Elizabeth Isherwood tenía 65 años, vivía en Reino Unido y, recién divorciada, había acordado con su ex marido, vender un departamento que ambos tenían en un complejo vacacional en Gales.
Los dueños del centro turístico, con quienes la ex pareja mantenía una buena relación, le obsequiaron a la mujer una semana de vacaciones con todo pago. Como era de esperarse, ella aceptó.
Así fue que emprendió el que sería su último viaje: sin acompañante, Isherwood ingresó al apartamento que pronto estaría en venta.
Según se cree, la sexagenaria quiso buscar algo en el armario de ventilación -un habitáculo calefaccionado, muy común en Reino Unido, donde se deja secar la ropa- y la puerta se cerró tras de sí.
Elizabeth tenía 65 años | Foto: Twitter
Al intentar abrirla, tuvo tanta mala suerte que rompió el picaporte y dio paso a la desesperación: gritos, golpes, y un reiterado pedido de auxilio que nadie escuchó precedieron a la ruptura de paredes, en búsqueda de un pasadizo para escapar.
La fortuna tampoco estuvo de su lado en esta ocasión: mientras destrozaba las paredes, terminó rompiendo un caño, provocando que la diminuta cámara se llenara de agua.
La mujer había entrado al armario de secado y se quedó encerrada | Foto: Stock Photo
En este contexto, pasó rápidamente a sufrir hipotermia, razón por la que, de acuerdo al resultado del peritaje final, falleció. Los investigadores confirmaron que la víctima estuvo 10 días luchando por su vida.
"No había llegado ni a desempacar, la policía encontró toda su maleta sin deshacer", relató devastado uno de sus hijos al 'Daily Mail'.
El resto de los huéspedes que se encontraban en el complejo oyeron los golpes, pero creyeron que se trataba de un grupo de obreros trabajando en una construcción.