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Ciencia #tiempo#aristóteles#newton

¿Por qué septiembre pasó volando y agosto fue infinito?

¿Cómo es posible que la percepción del tiempo se vea distorsionada? ¿Cómo un mes se vuelve eterno y el siguiente efímero? Te lo contamos en esta nota.

¿Por qué septiembre pasó volando y agosto fue infinito?

No te quiero alarmar pero acabo de darme cuenta que hoy es 26 de septiembre. Y no se si te pasó pero a diferencia de agosto, que duró unos 543 días, estos 26 días se me esfumaron en unos pocos segundos. 

Si estás pensando que es el peor comienzo para una nota de ciencia, seguramente tengas razón. Bah, no sé si tanto. 

¿Cómo es posible que la percepción del tiempo se vea distorsionada? ¿Cómo un mes se vuelve eterno y el siguiente efímero?

El tiempo es un concepto omnipresente —está por todos lados— y si bien el paso del mismo es muy fácil de observar en una infinitud de situaciones (como las órbitas de los planetas, los años solares, el transcurrir del día y la noche, o simplemente viéndote en una foto de hace 5 años) no es un tema muy fácil de abordar para la humanidad. Por ese motivo desde hace siglos muchas culturas y ramas del conocimiento se han desvelado intentando echar un poco de luz a tanto desconocimiento temporal

De esa desesperación por no comprender qué es el tiempo nos encontramos con los primeros abordajes desde la filosofía, encarnados por la mente brillante de Aristóteles que, sin ningún tipo de praxis y dotado de pura lógica, concebía la existencia de un tiempo absoluto.

Esas ideas explotaron en la cabeza de Newton, que ya siendo parte del #TeamAristóteles defendió la existencia de un tiempo absoluto sumando también la concepción de un espacio absoluto (y de paso la de un Dios absoluto que había diseñado al universo con fórmulas matemáticas). 

Pero no todo fue tan lineal, ya que años más tarde se chocaron de frente con la concepción relativista del tiempo de Einstein. Y a partir de allí todo cambió: bajo ese caldo de cultivo se desprendieron miles de hipótesis así como también formas de abordarlo. 

¿Qué es el tiempo?

La percepción del tiempo es una experiencia y necesidad universal, desde un pájaro o una hormiga hasta nosotros mismos necesitamos comprender, aceptar y cuantificar el paso el tiempo para todos nuestros comportamientos, incluyendo tareas básicas como alimentarse hasta calcular si pasaron 10 segundos o 2 horas desde la última vez que chequeaste el celu.

En simples palabras, es fundamental para la supervivencia de todas las especies cuantificar una unidad de tiempo. Sin embargo —pese a ser tan importante— no existe un órgano sensorial exclusivamente dedicado al cálculo del tiempo. 

En este sentido el tiempo que percibimos es una abstracción, una construcción de nuestra mente que creamos para cumplir esa necesidad esencial. El presente es diferente del pasado porque la representación mental que tenemos ha cambiado. O sea que nuestro cerebro lo único que registra es que esto que estamos viviendo es distinto a lo ya que vivimos, ya que tiene más información del presente que del pasado, no por la existencia de un reloj que puede medir el tiempo. 

Vaya que eres lento...

Existe un tiempo físico que es totalmente diferente al tiempo mental. El tiempo que percibís no es el mismo del que percibe el otro y de hecho nuestra percepción cambia a medida que crecemos y nos hacemos más viejos.

¿Entonces el tiempo es subjetivo? 

Sí, y neurocientíficamente hablando está relacionado con la cantidad de situaciones mentales que tu cerebro almacenó acerca de una hecho determinado. Por lo tanto, si bien los segundos pasan independientemente de tus ganas, esos segundos pueden contener una enorme cantidad de situaciones mentales que nos hagan percibir que pasa de distinta manera en distintos momentos de nuestra vida.

Son los recuerdos y la atención que le ponemos a determinadas situaciones las que marcan el paso del tiempo. Cuando no pasa nada, cuando estamos relajados en situaciones estables y rutinarias, cuando cada segundo de nuestra vida es similar al próximo segundo, nuestra noción del tiempo será que pasa rápido.

En cambio, cuando vivís momentos cargados de emociones y a partir de ello tu cerebro registró miles de secuencias, esa enorme cantidad de información guardada estará presente mucho más tiempo en tu conciencia, brindándote la sensación que el tiempo no pasó, cuando quizás pasaron días, meses o años. 

En agosto pasó de todo: elecciones, cambios en el gobierno, dólar, incendios en el Amazonas, feriados, coyuntura por todos lados, cientos de noticias y miles de etc. En septiembre no pasó nadaY el tiempo, aunque no lo puedas creer, se mide en recuerdos.

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