Una vez más, el letrero de la final del Australian Open tendrá el nombre de Roger Federer. El suizo, vigente campeón defensor del título, llegó a la gran definición del primer Grand Slam de la temporada luego de superar al surcoreano Hyeon Chung, quien se retiró tras ir perdiendo 6-1 y 5-2.
Cuando iban 62 minutos de juego, el joven de 21 años que dio la gran sorpresa del torneo luego de vencer al serbio Novak Djokovic, tuvo que decir adiós debido a ampollas que se le formaron en la parte inferior del pie izquierdo y le condicionaron el juego.
Si bien el número dos del mundo reconoció que no le gusta ganar partidos "de esta forma" (por el abandono de su rival), tiene motivos de sobra para estar feliz.
Los números hablan por si solos. Por empezar, Federer jugará su 30ª final de un Grand Slam. Además, tras la consagración en la edición pasada luego de vencer al español Rafael Nadal, buscará revalidar el título y levantar su sexta copa en Melbourne (fue campeón en 2004, 2006, 2007, 2010 y 2017), igualando el registro que tiene Djokovic.
Del otro lado de la red, estará alguien que ya conoce lo que es ser campeón de un torneo grande (US Open), y sabe bien de qué se trata jugar una final contra el mismísimo suizo: será el croata Marin Cilic, quien sacó boleto para la final tras vencer británico Kyle Edmund.
Federer y Cilic fueron los protagonistas de la final de Wimbledon en 2017, que terminó con el suizo conquistando un nuevo título tras imponerse por 6-3, 6-1 y 6-4.
¿Repetirá la victoria Federer o Cilic se tomará revancha?