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Zaffaroni vuelve a arremeter contra el Gobierno: "Vamos a un nuevo 2001"

El ex juez de la Corte Suprema de Justicia escribió un artículo de opinión para "advertir a la sociedad sobre la "inviable política económica" que está llevando a cabo el Estado"
Zaffaroni vuelve a arremeter contra el Gobierno: "Vamos a un nuevo 2001"

En las últimas semanas, a Eugenio Zaffaroni le llovieron las críticas luego de hacer público su deseo de que el Gobierno del presidente Mauricio Macri "se fuera lo antes posible", para "minimizar los daños".

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, salió al cruce al igual que el Colegio de Abogados porteño que le envió una advertencia. Además el abogado Santiago Dupuy presentó una denuncia en su contra por el delito de "apología del crimen e incitación a la violencia colectiva", que recayó en el juzgado a cargo del juez Ariel Lijo.

Pero nada de esto debilitó a Zaffaroni y el ex magistrado volvió a arremeter contra el Gobierno a través de una columna de opinión publicada en Página/12, donde le advierte al pueblo argentino sobre la "inviable política económica" llevada a cabo por el oficialismo: "Un gobierno electo por supuesto tiene derecho a gobernar. Pero no a quebrar el Estado de Derecho", escribió.  

Además volvió a confirmar su deseo de la caída del presidente Mauricio Macri: "Cuanto antes se vayan mejor. Ojalá sea en el 2019".

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Frente a este clima complejo, Eugenio Zaffaroni volvió a reafirmar su pensamiento que lo dejó plasmado en la siguiente columna de opinión a la que llamó "¿Adónde vamos?". Leé el texto completo a continuación.

TEXTO COMPLETO:

"El programa económico de este gobierno conduce a una crisis fuerte, sea en el mediano plazo o en el largo. Incluye producción con poco valor agregado, reducción del consumo interno y crisis de las pymes. Es decir, desempleo, lo cual hace que el programa sea socialmente insustentable y pueda derivar en más exclusión y, en especial, en más delitos contra la propiedad.

Por otra parte, el proyecto económico se sustenta en préstamos que están llegando a su fin, según advertencias de Christine Lagarde, directora general del Fondo Monetario Internacional. O sea que el proyecto es también financieramente insustentable. 

¿Adónde vamos? Creo que si no se detiene este programa antes, vamos a un nuevo 2001 con consecuencias muy graves en todos los órdenes. 

Un gobierno electo por supuesto tiene derecho a gobernar. Pero no a quebrar el Estado de Derecho, a criminalizar a toda la oposición y menos a provocar una catástrofe. 

Nadie tiene hoy el poder para desequilibrar o desestabilizar al actual gobierno. Ningún partido. Ninguna fuerza política. Ni siquiera la CGT puede hacerlo. El gobierno tiene todo en sus manos y nadie, absolutamente nadie,  lo puede conmover. El problema es, justamente, que la única desestabilización posible la provocará en el mediano o largo plazo el proyecto económico inviable del propio gobierno. Me limito a avisarles esto, aunque sé que para el gobierno todo aviso es inútil de momento. Contra eso tenemos que resistir, porque puede generar violencia y, aunque no la provoque, lo que veo difícil si no se frena antes, es absolutamente indeseable una situación de esta naturaleza.

Desde que conocí el proyecto económico vengo advirtiendo este riesgo. No lo digo ahora. Lo vengo diciendo desde hace dos años. Les digo a los argentinos que se cuiden, que no respondan con violencia a ninguna provocación. Estamos frente a un grupo de poder que sufre una ilusión óptica en su soberbia infinita, que camina hacia un precipicio y lo confunde con una selva tropical, que padece de alteraciones sensoperceptivas graves. 

Es por eso que afirmo que cuanto antes se vayan mejor. Ojalá sea en el 2019. Pero si no sacan un poco el pie del acelerador de este camino al desastre, puede pasar algún accidente antes. Al menos tienen que desacelerar un poco. De lo contrario ellos mismos se van a poner al país de sombrero. Las experiencias históricas no tan lejanas de las crisis de programas similares muestran que estos accidentes finales no avisan y sus consecuencias son muy dolorosas. 

En síntesis: lo político siempre puede resolverse, lo económico es más difícil, pero tiene arreglo a la larga (pese a que también produce dolor y es violencia social), pero lo único que no podemos resolver son los muertos, porque nadie los puede resucitar. Eso es lo que a toda costa debemos evitar. Debemos evitar la violencia venga de donde venga. Toda violencia, vista luego retrospectivamente, es insensata. Cuando la vemos desde la distancia de cierto tiempo, nos damos cuenta de que careció de sentido. Esto es lo primario. Lo demás, tarde o temprano se resuelve".