Si bien los jugadores ya saben a lo que se van a enfrentar durante los partidos diurnos que les toque disputar en Melbourne, las sensaciones tras terminar largos encuentros siempre suelen ser de cansancio y molestia, obviamente, tomando como responsables a las autoridades de Australian Open.

Con más de 38 grados de temperatura, que dentro de la cancha ascendieron a más de 50 grados según informaron, los tenistas han mostrado grandes críticas y uno de los primeros en poner la voz en el cielo fue Rafael Nadal, pidiendo que se teche uno de los estadios principales, con el fin de preservar la salud de los deportistas y de los espectadores.

Quién también hizo una especie de reclamo pero con un tono más político fue el argentino Juan Martín del Potro. Luego de su agotadora victoria ante Khachanov en la segunda ronda, el jugador habló con la prensa con gestos de dolor y cansancio, y dejó muy claro el tema del clima y la temperatura.

"Nunca esperé con jugar este tipo de partidos. Prefiero mirar la televisión o quedarme en la playa tomando una cerveza o un juego", declaró el argentino en la entrevista que brindó sobre la cancha, una vez finalizada las 3 horas 45 minutos de juego que duró el match, para poder acceder a la tercera ronda.

Ahora, el tandilense se medirá ante el checo Tomas Berdych, donde buscará seguir por este buen andar en Australia, donde ha estado ausente en las últimas tres ediciones, y en la que ha superado su marca de la temporada 2014.