Un análisis del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI) revela que en el Presupuesto 2025, la partida para financiar actividades científicas y tecnológicas representa tan solo el 0,156 % del PBI, cifra más baja registrada en toda la serie histórica del país, superando incluso el mínimo de 2002 (0,177 %). Esto implica un recorte comparativo del nearly 50 % respecto al 0,300 % del PBI asignado a ciencia en 2023, y por debajo también del 0,212 % de 2024.
El ajuste fiscal en este sector supera con creces la caída presupuestaria durante la gestión de Cambiemos entre 2015 y 2019, cuando se registró una retracción del 35,3 % en cuatro años.
La baja generalizada impacta particularmente en organismos clave. Según datos del CIICTI, este ajustado presupuesto favorece solo a salarios y becas (89,8 % de lo ejecutado), mientras las inversiones en infraestructura científica, equipamiento y proyectos quedan prácticamente paralizadas.
Además, este escenario agrava la salida de investigadores del país: solo en CONICET, entre diciembre de 2023 y abril de 2025 se registraron la pérdida de unos 1.600 científicos, señalando una alarmante fuga de capital humano.
La situación ha generado alarma en la comunidad académica, que denuncia la “total paralización” de programas destinados a laboratorios, satélites y procesos de innovación. Denuncian también un desfinanciamiento crítico que pone en riesgo la continuidad de proyectos estratégicos.