Jesse Pinkman iba a morir en la primera temporada de Breaking Bad
Celebramos el estreno de “El Camino” con una anécdota que pocos conocen y que nos hace pensar lo distinta que podría haber sido una de las series más premiadas de todos los tiempos
En el capítulo 1 de Breaking Bad conocemos a Walter White, un profesor de química diagnosticado con cáncer, que decide fabricar drogas para dejar algo de dinero a su familia. Por supuesto, Walter no sabe nada del mercado de drogas, pero por casualidad se encuentra con Jesse Pinkman, un viejo estudiante que sabe dónde y a quién vender. Jesse y Walter empiezan a vender juntos y se involucran con un traficante llamado Tuco.
Walter engaña a Tuco, que resulta ser más violento de lo que esperaban. Al final de la temporada, un trato en el desierto sale mal y Tuco asesina a golpes a Jesse.
Al menos, así era en el guión original. Hasta que una huelga salvó la vida del personaje.
Desde el primer momento, el guionista Vince Gilligan sabía que la primera temporada de la serie terminaría con la muerte de Jesse - en realidad, “Marion Dupree”, ya que esa era el horrible nombre original del personaje. Aaron Paul, el actor que iba a interpretarlo, aceptó ese final en su contrato y se preparó para lo que hasta ese momento había sido su carrera: una serie de papeles secundarios que hasta ahora no se habían convertido en un protagónico.
Pero algo pasó en los ensayos, y Gilligan descubrió que la química entre Paul y Bryan Cranston (el actor que hizo de Walter White un ícono) era la fuente de los momentos más emocionantes de la serie. Los pases de comedia más graciosos tenían que ver con esta pareja despareja, y como Walt no podía revelar la verdad sobre su negocio a su familia trataba a Jesse casi como un hijo.
Sin embargo, lo que estaba escrito estaba escrito. En el mapa de la historia, Jesse debía morir en el capítulo 9 de la primera temporada.
Lo que Gilligan no esperaba era que antes de escribir ese capítulo se desatara en Estados Unidos un durísimo enfrentamiento entre el gremio de guionistas y los grandes estudios. El enfrentamiento derivó en una huelga que empezó en noviembre de 2007, alrededor de la fecha en la que Gilligan y su equipo debían entregar los episodios 8 y 9 que darían final a esa temporada.
La serie ya tenía fecha de estreno para enero de 2008, y Sony decidió que no iba a cambiar ese compromiso esperando que la huelga se levante. La decisión fue grabar una temporada de solo siete capítulos. Gilligan decidió llevar la última escena que tenía en mente al final del séptimo capítulo, pero en vez de matar a Jesse, Tuco mató a su secuaz No-Doze. Una escena que no tiene mucho sentido y no se siente como un final de temporada, pero ¿qué importa? Gilligan se había encariñado con el personaje y el actor, y así se salvó la vida de Jesse Pinkman.
No fue la última vez que Jesse estuvo en riesgo. En la tercera temporada el agente de la DEA (¡y cuñado de Walt!) Hank casi lo mata a golpes, y en la quinta es secuestrado por un grupo de neonazis que lo mantienen vivo solo para “cocinar” más de esa famosa metanfetamina azul. Es más - Netflix acaba de lanzar una adorable cancioncita inspírada en sus mejores frases y sus peores momentos, justo para el lanzamiento de “El Camino”, la película que continúa la historia de Jesse.
Jesse Pinkman logró sobrevivir 62 capítulos y una película entera. En el camino enterró a Tuco, a Hank, a cada uno de esos neonazis y al mismísimo Walter White. No está nada mal para un personaje que nació con los días contados.