Brandon Lee nació en Oakland, California, el 1 de febrero de 1965. Hijo de Bruce Lee y la modelo Linda Emery, el pequeño aprendió artes marciales a la vez que aprendía a caminar. Su padre le instruyó en la disciplina Jeet Kune Do, y a los seis años ya partía tablones con la mano.

Brandon siempre quiso ser actor por lo que  debutó con Kung Fu, la película (Richard Lang, 1986) interpretando al hijo de David Carradine y haciendo con ello justicia por la humillación sufrida por su padre en 1972.

Ya que Bruce fuera la inspiración de dicho guion, sin embargo los productores temieron que un actor oriental espantase a la audiencia y lo reemplazaron por un caucásico (Carradine) de ojos rasgados, que emulase ser oriental. 

Luego de ese papel secundario vinieron 4 producciones más con la misma temática de la cual el actor si bien no renegaría, no era su meta para destacarse en la profesión que había elegido.

En entrevistas, Brandon se mostraba cómodo hablando de su padre, pero siempre intentaba poner una distancia entre ambos.

"Es extraño que me pregunten si pretendo seguir las huellas de mi padre. Si con ello se refieren a hacer películas de excelente calidad y a hacer el tipo de trabajo que hacía mi padre, que era de alta calidad, claro que sí. Eso quiero hacer, sin dudas. Pero si se refieren a que quizás, podría tratar de imitarlo siendo una especie de segundo Bruce Lee, se equivocan".

El 1º de febrero de 1993, Brandon cumplía 28 años y ese mismo día iniciaba el rodaje de la película que lo llevaría a la popularidad y consagración como actor: "El Cuervo", una tragedia romántica sobrenatural en la que un hombre regresa de la tumba para vengarse de los tipos que lo mataron a él y a su novia en la víspera de su boda. 

Considerada hoy una película de culto, pasó a la historia no tanto por su contenido sino por la tragedia que ocurrió en el set de filmación que se cobraría la vida del joven actor. 

Su muerte

Solo quedaban 3 jornadas de trabajo para concluir con las grabaciones de la película que luego entraría en proceso de edición. 

Brandon llegó listo para grabar la escena en la que su personaje, Eric Draven, entraba en su departamento y se encontraba con unos matones violando a su novia. El líder de la pandilla, Funboy (Michael Massee), le pegaba un tiro y Eric caía al suelo.

Antes de grabar la escena, Lee se había colocado una bolsa de tinta roja, bajo la ropa y cerca a su abdomen, que él mismo haría estallar al detonar la pistola. La primera prueba fue satisfactoria, pero insistió en repetirla.

Unas cien personas presenciaron el rodaje de esta escena y, cuando el director gritó “corten”, Lee no se levantó. 

Brandon Lee murió 12 horas después de recibir aquel disparo a causa de una hemorragia interna, porque los 30 litros de sangre que le fueron transfundidos durante las seis horas de operación no coagularon. Se supo que la bala perforó el abdomen (específicamente el estómago) y varios órganos vitales y se detuvo al lado de su espina dorsal.

La investigación llevada a cabo concluyó que hubo tantas negligencias cometidas por tantas personas que le era imposible determinar quién había sido el culpable de la muerte del actor. Y fijó una  multa a la productora de $700.000 mil euros. 

¿Qué fue lo que pasó? 

En el rodaje de una película se utilizan dos tipos de balas inofensivas: unas auténticas pero vaciadas de pólvora para los primeros planos (en los que se carga el arma) y otras que sí detonan pólvora pero están hechas de cartón para los planos generales (cuando se dispara). Tras rodar una escena en la que alguien metía munición en una pistola en primer plano, uno de los casquillos de bala auténtica se quedó atascado en el cañón del arma.

El experto en balística no estaba presente en el rodaje, porque la falta de tiempo y presupuesto había llevado a los productores a mandarle a casa, y no se respetaron las regulaciones del sindicato para este tipo de escenas que especifican reglas que no se cumplieron tales como supervisar el arma antes de utilizarla, el actor que dispara no debe hacerlo directamente sobre el cuerpo de la víctima y se deben utilizar elementos de protección que obviamente no se utilizaron. 

El metraje de la toma fatal fue utilizado como evidencia en la investigación, y más tarde fue quemado personalmente por el director Alex Proyas.

Brandon Lee de 28 años de edad falleció a las 13:03 de la tarde del 31 de marzo de 1993, y su muerte hasta hace poco que se develaron los documentos oficiales estuvo envuelta en numerosas especulaciones que van desde pactos satánicos, ajustes de cuentas, negocios con la mafia china y que llevaron a la película a un éxito infame alimentado por el morbo de quienes miran en loop la escena para ver el momento exacto en el que Lee recibe el proyectil que horas después terminaría con su vida. 

Por que, sí, la película que en un principio estaba pensada para VHS, fue lanzada en todos los cines en 1994.

Paramount  que temía una crisis de imagen, se desentendió del proyecto y se terminó de manera digital, gracias Miramax que puso 8 millones de de euros para completar el rodaje.

Con ayuda de dobles de cuerpo, se superpuso la cara de Lee para los 52 planos que faltaban por rodar. Aunque el equipo de la película se hartó de asegurar que decidieron terminarla y estrenarla porque la madre y la novia del actor insistieron en que es lo que él habría deseado. 

No obstante Ernie Hudson, uno de los actores del film no quiso volver al set y lamentaría que “la terminaron porque había mucho dinero invertido, el negocio es así, pero yo no quise formar parte de ello”.

Por su lado la novia de Lee, Eliza Hutton  dijo que nunca fue consultada sobre el proyecto y la madre del actor demandó a 14 empleados de la productora por negligencia. El caso se cerró con un acuerdo extrajudicial.