentos, mirar cómo vestía, saber profundamente de quién se trataba, porque esta joven volvería a vivir en esos 90 minutos de duración. Camila Giudice le devuelve a la Argentina unos instantes con María Claudia Falcone.
“Resulta que la mujer era una nena, se llamaba María Claudia Falcone y había desaparecido. Desde ahí en adelante me cambió la vida porque realmente fue buscar a una persona, saber qué le gustaba, cuántos novios tenía…”, reflexiona la protagonista con seriedad y agravando su voz.
Continúa: “A veces uno se queda en los libros y el hecho de haberlo pasado por el cuerpo, y creo que es un poco también lo que le pasa al público, te da la conciencia de que se trata de una persona de verdad”.
Aquí, uno de los puntos más favorables de “Lápices”: los actores sienten en sus propios cuerpos a los personajes, sus corazones laten con ellos; y allí, en ese punto de característica fortaleza, los espectadores se estremecen.
"Los espectadores se llevan un mensaje muy fuerte", asegura Giudice
La obra está recorrida de principio a fin por una selección de temas musicales propios de la época que marcaron una generación y una fuerte impronta cultural, que tienen que ver con lo que sucedía bajo las restricciones militares.
Estas canciones son interpretadas en vivo por más de 20 artistas en escena y por los músicos, que se lucen arriba del escenario.
La música en directo -sin canales de por medio- es uno de los factores principales para crear una armonía y ambientalizar. Prepara el terreno y conmueve.
“Hay dos canciones muy fuertes que a mí me llevan a este sentimiento y son “Yo vengo a ofrecer mi corazón” y “Marcha de la bronca”, porque el público está súper metido y salen queriéndola volver a ver. Tengo amigos que la han visto tres veces, que tampoco son del palo del teatro”, destaca la actriz.
"Estamos haciendo un material que por suerte gusta mucho y es muy lindo de realizar, se armó un grupo humano espectacular", agrega la actriz
Camila Giudice pone en palabras su orgullo al estar al frente de una obra tan nacional como histórica, que transporta al pasado pero no deja de ser presente. Un recuerdo imborrable, latente.
“Realmente a mí me cambió la vida, si tengo que decir cómo lo viví fue eso: dar un mensaje y decir “Loco, estamos acá y esta es nuestra manera de militar y decir lo que queremos decir”. Esto no tiene que pasar Nunca Más”.