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Cine y series #Westworld#hbo

Análisis | Westworld da un paso para atrás, pero todavía tiene cosas para ofrecer

El segundo episodio de esta temporada nos lleva de vuelta al parque y a territorios demasiado conocidos que no siempre aportan cosas nuevas. 

Análisis | Westworld da un paso para atrás, pero todavía tiene cosas para ofrecer

ACLARACIÓN: esta reseña puede contener spoilers.

La tercera temporada de Westworld parece estar marcada por dos directivas: presentarnos el mundo real fuera de ese parque que visitamos durante dos entregas y “acomodar” la narrativa para que sea mucho más digerible. O sea, simplificar todos esos recursos (y temas) que hicieron de la creación de Lisa Joy y Jonathan Nolan uno de los shows más interesantes de HBO, decantando en una aventura sci-fi con misterios por resolver.

A no confundirse, la calidad sigue intacta, la trama todavía puede sorprendernos y los personajes son más queribles que nunca, pero estamos ante un reboot encubierto que busca satisfacer a un nuevo público: espectadores que no conectaron con la “complejidad” anterior y necesitan que les expliquen cada paso del proceso. Solo así se entiende que “The Winter Line” sea un episodio que va en “retroceso”, retomando definiciones y mecánicas de la primera temporada.

El largo camino a casa

Richard J. Lewis (“Journey into Night”) vuelve a ponerse detrás de las cámaras para reintroducirnos al parque en este capítulo que se concentra, sobre todo, en la suerte de Maeve (Thandie Newton) y la misión de Bernard (Jeffrey Wright). La última vez que vimos a la ex madama de Mariposa despertaba en “War World” como parte de una nueva narrativa, acá, ambientada en algún pueblito de Italia asediado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Maeve (Isabella) está consciente y es capaz de “cuestionar la naturaleza de su realidad”, pero ya no cuenta con todos sus ‘poderes’. Pronto se reencuentra con Héctor (Rodrigo Santoro) -ahora rebautizado como Ettore- e intentan escapar… de los malos… del parque… de esta realidad que les impusieron, aunque nada es igual.     

Finalmente, Maeve entiende que hay una sola escapatoria y termina en Mesa Hub a merced de los humanos que la ponen a punto y la vuelven a meter dentro de este loop infinito. Para sorpresa de todos, Lee Sizemore (Simon Quarterman) logró sobrevivir y se convierte en su nuevo aliado, ofreciéndole la posibilidad de reencontrarse con su hija en el Edén Virtual, un refugio final para esta anfitriona. Claro que hay vuelta de tuerca y malas intenciones detrás de este narrador de historias que ya no lo es tanto.

Maeve a foja cero 

Maeve no solo logra descubrir la trampa -alguien quiere saber qué pasó en la Forja y acceder a ese mundo que Dolores escondió de los humanos-, sino que todo lo que la rodea es una simulación dentro de otra simulación, una prueba para testear sus conocimientos, sus habilidades y su lealtad para que emprenda una tarea más grande. Detrás de su reiterada peripecia italiana está Engerraund Serac (Vincent Cassel), co-inventor de Rehoboam, esa inteligencia artificial de Incite que, al parecer, es capaz de “crear” el propio futuro. De esta manera se van acomodando las piezas de este nuevo rompecabezas: sabemos que este sistema tan aceitado y controlador dejó de funcionar cuando detectó la anomalía en el parque descubriendo una amenaza potencial. En primera instancia, Serac se convence que Maeve es ese blanco, pero ahora sabe que Dolores está “vivita y coleando”, suelta en el mundo real, libando una guerra que ya parece perdida para los de carne y hueso.   

La tarea del magnate es “convencer” a la robot de emprender la batalla contra esta enemiga en común. El encuentro nos lleva más allá de Westworld, ubicando a Maeve por primera vez fuera del parque sin poder controlar su propio destino. ¿Significa esto que Millay será la antagonista de la temporada, manipulada por los humanos para cazar a Abernathy? No nos queremos quedar en obviedades, más cuando tenemos un tercer jugador en el tablero.

El aliado menos (o más) pensado

Así como “Parce Domine” ayudó a reintroducir a los personajes conocidos en un nuevo escenario (el mundo real), “The Winter Line” hace lo propio dentro del parque (o los diferentes parques), recordándonos cómo funcionaban las cosas antes del desmadre. Para muchos, la sobre explicación y las reiteraciones pueden sonar redundantes, pero también aportan nuevas facetas para los protagonistas dentro de este nuevo orden. La vuelta de Bernard cambia la dinámica (y la existencia) de Ashley Stubbs (Luke Hemsworth), finalmente confirmado como host bajo las directivas de Robert Ford (Anthony Hopkins). Este agente de seguridad tenía la tarea de borrar las huellas de Lowe y permitir la huida del parque. El éxito de Dolores lo dejó obsoleto y sin un propósito, el cual se vuelve a “activar” con el regreso Bernard.

El humor ácido (y nolaniano) que aporta Hemsworth y la dupla -en plan buddy cop movie- que encara con Wright son uno de los puntos a favor de este episodio que no hace mucho por la trama de los personajes. Así, la vuelta de Bernard a Westworld resulta una mera excusa para este reencuentro (aunque un gran reencuentro), para mostrarnos la entrada “trasera” del parque, sumar ESOS cameos simpáticos que no vamos a revelar y repetir información que ya sabíamos a través de otros protagonistas. El guion de Matt Pitts y Joy se queda corto en cuanto a brillantez, pero no deja de ser entretenido y dinámico, con algunos toques de espionaje romántico al mejor estilo James Bond -escenarios épicos incluidos (aunque sea España y no Italia), el destino trágico (te queremos Héctor) y ese modo videojueguil que nos faltaba desde la primera temporada.  

Al fin se devela al misterioso Serac

No es un capítulo que se vaya a destacar, pero sigue siendo mejor que la media televisiva. Eso sí, ahora que ya sentaron todas las bases es hora de meternos de lleno en la narrativa y volver a los planteos que tanto nos interpelaban. ¿Podrá ser? “The Winter Line” hace referencia a “La Línea Gustav” (o de invierno), una serie de fortificaciones construidas por los alemanes en Italia, durante la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de ralentizar el avance de las tropas aliadas. De ahí, la estrategia de Serac para medir las fortalezas de Maeve, que logra descubrir la simulación, recargar el sistema e intentar escapar de esta nueva jaula.  

La nueva temporada de “Westworld” nos ofrece un nuevo/viejo punto de partida y un planteo más sencillo, pero nos engancha con los misterios, sus complejos protagonistas y la constante incertidumbre de que, posiblemente, todo sea “un sueño dentro de otro sueño”.   

PUNTAJE: 7.0

Westworld

S03E02: The Winter Line

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