Una misión —fallida— que buscaba poner en la superficie lunar la nave espacial Beresheet (palabra hebrea para "el comienzo"), es probable que la haya contaminado con tardígrados. Estos organismos pertenecientes al reino animal, también llamados osos de agua, tienen características excepcionales que les permite vivir en condiciones extremas, siendo sus chances de sobrevivir extremadamente altas.
La principal compañía aeroespacial y de defensa israelí, Israel Aerospace Industries, junto con SpaceIL, una organización sin fines de lucro que busca incentivar a las próximas generaciones a elegir estudiar carreras STEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas); diseñaron un módulo de aterrizaje que pasaría dos meses viajando por el espacio con el objetivo de entrar en la órbita de la Luna en el momento adecuado para ser capturado por su gravedad. De tener éxito, se convertiría en la primera nave israelí en viajar más allá de la órbita terrestre, y también la primera nave espacial financiada (en su mayoría) de forma privada en aterrizar en la Luna.
Por otro lado, el Beresheet formaba parte de uno de los back-up que mantiene la Arch Mission Foundation en caso de que un evento acabe con la vida en la Tierra. Es por esto que transportaba una “librería lunar”, una especie de DVD con millones de páginas digitalizadas que incluía información sobre la sociedad y la cultura humana, así como muestras de ADN humano y miles de tardígrados deshidratados.
Pero el aterrizaje no fue exitoso sino que terminó estrellándose contra la Luna y se desconoce si el archivo y los organismos microscópicos sobrevivieron al impacto explosivo. De ser el caso, es muy poco probable que puedan volver a la vida sin ser reintroducidos en el agua. Aunque teóricamente sería posible reanimarlos y traerlos de vuelta a la Tierra para ser estudiados y ver los efectos de estar en la Luna.