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Emmental a la Mozart: aseguran que la música cambia el sabor del queso

Un experimento insólito llevado adelante por un productor suizo junto a la Universidad de Artes de Berna determinó que diferentes estilos musicales pueden variar las cualidades de una horma de queso.

Emmental a la Mozart: aseguran que la música cambia el sabor del queso
El queso Emmental protagonizó un experimento musical fuera de serie (Unsplash)

Si sos uno de los tantos sommeliers musicales que existen y tu universo gira en torno a lo que sale de tus parlantes o auriculares, tomá nota de este descubrimiento: en Suiza, un productor se convenció de que la música puede impactar en la vida de los quesos y, con la ayuda de una universidad, hizo las pruebas empíricas pertinentes (como para quejarse del CONICET, ¿no?). 

El experimento tuvo lugar en Burgdorf, un pueblo de la región suiza de Emmental, donde se produce la veriedad de queso homónima. Ahí, en un paisaje de ensueño, Beat Wampfler tiene su propia cava quesera, que data de 1800 y reúne a cientos de ejemplares que esperan su mejor momento para ser devorados. Entre septiembre del año pasado y marzo de 2019, en ese refugio lácteo pasó algo insólito: Wampfler empezó a reproducir canciones de distintos estilos musicales bien cerca de las hormas, para corroborar si las melodías podían generar un impacto singular en las propiedades de los quesos. Así, durante seis meses sonaron temas de Led Zeppelin (rock), Mozart (música académica) y A Tribe Called Quest (hip hop) en el marco de un proyecto que recibió el título "Sonic cheese: experience between sound and gastronomy" ("Queso sónico: una experiencia entre el sonido y la gastronomía") y al que eventualmente se sumó la Universidad de Artes de Berna (capital suiza). 

"Las bacterias son responsables de la formación de sabor en el queso, pero estoy convencido de que la humedad, la temperatura o los nutrientes no son las únicas cosas que pueden influir en su maduración", declaró Wampfler a la agencia de prensa AFP. "Los sonidos, ultrasonidos o la música pueden tener efectos físicos". 

Por su parte, Michael Harenberg, director de música de la universidad, explicó: "Al principio éramos escépticos, pero después descubrimos que existe la sonoquímica, que estudia la influencia de las ondas sonoras y el efecto del sonido en cuerpos sólidos".

Así las cosas, un puñado de quesos Emmental se vieron expuestos día tras día a las obras de tres grandes referentes musicales de todos los tiempos, mientras otro grupo se mantuvo en silencio para ayudar a la comparación de los resultados. Después, los quesos fueron degustados por un jurado de expertos culinarios y otro de científicos. Las conclusiones fueron compartidas por todos: los ejemplares manifestaron diferencias en el sabor y en el aroma de acuerdo al tipo de música que habían "escuchado" durante el experimento. 

El chef Benjamin Luzuy, quien participó de la evaluación, aseguró que el Emmental oyente de hip hop ofreció un sabor más "suave y floral", pero que su favorito fue el que tuvo contacto con Mozart. "Me gusta Mozart, pero no es lo que suelo escuchar. Quizás un poco de música clásica realmente le hace bien al queso". 

El próximo paso: hacer pruebas biomédicas para constatar si los quesos sufrieron alteraciones en su composición. 

"Ya hay clientes que me preguntan si tengo quesos con música balcánica, blues o ACDC", relató, satisfecho, Wampfler a la AFP. ¿El hit del futuro?

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