Afrontemos la realidad: no todos tienen un parrilla ni tampoco ganas de ponerse a hacer hamburguesas asadas tan seguido como surge el antojo. Lo que sí abunda en las casas argentinas son sartenes y hornallas, así que la pregunta es: ¿cómo hacer buenos medallones de carne con los instrumentos que tenemos a mano?
Primero, la grasa
Esto es lo más importante. Por un lado, no hay que comprar la bandejita de carne picada en el super, sino gastarse en hacer el (seguramente breve) viaje a la carnicería para poder elegir la materia prima. El corte puede variar (lomo, roast beef, bife de chorizo, el cielo es el límite), pero la clave es que tenga al menos un 20% de grasa. No llega a tapar la arteria de nadie y ese porcentaje va a permitir que la hamburguesa sea jugosa y tenga buen sabor en lugar de ser desabrida y seca, un mal común en las versiones hogareñas.
El condimento
¿Estás tentado de mandarle ají, curry y cuanta especia tengas en la alacena a la mezcla de tu hamburguesa? Podés hacerlo, pero también podés aceptar este consejo: no le pongas nada. Una vez que ya esté listo el medallón, justo antes de ponerlo en el fuego, agregá sal y pimienta en la superficie (la cantidad que quieras). ¿Por qué no salar antes de armar el patty? Hay experimentos detallados que muestran que la sal afecta el comportamiento de las proteínas y puede ayudar a compactar la carne, dando como resultado una hamburguesa más "embutida" en lugar de una tierna.
La temperatura
Podés no tener carbón incandescente y llamaradas para cocinar tu hamburguesa, pero eso no quiere decir que la tengas que dejar a la merced de una fuente de calor tímida. Dejá la sartén en el fuego un rato antes de poner la carne, así levanta una buena temperatura y permite que tu medallón se tueste bien, obteniendo una costra crocante. Todos queremos algo de textura y que la hamburguesa no se desarme. Si sos la excepción, tal vez tengas que elegir otro plato (mentira, pero shame on you).