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Es argentina y creó un gin con impronta de mujer que ganó el oro en Londres

Taté Moretti es licenciada en Finanzas y abrió la primera destilería en Neuquén. Creadora del gin "Gina" y el vodka "Noctua", desafía los estereotipos que vinculan a las bebidas con los hombres.

Es argentina y creó un gin con impronta de mujer que ganó el oro en Londres
Taté Moretti, la argentina que creó un gin con impronta de mujer y ganó el oro en Londres (Foto: Instagram @ginadrygin)

El mejor gin de la Argentina tiene nombre y perfume de mujer. Se llama Gina y en agosto pasado ganó la medalla de oro en el World Gin Awards de Londres. Nació en Patagonian Distillery, la primera destilería de la provincia de Neuquén, y su aroma se origina a partir de diversas flores que lo hacen distinguirse.

La mente creadora detrás de este destilado es Taté Moretti, la licenciada en Finanzas que vivió casi 20 años en Buenos Aires, lejos de su Patagonia natal, hasta que decidió dar un volantazo y volverse a sus pagos para apostar por un nuevo proyecto: abrir una destilería. Instalada nuevamente en las tierras donde ella había nacido, siguió con su trabajo bancario, compartiendo su vida con su marido Hernán, sus hijos Luca y Ciro, y fue mamá de Gina, la pequeña que hoy tiene 6 años y nació con un gin con su nombre bajo el brazo.

La dueña de Patagonian Distillery sabe lo que es ir por la vida rompiendo esquemas. Así como lo hizo a sus 20 años cuando se metió en el mundo de las Finanzas, también se animó a abrir el juego en la mesa de los destilados. Dos universos mayormente dominado por los hombres, que desafía con sus creaciones.

"Quería que al destapar una botella de Gina se perciba como un perfume", afirma Taté. Por eso, a la base de enebro cosechado en la cordillera andina le sumó un set de seis flores: pétalos de rosa, jazmines, flores de azahar, lavanda, manzanilla y sauco.

Además, le imprime el sello femenino a cada uno de sus destilados. Así lo demuestra en la etiqueta violeta y rosa de su gin, y en la lechuza cuyas alas forman un corazón y le dan presencia a su vodka Noctua, que también fue premiado con una medalla de plata en Londres.

Taté Moretti creó "Gina", un gin con impronta de mujer

-¿Por qué que decidiste volver a la Patagonia después de 18 años en Buenos Aires?

-Me fui a vivir a Buenos Aires cuando terminé la secundaria. Viví 18 años, repartiendo el día entre las obligaciones y las diversiones. Estudié, me formé profesionalmente y me involucré laboralmente en puestos promisorios en torno a mi profesión. Además comparto mi vida con Hernán desde los 20 años, y disfrutamos mucho los años de juventud. Luego llegaron nuestros hijos, Luca y Ciro, y ahí empezamos a pensar qué teníamos para darles y qué nos estaba "robando" Buenos Aires en esa proyección. En el año 2014 decidimos pegar la vuelta y nos volvimos a la Patagonia, donde nacimos y crecimos. Unos años después nació la chiquita de la familia, Gina, que hoy tiene seis años.

-¿Cómo surgió la idea de comenzar a trabajar en el mundo de los destilados?

-Con tantas expectativas en nuestro regreso surgieron muchas opciones, traíamos algunas en la cabeza y otras fueron apareciendo. Lo primero que analizamos es que naturalmente en esta región, llena de manzanas y peras, prevalecieran las sidreras. Luego, aparecieron las bodegas y las cervecerías. Pero faltaban las destilerías, de hecho, Patagonian Distillery es la primera destilería de la provincia del Neuquén. Así que tuvimos el privilegio de inaugurar una industria nueva en una provincia tan pujante como ésta.

-¿Cómo es el trabajo en una destilería?

-El proceso de destilación requiere de mucho análisis. Son procesos muy metódicos, ensayos, pruebas y errores -y más errores, remarca- de aprendizaje continuo. Destilar es diseñar un producto, crear una fórmula. Una vez que lograste "tu producto" hay que llevarlo a escala, por eso tengo alambiques de diferentes capacidades. En la destilería no solo destilamos, sino que luego lavamos las botellas, llenamos, etiquetamos... todo lo hacemos manualmente y cuidando mucho la calidad del producto en cada etapa.

Gina ganó la medalla de oro en el World Gin Awards de Londres

-Creaste Gina inspirada en tu hija.., ¿Cómo fue ese proceso y qué características tiene el gin?

-Gina nació como una idea en mi cabeza de romper una barrera, de mostrar que soy una mujer al frente de un proyecto productivo. Y tiene un doble sentido. Antes que nada es nuestra hija de 6 años, neuquina como yo, que nació apenas regresamos antes de que la destilería fuera una realidad. Pero también es el gin que me propuse diseñar, el primero de la destilería, el gin "A" de mi proyecto. Y no podía ser uno más, tenía que ser único porque lleva el peso del nombre de una mujer. Necesitaba que fuera diferente. Quería un gin de flores, que al destapar una botella se perciba un perfume, y con una impronta tan intensa como dulce, transparente y delicado. Así es Gina. Y seis de sus doce botánicos son flores: pétalos de rosa, de jazmines, manzanilla, flores de azahar, lavanda y flores de sauco, que se suman a la preponderante presencia del enebro, entre otros botánicos.

-¿Fue difícil posicionarte en la industria siendo una mujer?

-Fue surgiendo sin premeditación. Inicialmente fuimos los dos, Hernán y yo, los que empezamos a desarrollar las pruebas de producto, a meternos en este mundo nuevo de los destilados. Y en un momento nos diferenciamos y fuimos asumiendo roles diferentes. Él siguió con la parte comercial y de imagen, y yo me quedé en el "laboratorio", en la búsqueda, en el diseño. Cuando me quise dar cuenta ya estaba metida en el baile. Y poco a poco descubrí que los principales personajes de estas historias eran hombres. No por nada la imagen de los destilados siempre estuvo vinculada a lo masculino, con etiquetas con barbas, tatuajes de anclas, hombres rudos "que se la bancan" -describe, entre risas-. Y yo no soy eso, yo soy mujer y tomo whisky desde siempre. Mis destilados tenían que ser representativos de que son hechos por una mujer. Por eso el primer destilado que hice fue el vodka Noctua, que tiene como insignia una lechuza con pestañas y cuyas alas forman un corazón. Y luego, con Gina, creo que terminé de mostrar para qué lado iba todo lo que creaba desde la destilería.

-¿Y cómo te trata el ambiente?

-El ambiente me trata muy bien, con mucho respeto. Somos pocas mujeres que estamos al frente de una destilería, pero hemos demostrado que tenemos capacidad de sobra para poder destacarnos en el rubro.

- No solo desde la parte industrial, sino que cada vez más mujeres eligen consumir destilados

-Creo que los años en los que una mujer se acercaba a una barra y le ofrecían cócteles dulces o suaves fueron quedando atrás. Hoy las mujeres demostramos que nuestro paladar espera mucho más que eso, estamos aprendiendo que la coctelería no tiene género y nos animamos a probar, a buscar, a descubrirnos. Las bebidas más fuertes siempre se asociaron a hombres de bares, de clubes, de habanos. Antes parecía raro que yo con 20 años me pidiera un whisky en un bar. Pero por suerte ahora ya no tanto, aunque aún nos quedan muchos mitos por derribar.

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