Faltaban 15 segundos para el final del partido que Las Leonas le estaban ganando a Inglaterra con un gol de Victoria Granatto a comienzos del último cuarto. Belén Succi, que un minuto antes venía de tapar un pelotazo tremendo a mano cambiada proveniente de un córner corto británico -el primero y único que tuvo en todo el encuentro-, se lució con otra atajada que quedará en la memoria de los fanáticos (y no tan fanáticos) del hockey sobre césped.
Sophie Hamilton frenó la bocha dentro del área y definió para marcar el gol del empate, pero la arquera argentina protagonizó una heróica volada contra el palo, salvó el arco argentino y le ahogó el grito a la inglesa. Como si el sufrimiento no hubiese sido suficiente, hubo lugar para más suspenso por un pedido de video-ref que finalmente no prosperó. Argentina se metió en las semifinales del Mundial de España y Países Bajos, y el próximo sábado enfrentará a Alemania por un lugar en la final. Pero esa será otra historia.
No hay mejor símbolo de lo que significaron esas atajadas de Succi (y del compañerismo que hay dentro del equipo) que el gesto que tuvo Eugenia Trinchinetti al término del partido. La volante fue elegida como la figura del encuentro pero compartió el premio a la arquera, que semanas atrás anunció que la Copa del Mundo es su último torneo con la camiseta celeste y blanca.
Precisamente, Succi, de 36 años, se refirió a este momento especial que está viviendo. "Vos dependés de tus diez compañeras y estás rezando para que la pelota entre en el otro arco. Ese es el estrés que traía del hotel, el decir: 'Puede ser mi ultimo partido en serio'", comenzó diciendo la arquera durante una entrevista con ESPN.
Y continuó: "Me duele muchísimo porque física y técnicamente una está a la altura para pelear por un lugar, pero cuando la cabeza tantos años pelea por ser el uno en un puesto tan individual, donde no te llegan tantas veces y vos tenés que responder pocas veces, donde en los entrenamientos hay mucha soledad y en los viajes dejo a mi hijo, creo que le aportaría más al equipo desde otro lado".
"Yo no estoy para encarar dos años más para un Juego Olímpico, y cuando uno fastidia y no saca la mejor versión del compañero de al lado, creo que tiene que dar un paso al costado. Por eso les pedí ayuda a mis compañeras para hacer mi mejor versión en este torneo y yo ayudarlas el día de mañana a ellas", sentenció Succi, que escribió otro capítulo más en su legendario libro defendiendo el arco argentino.